Narro, el pragmático
José Narro Robles ya no será el poder detrás del poder en la UNAM A partir del 20 de noviembre él será "el jefe nato" de la Universidad Nacional Autónoma de México, luego de un proceso en el que la única duda era cuándo recibiría de la Junta de Gobierno el acta que lo acredita como rector para los próximos cuatro años, señala Proceso en su número 1620
Formado en el viejo régimen, en el que ocupó destacados cargos públicos y partidistas, el cirujano especializado en medicina comunitaria llegó a la Rectoría no sólo por su añeja influencia en la vida de la Universidad y "la cargada" institucional, sino por el pragmatismo que lo ha hecho un sobreviviente político luego de la salida del PRI del poder
Eficiente en su carrera política, interrumpió su trayectoria burocrática en la UNAM cuando hizo sentir que simpatizaba con las demandas estudiantiles de 1990 para reformar el método "cardenalicio" de elección del rector, el mismo que ahora lo encumbró y que es una de las principales críticas a la forma de gobierno de la universidad más importante de Iberoamérica
De activa participación en los últimos gobiernos del PRI, en especial en el de Carlos Salinas de Gortari, Narro echó tierra a su pasado político en búsqueda de la Rectoría y en pleno proceso sucesorio tendió puentes con el gobierno de Felipe Calderón, del PAN
Atrás quedó su defensa del salinismo ?que lo llevó a descalificar públicamente a Cuauhtémoc Cárdenas y a trabajar para Emilio Gamboa en el Seguro Social?, sus frustradas aspiraciones políticas desde el PRI tras la muerte de Luis Donaldo Colosio o su enfrentamiento en diciembre del 2000 con el entonces diputado Calderón por la gratuidad de la educación superior, destaca el reportaje que aparece en el número 1620 de Proceso