El enigma de París, de Pablo De Santis

lunes, 23 de julio de 2007 · 01:00
México, D F, 23 de julio (apro)- El escritor de la novela ganadora del premio Planeta-Casamérica 2007 (narrativa iberoamericana), es el argentino Pablo De Santis El enigma de París tiene como tema principal una historia de detectives, los Doce Detectives más famosos del mundo, quienes se reúnen con motivo de una exposición universal Al fin ficción, el asesinato de uno de ellos conlleva un caso lleno de pistas para detener a quien parece ser un asesino en serie De Santis estudió letras en la Universidad de Buenos Aires y trabajó como periodista y guionista de historietas Es autor de las novelas Traducción (1998); Filosofía y letras (1999); El teatro de la memoria y La sexta lámpara, entre otras Como escritor ha publicado más de de diez libros para adolescentes, por los que ganó el Premio Kones de Platino Ahora, el escritor presenta ésta novela llena de pistas, enigmas y rompecabezas Juan Manuel De Prada, del ABC, dijo: "De Santis es un escritor ingeniosísimo, de una limpidez y eficacia que convierte sus tramas en perpetuos manantiales de sorpresa Una de sus múltiples sabidurías consiste en añadir a la intriga policial, intriga psicológica" El siguiente es un fragmento del primer capítulo, correspondiente a El enigma de París: "Me llamo Sigmundo Salvatrio Mi padre llegó a Buenos Aires desde un pueblo que está al norte de Génova y sobrevivió gracias al oficio de zapatero Cuando se casó con mi madre, ya tenía su propia zapatería, especializada en calzado de hombre: no se daba maña con los zapatos de mujer Muchas veces lo ayudé en sus tareas, y si hoy en nuestra profesión se habla de mi método para clasificar las huellas halladas en la escena del crimen (el método salvatrio), debo esa invención a las horas que pasé con las hormas y las suelas Investigadores y zapateros ven el mundo desde abajo, y unos y otros se ocupan de los pasos humanos en el momento en que estos se desvían del camino ¨Mi padre era afecto a los gastos excesivos: cada vez que mi madre reclamaba un dinero extra, Renzo Salvatrio anunciaba que íbamos a terminar por hervir las suelas de las botas, como según él habían hecho los soldados de Napoleón durante su campaña en Rusia Pero a pesar de ese rasgo de su carácter o de su experiencia, hacía una vez por año un gasto extraordinario: en mi cumpleaños, me regalaba un rompecabezas Comenzó con rompecabezas de cien piezas, pero luego fue aumentando la complejidad del juego hasta llegar a las 1,500 Los rompecabezas, fabricados en Trieste, venían en cajas de madera, y cuando uno terminaba de armarlos descubría una acuarela del Domo de Milán, o del Partenón, o un antiguo plano con monstruos acechando los confines del mundo A mi padre le parecía que los rompecabezas entrenaban la inteligencia y grababan imágenes imborrables Yo tardaba muchos días en armarlos; él me ayudaba con entusiasmo pero, en general, se equivocaba de sitio, más atento a los colores que a la posición cuando él estaba distraído "En nada se parece una investigación a un rompecabezas", aseguraba el que habría de ser mi maestro, Renato Craig Y sin embargo fue este juego lo que me llevó a responder el aviso que el mismo Craig publicó en los diarios en febrero de 1888 Renato Craig, el famoso detective, el único de la ciudad, por primera vez expondría su saber ante un grupo de jóvenes Durante un año, los elegidos aprenderían las artes de la investigación y estarían en condiciones de ser ayudante de cualquier detective Todavía conservo el recorte de del diario En la misma página donde estaba el aviso se anunciaba la llegada al país de un mago hindú llamado Kalidán?"

Comentarios