La guerra interior de Miller

domingo, 25 de noviembre de 2007 · 01:00
Luis Sinco, fotógrafo del diario Los Angeles Times, captó el rostro del sargento estadunidense James Blake Miller después de que éste participó en un cruento combate en Falluja, Irak La foto fue publicada en primera plana por los diarios de Estados Unidos y convirtió al soldado en un héroe Preocupado por la suerte de Miller en Irak, el Pentágono lo envió a casa Pero la guerra trastornó su mente Empezó entonces a vivir una historia tortuosa, en la que involucró al fotógrafo que lo hizo famoso Éste contó el episodio en un texto que publicó Los Angeles Times el pasado 11 de noviembre, del cual Proceso reproduce fragmentos sustanciales El joven marine encendió un cigarrillo y lo dejó colgar de sus labios Un humo blanco envolvió su casco Su cara estaba embadurnada con pintura de guerra Goteaba sangre de su oreja derecha y del puente de su nariz Ensordecido momentáneamente por la detonación de los cañones, no se dio cuenta de que el tiroteo había cesado Miraba fijamente la salida del sol Su expresión captó mi atención Me decía que estaba aterrorizado, exhausto y simplemente contento de estar vivo Reconocí esa mirada, porque yo me sentía igual Levanté mi cámara y tomé algunas fotos Con el clic de un disparador, el sargento James Blake Miller, un muchacho campirano de Kentucky, se convirtió en el emblema de la guerra de Irak La imagen habría de cambiar dos vidas: la suya y la mía "Marine Marlboro" Yo estaba incorporado a la Compañía Charly del primer batallón, octavo regimiento de la Marina, cuando el 8 de noviembre de 2004 éste entró en Falluja, un enclave insurgente en el triángulo sunita de Irak Nos topamos con fuego pesado casi inmediatamente Toda la noche estuvimos clavados al suelo en un circuito de avenidas, donde una banqueta de seis pulgadas ofrecía la única protección Yo me acuclillé en el arroyo esa noche interminable, rezando para que saliera el sol y tratando de hacerme lo más pequeño posible Empezó a caer una lluvia fría Maldije los haces de luz de los marines que recorrían lentamente el área apuntando hacia el suelo, haciéndonos sentir que pasaba una eternidad antes de que volviera la oscuridad Al amanecer, los disparos y las explosiones amainaron Una carga de artillería de fósforo blanco explotó sobre nuestras cabezas, dispersando esquirlas ardientes Pasamos al lado de tres insurgentes tirados en la calle, dos de ellos muertos, su sangre mezclándose con la lluvia El tercero, un adolescente árabe musculoso, trató de decir algunas palabras Todo lo que pude pensar fue: "Hermano, tú ya estás muerto" Dimos vuelta a una esquina y otra vez nos topamos con un fuego intenso, que nos obligó a buscar refugio Al cruzar la calle, yo corrí detrás de un marine, mientras las balas rebotaban a nuestros pies Llovían disparos y parecía increíble que no hubieran alcanzado a alguien Un par de tanques llegaron para cubrirnos Los marines abrieron a patadas la puerta de una casa y todos nos precipitamos dentro Miller y otros marines tomaron posiciones sobre el techo Yo encendí mi teléfono satelital para transmitir fotos Pero mientras estaba trabajando abajo, en la cocina, una intensa sacudida casi derrumbó la habitación Dos ráfagas de artillería habían impactado contra una casa cercana Miller, el encargado del radio del pequeño cuerpo de infantería, había llamado a los tanques, ubicado a los blancos y gritado: "¡Fuego!" Corrí al techo y vi ruinas humeantes tras un gran lote baldío Al lado, un montón de ladrillos y hombres tirados, muertos o moribundos Me senté en el suelo y concentré mis ideas Miller se apoyó contra una pared y encendió su cigarrillo Transmití la imagen esa misma noche La electricidad había sido cortada en Falluja en previsión del asalto, lo que me obligaba a ser prudente con el uso de mis baterías Inclusive pensé en no enviar la fotografía de Miller, suponiendo que mis editores preferirían imágenes de fieros combates La foto de