"El arte de enseñar a escribir"

lunes, 7 de mayo de 2007 · 01:00
México, D F, 7 de mayo (apro)- Un original concepto de "escuela vacía", es decir, "sin programas de estudio" ni alumnos que aprendan a escribir, es la Escuela Dinámica de Escritores (Edde) que fundó y dirige el escritor Mario Bellatin Nacido en la Ciudad de México en 1960, Bellatin ha escrito, además de la novela "Flores", los libros "La escuela del dolor humano de Sechuán"; "Shiki Nagaoka: una nariz de ficción"; "El jardín de la señora Murahami"; "Salón de belleza, Canon perfecto"; "Perros héroes, Jacobo el mutante"; "Lecciones para una liebre muerta", y ahora, en coedición de su escuela con el Fondo de Cultura Económica (colección Lengua y Estudios Literarios), recopila y prologa "El arte de enseñar a escribir" En el volumen de 207 páginas se recogen 38 textos breves de otros tantos autores que han participado como maestros en esta especie de "taller sin escritura", donde los alumnos no van a aprender sino a conectarse con el fenómeno de la creación, a través de muy diversos representantes de la escultura, la pintura, la arquitectura, la danza o la fotografía, que cuentan "con elementos narrativos que, de alguna manera, están fuera de lo que en sí se narra" De ahí que el encuentro de la escuela sui géneris sea, como lo indica el título del libro, "El arte de enseñar a escribir" Es decir, no enseñar a escribir, porque según el concepto de Bellatin eso no es posible, nadie enseña a nadie a escribir; lo que es real es la posibilidad de un arte de enseñar a escribir Porque, hasta eso, en esta escuela los alumnos ni siquiera escriben, se interactúan creativamente (para nada se intercambian trabajos para criticarse) y luego van a sus casas a pergeñar sus textos Escribe Bellatin en el inicio de su prólogo: "Aparte de hacer mis libros, dirijo una escuela de escritores Un lugar donde sólo existe una prohibición: la de escribir Es decir, que los alumnos, tal vez deba decir los discípulos de un número grande de maestros, no pueden llevar a ese espacio sus propios trabajos de creación Ellos deben, en lugar de cotejar sus textos, tener la mayor cantidad posible de experiencias con creadores en plena producción No es posible enseñar a escribir, esta puede ser la premisa de una escuela semejante y, precisamente, por eso, es imprescindible" Y señala en la contraportada que "la misión no es escribir", porque el concepto clave de la escuela es crear La escuela, que está en su cuarto año, ocupa la sede de la Casa Refugio Citlaltépetl, dirigida en la colonia Condesa del Distrito Federal por el crítico e historiador de la literatura Philippe Ollé-Laprune, originario de Francia, quien por cierto acaba de presentar una muy interesante antología, Cien años de literatura mexicana, donde recoge textos, fragmentos de textos novelísticos y ensayísticos y obras teatrales y poemas de los grandes autores nacionales La escuela, nos cuenta Bellatin, está dividida en tres líneas de trabajo: composición, contenidos y formas de construcción "En la primera se discuten asuntos relacionados con el lenguaje literario Se experimenta con aspectos concretos del ejercicio de escribir como el punto de vista, la primera persona, el uso o desuso de adjetivos, la utilización de distintos tipos de modos, técnicas o formas capaces de hacer que se produzca una suerte de sistema de los textos que se pretende crear "La segunda línea está relacionada con los contenidos Es difícil hacer comprender que los contenidos no son importantes en sí, sino que, por encima de ellos, se encuentra la forma de abordarlos Conlleva cierta dificultad se entienda cómo en una escuela de escritores se puede hablar tanto de Faulkner como de Kafka sin que tenga mayor importancia lo que se diga de ellos, sino donde lo fundamental es advertir qué elementos, qué puntos son los que se abordan en la discusión En estas sesiones, el autor o el tema no son sino meros pretextos para establecer un diálogo literario "Por otra parte, abordando la tercera línea de trabajo, estoy convencido de que las formas de construcción narrativas son casi imposibles de mostrar desde la misma literatura Como en ella no parece contarse con una retórica predeterminada que hay que seguir --y si esto existiera y se acatara daría como resultado precisamente una mala literatura--, me parece importante