La vieja escuela del horror
México, D F, 14 de enero (apro)- Qué bueno que Guillermo del Toro va a contracorriente de las películas de zombies y de carnicerías que abundan en el mundo de Hollywood con la etiqueta de "terror"
Como los buenos autores literarios del género del siglo XVIII: Guillermo Del Toro juega con las atmósferas y con la psicología de los personajes para crear ambientes terroríficos (claro, con un toque gore que no puede evitar), en vez de utilizar la violencia explícita que viene acompañada de litros y litros de sangre y vísceras sin ningún sustento narrativo
Al menos Del Toro se las toma en serio y las utiliza para decir algo, mientras que otros sólo desean asaltar la taquilla por medio de facilismos Las japonesas, cuyo título más famoso es El aro, hicieron lo propio en algún tiempo, sin embargo, una vez que se convirtieron en una vil fórmula, perdieron su chiste
Desde Cronos (1993), Del Toro se ha ido por una línea más fina del terror, la cual perfeccionó con El espinazo del diablo (2001) y reconstruyó con El laberinto del fauno (2006)
Esto viene a colación porque Del Toro produjo una cinta (que ha causado sensación en los festivales) que va muy en la línea de su trabajo: El orfanato (México-España, 2007), dirigida por Juan Antonio Bayona
La película cuenta la historia de Laura (Belén Rueda, estupenda actriz), una niña huérfana, quien, ya en la madurez, regresa al hospicio, con su esposo e hijo, donde vivía para convertir ese viejo lugar en una especie de santuario para los niños discapacitados El problema es que su hijo Simón (Roger Princep), quien es adoptado y no lo sabe, comienza a reportar avistamientos de otros niños, por supuesto, de niños fantasma
Al principio, parece una fantasía infantil, pero poco a poco, estos encuentros comienzan a tornarse peligrosos Y resulta que la clave para resolver el enigma yace en el pasado de Laura
Además de una gran atmósfera (fría y melancólica) y un excelente manejo del suspenso, cabe destacar las actuaciones de Rueda y Princep, así como de Geraldine Chaplin (quien hace el papel de una médium), y de Edgar Vivar, quien interpreta a una especie de parapsicólogo
Da gusto ver a Vivar en un papel lejano al "Señor Barriga", y sobre todo, da gusto debido a que logra hacerlo bastante bien, aunque no haya recibido nominación alguna, como sí le ocurrió a la Chaplin
En fin, El orfanato, con sus múltiples nominaciones a los Goya (director, actores y mejor película) es una gran propuesta de terror, ideal para los amantes del género, cansados de ver matanzas sin ton ni son