Miller fue la última de las 11 que envié ese día Durante el segundo día de la batalla llamé a mi esposa por teléfono satelital para decirle que estaba bien Me dijo que mi fotografía había sido publicada en la primera plana de más de 150 periódicos Dan Rather (conductor del noticiario nocturno de CBS) se había desbordado en palabras sobre ella en las noticias de la noche Amigos y familiares la habían llamado para decirle que habían visto la foto, mi foto Poco después me llamaron mis editores y me pidieron encontrar al "marine Marlboro" para darle seguimiento a su historia ¿Quién era ese héroe valiente y joven? Las mujeres querían casarse con él Las madres querían saber si era su hijo Yo ni siquiera sabía su nombre Impactado por el tiroteo y exhausto, simplemente identifiqué a Miller como "un marine" y apreté "enviar" Encontré a Miller cuatro días después, en un auditorio del centro cívico de la ciudad La unidad de Miller estaba tomando un descanso, comiendo raciones militares Recién rasurado y sin la pintura de guerra, Miller, de 20 años, se veía mucho más joven que el guerrero tensionado por la batalla que aparecía en la foto; suficientemente joven como para ser mi hijo Se mostró cooperativo, pero también desconcertado por el impacto de la fotografía en nuestro país Una vez que nuestra historia lo identificó, la fascinación nacional creció todavía más La gente envió paquetes de asistencia, asegurándose de que Miller tuviera qué fumar El presidente Bush envió puros, dulces y recuerdos de la Casa Blanca Luego, el general Richard F Natonski, jefe de la Primera División de la Marina, hizo un viaje especial para ver al "marine Marlboro" Para hablar con Miller, Natonski tuvo que meterse entre barricadas de sacos de arena, cruzar a través de construcciones bombardeadas y hacer una carrera loca por una calle para evitar el fuego de francotiradores antes de sumergirse en una derruida cabina del frente "Miller, mueve tu culo hacia acá", gritó por el radio un sargento Miller no tenía idea de lo que estaba pasando cuando corrió entre los escombros Se dio cuenta al ver al general Natonski estrechó su mano Los estadunidenses habían hecho "conexión" con su foto ?le dijo el general? y nadie quería verlo herido o muerto "Podemos enviarlo a casa mañana", agregó Miller vaciló y luego sacudió su cabeza No quería abandonar a sus camaradas "Simplemente no era correcto", me dijo después "Tu padre crió a un gran muchacho", dijo el general mirando a Miller a los ojos Se dijeron adiós y Natonski otra vez se abrió paso penosamente hasta el puesto de comando Debido a su lealtad, Miller fue recompensado con el horror El asalto sobre Falluja siguió adelante, dejando cerca de 100 estadunidenses muertos y 450 heridos Los cuerpos de unos mil 200 insurgentes cubrían las calles Cuando los combates se prolongaron, la noticia salió de las primeras planas Yo me sumé al éxodo de periodistas que regresaban a casa o se desplazaban en busca de la siguiente historia Pasaría más de año y medio para que volviera a ver a Miller Sueños rotos Ya en casa, intenté dejar Falluja atrás Sin embargo, no pasaba un solo día sin que pensara en Miller y en Irak La National Public Radio me entrevistó Yo me convertí en finalista del Premio Pulitzer Los bloguistas discutían sobre el significado de la foto Solicitudes de nuevas impresiones continuaban llegando En enero de 2006, mientras estaba asignado a la frontera entre Estados Unidos y México, mi mujer me llamó "Tu chico está en la TV Tiene Desorden de Estrés Postraumático (PTSD, por sus siglas en inglés)", dijo "Lo echaron del cuerpo de marines" Yo había hablado con Miller dos veces por teléfono, pero nuestras conversaciones habían sido cortas y superficiales Sabía que el diagnóstico del PTSD era complejo Así que marqué su número Le ofrecí palabras sencillas: "La vida es dulce" "Sobrevivimos" "Todo lo demás es secundario" Al acercarse el tercer aniversario de la invasión conducida por Estados Unidos, mis editores