acudir a las formas de construcción de otras artes, para desde la visión que ellas presentan, contar con una perspectiva del arte de narrar Ver que así como la escultura, la pintura, la arquitectura, la danza o la fotografía cuentan con elementos narrativos que, de alguna manera, están fuera de lo que en sí se narra, en la literatura ocurre lo mismo, a pesar de que una serie de ideas establecidas digan lo contrario: se debe escribir siguiendo una serie de preceptos donde muchas veces se confunde la forma con el contenido" Es importante atraer al lector a esta obra coordinada por Bellatin para adentrarse en los conceptos de los maestros de acuerdo con esta escuela sin escuela Hay que nombrarlos a todos: Laura Benetti, Ximena Berecochea, Fabienne Bradu, Juan Arturo Brennan, Aldo Chaparro, Federico Campbell, Adriana Díaz Enciso, Guillermo Fadanelli, Raúl Falcó, Héctor Fernández, Margo Glantz, Anamari Gomís, Mario González Suárez, Juan José Gurrola, Mónica Lavín, David Lida, Sandra Lorenzano, Mónica Manssur, Ricardo Martín, Alvaro Mata Guillé, Benjamín Mayer Foulkes, Gerardo Montiel Klint, Philippe Ollé-Laprune, Ignacio Padilla, Eduardo Antonio Parra, Edmundo Paz Soldán, Mauricio Pilatowsky, Sergio Pitol, Giovanna Polarollo, José Manuel Prieto, Cristina Rivera-Garza, Marcela Rodríguez, Marisol Schulz, Enrique Serna, Iván Thays, Milagros de la Torre, Miguel Ventura y Jorge Volpi En apéndice se enlistan todos los maestro que han participado (desde narradores, ensayistas, poetas, dramaturgos, hasta artistas visuales, arquitectos, fotógrafos, psicoanalistas, biógrafos, críticos e investigadores musicales, traductores, filósofos, directores teatrales, críticos de arte, historiadores, promotores literarios, editores, compositores, coreógrafos, y cineastas En otro apéndice se señalan los cursos Por citar algunos: ? Rosa Beltrán, "Voz y punto de vista Drama, melodrama y pastiche" ? Ximena Berecochea, "Signo lingüístico y signo visual" ? Emilio García Montiel, "El jardín japonés" ? Gabriel Figueroa, "El discurso fotográfico" ? David Lida, "Jazz para escritores" ? Ignacio Padilla, "Taller de plagio y disección" ? Héctor Hernández Piña, "Reconstrucción sensorial" ? Marité Ugás, "El ritmo narrativo a partir de lo visual" ? Valquiria Wey, "Guimaraes Rosa" Por ejemplo, en el curso "Reconstrucción sensorial", se describe el contenido: "El objetivo es que los alumnos, tras pasar por una experiencia sensorial representada con los elementos de un relato, reconstruyan el texto Una vez concluido el proceso se comparará lo escrito en el salón con el relato que dio origen al montaje sensorial" De Hernández Piña se señala que nació en México y, luego de completar estudios de comunicación, se dedica a la investigación de la Senso-percepción Es fundador y creador del "Sensorama" (1993) y ha sido invitado a distintos países para exponer sus montajes sensoriales Concluye Bellatin en su prólogo: "A partir de la participación comunitaria y anónima, la escuela puede ser vista como una obra en sí misma Como un espacio capaz de hacer evidente la cada vez más establecida manera de hacer arte, donde la obra como solemos entenderla tiende a difuminarse para dar paso a procesos más que a resultados El fin de la Escuela Dinámica de Escritores puede ser la escuela misma Su funcionamiento, su capacidad para congregar a maestros y discípulos, su carácter no individual y su negación a ver los resultados de la propuesta en virtud de la cantidad de escritores que surjan de ella, es una muestra de ello Se trata más bien, creo yo, de una gran instalación, que empezó y sigue fluyendo en el tiempo y en el espacio Las fronteras, quiero creerlo, quedan abolidas" El siguiente es el texto "Silencio", de Margo Glantz: "Este texto se sustenta en la consideración siguiente: no se viene a la Escuela Dinámica de Escritores a escribir, aunque parezca una contradicción de principio Podría decirse que en ella, en la escuela, tal vez se produzcan diversas combinaciones que pueden o no dar resultados, desembocar o no en la creación de una escritura propia, porque quien desea escribir debe estar expuesto a diversas áreas de la cultura, del arte o de la técnica aparentemente poco conectadas con su principal objetivo: el de escribir" Asista a la insólita escuela de Mario Bellatin

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