A los 101 años fallece Andrés Henestrosa

viernes, 11 de enero de 2008 · 01:00
* Calderón lamenta el deceso del escritor oaxaqueño México, D F, 10 de enero (apro)- El escritor oaxaqueño Andrés Henestrosa falleció hoy en su domicilio de la Ciudad de México El 30 de noviembre pasado acababa de cumplir 101 años Nacido en Ixhuatán, región de Oaxaca, Henestrosa, quien hasta los 15 años de edad sólo dominaba sus lenguas maternas indígenas zapoteca y huave, cursó estudios de Derecho en la UNAM, llegó a destacarse en la literatura mexicana en español, hizo aportes al indigenismo y ocupó una plaza en la Academia Mexicana de la Lengua Por la noche en un comunicado, el presidente Felipe Calderón lamentó "profundamente" el deceso de Henestrosa Adán Cruz, quien fuera su biógrafo y una de las personas más cercanas a él (escribió Henestrosa, nombre y renombre), dijo a Apro camino a la agencia Gayosso, donde se vela esta noche el cuerpo del escritor: "Creo que Henestrosa es uno de los más grandes hombres de letras, no sólo de México sino de la lengua española Su obra está hecha de libros, poemas, palabras y canciones, y ojalá y así sea amortajado, con poesía Escribió obras memorables, y no dicho por mí, sino por un Premio Nobel, Octavio Paz, quien vio en su libro Retrato de mi madre que se acercó a la perfección "Grande conocedor del idioma, hoy están de luto las musas de las letras Durante más de medio siglo participó activamente en el periodismo, no hubo periódico, revista o suplemento en el que no participara con su estilo elocuente, y su apego a México y a Oaxaca Al él le gustaría ser recordado como escritor "Era además un príncipe de la vida, porque la sabía pasajera e instantánea, y por eso estaba pronto a desgajar cualquier instante de la vida Fue hombre de fiesta y de trabajo, amado y odiado a un tiempo porque llevaba sus pasiones al extremo No era tinaja de agua para andarse serenando, según la frase "Nadie, a pesar de ser, como digo, de los más grandes escritores, no lo había valorado Porque peleó con los hombres del poder literario, los contemporáneos cosmopolitas, que lo marginaban, porque él era indio y creía que lo más importante de México se le debía a los indios ?Aunque rabien --decía--, este país le debe lo mejor a los indios? Por eso su vida fue como un grito" Conocedor de su obra, el crítico literario Rafael Vargas dijo a esta agencia: "La semana pasada, cuando se supo que Andrés Henestrosa tenía un padecimiento respiratorio, sus lectores y admiradores confiamos en que la noble madera de que estaba constituido sabría resistir sin melladura el vendaval invernal No en vano había dejado atrás uno de los siglos más violentos de la historia "Es una sorpresa dolorosa enterarnos de su fallecimiento, porque con sus 101 años de edad era un hombre joven, y como tal se comportaba en toda circunstancia "Inclinado al silencio, porque le gustaba escuchar y meditar, era elocuente en su prosa, a través de la cual compartía sus inquietudes y sus afectos más hondos "Zapoteca autodidacta, luchó con el ángel del español hasta dominarlo, y al cabo se convirtió, como diría Gilberto Owen, en un pirata bibliófilo Compartió sus tesoros con Neruda, Efraín Huerta, José Revueltas y José Iturriaga "Dos libros suyos son aportaciones definitivas a las letras de nuestra lengua: Los hombres que dispersó la danza y el Retrato de mi madre, que emociona tanto como la Parentalia, de Alfonso Reyes "Parco en la escritura de libros, se prodigó en el periodismo Su prosa era sonriente en todos los casos Gracias a ello, su muerte no nos negará su compañía "Le gustaba comer cola de iguana No le repugnará comer pechuga de ángel (dicho sea con la venia de Ermilo Abreu Gómez)" 1929 fue un año axial en su vida, pues además de pertenecer al movimiento vasconcelista dio a luz el volumen Los hombres que dispersó la danza De 1936 a 1938 gozó de la beca Guggenheim, lo cual dio origen a un diccionario zapoteco-castellano Estuvo ligado políticamente al PRI, al cual representó como diputado y senador De ahí que durante el movimiento de la COCEI en Juchitán, no se manifestara a pesar de ser un organismo popular que fue apoyado, entre otros, por el pintor oaxaqueño Francisco Toledo Otras de sus obras fueron Retrato de mi madre (1940), Los cuatro abuelos (1961), Los caminos de Juárez (1972) y Espuma y flor de corridos mexicanos (1999) Entre sus galardones destacan el Premio Internacional Alfonso Reyes (1992), la Medalla Belisario Domínguez (1993) y el Premio Nacional de Ciencias y Artes (1994)

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