quisieron otra nota de seguimiento de la historia Así que, en la primavera de 2006, manejé hasta Jonancy, Kentucky, la localidad donde vivía Miller, en el valle de los Apalaches (?) Los muchachos trabajaban en las minas extrayendo las negras vetas del carbón Miller me dio una vuelta por los alrededores En una mina abandonada, recogió un trozo de carbón "Aquí es todo lo que hay", dijo "Nada más Era esto o los marines" (Miller) regresó a Camp Lejeune, en Carolina del Norte Su novia de secundaria, Jessica Halbrooks, lo alcanzó ahí y se casaron en una ceremonia civil Pero él empezó a tener pesadillas y alucinaciones Se imaginaba figuras sombrías fuera de las ventanas Los rostros de los muertos perseguían sus sueños Una vez, mientras limpiaba un fusil, se desmayó Recuperó la conciencia cuando Jessica gritó su nombre y se dio cuenta de que estaba apuntando el arma contra ella Reportó los problemas a sus superiores, quienes prometieron conseguirle ayuda Después vino un único episodio violento, que puso fin a sus días como marine Ocurrió en el Golfo de México, en septiembre de 2005 Su unidad había sido enviada a Nueva Orleans, para apoyar las tareas de ayuda relacionadas con el huracán Katrina Ahora una nueva tormenta gigante, el huracán Rita, se acercaba y a los marines se les dio la orden de protegerse en alta mar En los interiores claustrofóbicos de un barco de la Marina, alguien silbó El sonido recordó a Miller una granada de propulsión Atacó al marino que había silbado Fue incapacitado médicamente debido a un "desorden de personalidad" el 10 de noviembre de 2005, un año después de que su imagen fue noticia en todo el mundo De regreso a casa en Kentucky, los Miller se instalaron en un departamento pobremente amueblado, situado en un segundo piso Cuatro pequeñas ventanas proporcionaban poca luz La TV siempre estaba puesta Miller compró una motocicleta y hacía grandes paseos Él y Jessica bebían toda la noche y dormían todo el día Empezó a recibir una cuota de incapacidad de alrededor de 2 mil 500 dólares La pareja pasaba horas viendo películas en DVD, con Coronas y cocteles de bourbon en la mano Familiares y amigos empezaron a tomar distancia Miller tenía la esperanza de seguir una carrera de agente judicial, pero el PTSD y la inhabilitación acabaron con su sueño Nadie le confiaría un arma Por lo menos, no tenía que regresar a Irak (?) Culpa periodística El 3 de junio de 2006, los Miller renovaron sus votos en un club situado sobre una colina, en una costosa ceremonia pagada por donantes de todo el país Su padre y dos hermanos menores, que supuestamente iban a ser padrinos, no aparecieron Su madre ?quien estaba alejada de él? no fue invitada En lugar de irse de luna de miel, la pareja viajó a Washington, DC, a invitación de la Asociación Nacional de Salud Mental, que quería darle a Miller un reconocimiento por hacer público su PTSD También se pretendía que visitara a legisladores para compartir su experiencia (?) Tres días después de su boda, seguí a la joven pareja cuando voló a la capital del país Fácilmente atraído por la oferta de bebidas gratis para un héroe estadunidense, Miller se desveló hasta las tres de la mañana Estaba crudo durante su reunión con los miembros del Congreso Fumaba y maldecía mientras contaba sus experiencias de combate Los políticos lo escucharon cortésmente y le agradecieron sus servicios Un congresista mandó a un ayudante para decirle que estaba demasiado ocupado para reunirse con él Ninguno prometió asumir su causa Después de que Miller recogió su reconocimiento, hizo un recorrido por la Casa Blanca y el Monumento a Lincoln, pero su mente estaba en otra parte "Vamos a emborracharnos", dijo (?) Una semana después llamó Jessica Luego de volver a casa, el estado de ánimo de Miller se tornó volátil Un minuto estaba bien y al siguiente sumido en la ansiedad, me dijo Luego él desapareció Ella no lo había visto por días ¿Podía yo ir a Kentucky para ayudar? ¿Por qué yo?, pensé Pude