Dramamex, de Guillermo Naranjo
México, D F, 12 de marzo (apro)- La cinta de Guillermo Naranjo puede ser calificada en cuatro palabras: mucha forma, poco contenido; Dramamex es visualmente propositiva con su estética retro y su saborcito kitsch, el grano reventado, y una cámara que brinca de un lado a otro cual adolescente inquieto
Y sin embargo, existe un pequeño inconveniente: la historia cojea, principalmente porque el director y guionista se distrajo, quiso contarnos dos historias en lugar de centrarse en una sola
Todo ocurre en Acapulco La primera historia da cuenta de la relación entre una niña rica y rebelde llamada Fernanda (Diana García) y su exnovio Chano (Emilio Valdés), un vago sinvergüenza, hecho y derecho Chano y Fernanda viven una relación amor-odio que claramente no puede ir muy lejos, pero los dos andan de necios
Por otro lado, tenemos la historia de un oficinista frustrado (Fernando Becerril) que viaja a Acapulco para suicidarse En el viaje conoce a una sexoservidora infantil, Tigrillo (Mariana Moro), con quien vivirá dos aventuras
Naranjo no profundiza en ninguna de las dos historias, lo cual de entrada le resta puntos a la cinta pero, para colmo, la historia de los adolescentes es sosa (ninguno de los dos actúa), no va a ningún lado, prácticamente está de relleno, sólo distrae de lo que verdaderamente vale la pena: la historia de este hombre mayor y la niña, no tan niña, que al final consigue momentos impactantes que sacuden la moral
La sensación final es que uno perdió su tiempo, porque sólo vale la pena la segunda historia (con excelentes actuaciones), de la cual a uno le hubiera gustado saber mucho más
Pero no fue así: Naranjo decidió seguir la moda de películas recientes que, quién sabe por qué, cuentan más de una historia Y la verdad es que sólo Alejandro González Iñárritu ha podido contar tres de manera eficaz
Si Naranjo consigue afinar la parte del guión, sus proyectos venideros serán interesantes