sentir cómo la línea entre el periodista y el individuo se borraba ¿Estaba yo cubriendo una nota o me estaba volviendo parte de ella? Viajé durante toda la noche para llegar a Pikeville, Kentucky, y me encontré, junto con Jessica, recorriendo todos los lugares a donde Miller pudo haber ido Deseaba estar en otra parte Finalmente, a la mañana siguiente, Jessica lo vio manejando en dirección contraria Dio vuelta en U y se emparejó con él más adelante Él bajó de su pick-up de carga Una mujer estaba sentada en el asiento del copiloto "¿Y ésa quién es, Blake?", reclamó Jessica "¿Quién es ella?" Él dijo que su nombre era Sherry Se acababan de conocer y él le estaba ayudando a mudarse Jessica no le creyó Yo pensé: ¿no asistí a la boda de cuento de hadas de esta joven pareja apenas hace 10 días? Ahora estaban aquí, en el estacionamiento de una gasolinería, dando un espectáculo Jessica cuestionó duramente a Miller Él parecía sobrio e impasible Luego soltó una bomba Ya no la quería y había solicitado el divorcio (?) Al día siguiente encontré a Miller en el cuarto trasero de la casa de su tío Me dijo que había estado cerca de suicidarse la noche anterior Pensó en desbarrancarse con su motocicleta en una de las carreteras de la montaña Me mostró el periódico Su divorcio era la nota principal Me sentí conflictuado No quería involucrarme Deseaba desesperadamente cerrar el capítulo de Irak Pero si yo no hubiera tomado la fotografía de Miller, este drama tan personal no estaría en las primera planas Me sentía responsable (?) "Tengo que preguntarte algo, Blake", dije "¿Si hubiera caído en Falluja, me hubieras sacado cargando de ahí?" "Maldición, claro que sí", dijo sin dudar ni un momento "Ok", dije entonces, "creo que estás bastante mal herido y yo quiero ayudarte" Me miró por un momento y luego contestó: "muy bien" Un programa de tratamiento para veteranos en West Haven, Connecticut, que había demostrado ser el mejor en el país, ofrecía esperanza Moe Armstrong, un pionero del apoyo de veterano a veterano, había oído hablar de los problemas de Miller y le envió una invitación tentativa para una visita A pesar de mis reservas de verme demasiado involucrado, persuadí a Miller de subir a mi coche y enfilamos hacia el norte (?) Estimulados por café y Marlboros, cruzamos seis límites estatales y cubrimos 870 millas Al amanecer arribamos a West Haven Llovía a cántaros (?) Recuerdos tortuosos "Sabes que vas a estar bien, ¿verdad?", dijo Laurie Harkness, quien dirige el Errera Community Care Center para veteranos, al encontrarse la mañana siguiente con Miller "Tal vez hiciste cosas horribles en Irak Pero la guerra es terrible", dijo "Haces lo que tienes que hacer para sobrevivir Y tú sobreviviste Esas son buenas noticias, ¿de acuerdo?" Miller asintió con la cabeza Aceptó incorporarse al programa Los beneficios para los veteranos cubrirían los costos del tratamiento Miller pagaría 300 dólares al mes por alojamiento y comida Entre la consejería y el apoyo de veterano a veterano, del grupo de Moe Armstrong, parecía que Miller finalmente obtendría la ayuda que necesitaba Pero poco después de registrarse, insistió en regresar a Kentucky para recoger su motocicleta A regañadientes, Harkness le otorgó un pase de fin de semana Yo crucé mis dedos Preocupado de estar involucrado más allá de mis capacidades, le pedí a Armstrong que nos acompañara a recorrer las mismas carreteras por las que habíamos transitado apenas unos días antes Pensé que si Armstrong estaba ahí para ofrecer consejo profesional, yo podría replegarme a mi papel de periodista Por otra parte, mi paciencia estaba disminuyendo ¡Otras mil 700 millas?por una motocicleta! (?) A lo largo del siguiente mes me quedé al lado de Miller A petición suya, asistí a la mayoría de sus sesiones de terapia Dijo que mi presencia lo aliviaba (?) Miller contó a Harkness lo confuso y vacío que se sentía cuando terminaban los combates Cómo un día, en la afueras de Falluja, colocó el cañón de un rifle de asalto M-16 en su boca, aspiró hondo y puso su dedo en el gatillo "¿Qué me hacía a mí tan especial como para merecer quedarme aquí, y no otros de mis compañeros?", preguntó Miller refiriéndose a amigos que habían muerto (?) Nos contó un hecho que lo acosaba Desde un puesto de observación en Falluja, vio emerger una cabeza entre los restos de varios autos Era una zona de fuego cruzado Atisbó por la mira telescópica de su rifle, vio un cabello oscuro rizado y apretó el gatillo Más tarde, los marines avanzaron sobre ese punto y encontraron muerto a un niño de seis o siete años de edad, con su cabello rizado cubierto de pedazos de cerebro y sangre Dijo que había más: cosas terribles que no podía divulgar No por lo menos ahora Tal vez nunca (?) El 10 de julio de 2006, Miller cumplió 22 años Parecía estar recibiendo la ayuda que necesitaba Pero Miller (?) había tenido escaramuzas con algunos rufianes de motocicleta locales y se sentía amenazado Extrañaba las montañas Quería ir a casa Punto Decepcionando a todos los que trataron de ayudarlo, abandonó después de dos meses un programa que supuestamente debía durar de seis meses a un año Dejamos Connecticut en medio de la noche Yo lo seguí en mi coche mientras él conducía su motocicleta durante 18 horas, a lo largo de un bochornoso día de verano, para reunirse con Jessica Era agosto de 2006 La pareja tenía la esperanza de lograr un nuevo principio en Princeton, Virginia del Oeste (?) A mediados de octubre de 2006, Miller había caído otra vez en depresión (?) La consejería matrimonial había demostrado ser difícil Muchas sesiones terminaban en un silencio sepulcral (?) Jessica empezó a sentirse frustrada No hablaban Dejaron de tener relaciones sexuales Una noche, a fines de ese mes, Miller me llamó Se oía deprimido Ofrecí ir a verlo Cuando llegué, Jessica ya había salido de la casa La siguiente vez que se encontraron fue en una oficina legal en Pikeville Se sentaron en los dos extremos de una larga mesa y estuvieron de acuerdo en proceder con el divorcio (?) En tan sólo unas semanas, Miller regresó a Kentucky y entró como aprendiz en una tienda de trajes para motociclistas El dueño presidía el capítulo local de los Highwaymen, un club de motociclistas que estaba bajo constante escrutinio de la ley Miller tenía conocimiento de que los Highwaymen andaban metidos en "asuntos serios", pero dijo que se incorporó al club por la camaradería Los uniformes y los códigos de conducta le recordaban a los de la Marina Me preocupó su nueva afiliación Después de sumarse a este club, Miller nunca salía sin su pistola de 9 mm semiautomática y guardaba un rifle de asalto en su pick-up (?) Miller veía ahora a Jessica un par de veces al mes No habían culminado con su divorcio, pero permanecían separados "Lo veo en sus días buenos", dijo Jessica, "y entonces todo es maravilloso Tenemos conversaciones de verdad" Pero luego pasan semanas sin que haya señales de él (?) Miller vive ahora en un trailer amueblado detrás de la casa de su padre Dos televisores parlotean incesantemente como ruido de fondo El refrigerador está vacío Un perro llamado Mudbone pasa la mayor parte del día amarrado en el patio Tomó un tiempo poder conocer realmente a Miller Pero he llegado a apreciar su inteligencia, su generosidad y su dignidad Es un músico talentoso y un hábil mecánico Trato de relacionarme con él como con un hermano, a pesar de que soy más viejo que su padre (?) Algunas veces, por la noche, escucho el ruido de un lanzagranadas O, tal vez, sólo es el escape de la Harley de Miller Su moticicleta ruge a través de la montañas neblinosas, mientras el viento barre su cara, limpiando sus pensamientos Blake, hijo, sé que suena loco, pero mi mente siempre me lleva de regreso a ese distante techo de Falluja, donde tomé tu foto Pienso en ese amanecer, brillante y cálido, y lo afortunados que fuimos al poderlo presenciar (Traducción: Lucía Luna)

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