20 años para reflexionar

miércoles, 2 de enero de 2008 · 01:00
Instancias del gobierno federal, principalmente el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y aun los gobiernos estatales, se han unido para celebrar los 20 años de la inclusión de sitios y bienes culturales en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO México ingresó en 1987 a la lista --que acorde con la Convención del Patrimonio Mundial realizada en París en 1972, se ha ido formando a lo largo de estas dos décadas-- con seis sitios patrimoniales: la reserva de la biosfera de Sian Ka?an, la ciudad prehispánica y el parque nacional de Palenque; el Centro Histórico de la Ciudad de México y Xochimilco; la zona arqueológica de Teotihuacan; el Centro Histórico de Oaxaca y la zona arqueológica de Monte Albán, y el Centro Histórico de Puebla A la fecha se cuenta con 27 sitios inscritos (el más reciente, el campus central de Ciudad Universitaria, obtuvo la nominación este año), con lo que México sigue siendo el país en América con el mayor número de bienes culturales declarados Patrimonio de la Humanidad No está mal celebrarlo Pero no basta con presumir del hecho puesto que la Lista del Patrimonio Mundial tiene objetivos concretos Cuando el empresario suizo Bernard Weber presentó su proyecto de establecer la lista de las nuevas siete maravillas del mundo, la propia UNESCO se deslindó del proyecto, no sólo haciendo notar que se trataba de una iniciativa comercial y mercadológica, sino recordando que la lista del organismo mundial tiene como objetivo esencial la preservación del patrimonio El titular de la Dirección de Patrimonio Mundial del INAH, Francisco López Morales, declaró, en un comunicado oficial del instituto, que si bien México ha conservado la cabeza en América con el mayor número de bienes inscritos, cada vez es más difícil obtener la nominación, pues la propia UNESCO ha establecido nuevos requisitos Uno de ellos es la presentación de planes de manejo y gestión Un plan rector de conservación que no sólo ofrezca propuestas, sino que ya se esté aplicando y hasta "en la medida de lo posible referir los recursos con que se cuenta para su ejecución" Es elemental que los gobiernos estatales y municipales y las instituciones responsables del patrimonio cultural o histórico, no sólo festejen la inclusión en la lista o los 20 años o los que sean que se puedan conmemorar, sino que se comprometan cabalmente en la preservación No se puede caer en el contrasentido en que, por ejemplo, incurrió el gobierno de la Ciudad de México, que al tiempo que celebraba los 20 años de la inclusión del Centro Histórico permitía o realizaba --lo tendrán que determinar las investigaciones de la Procuraduría General de la República donde ya se hicieron las denuncias correspondientes--, la demolición de inmuebles históricos para convertirlos en plazas de vendedores ambulantes Lamentablemente, los ejemplos no se constriñen a esta ciudad Constantemente se tienen noticias de abandono, demoliciones o de alteraciones, como ocurrió hace años en Puebla, donde se pretendía construir un estacionamiento en pleno Centro Histórico y sólo se detuvo por las protestas de la ciudadanía y de organismos internacionales vinculados al patrimonio Hace dos semanas, en este sitio (Procesocom) se dio la noticia de que el gobierno poblano pretende construir ahora un centro comercial en la zona de los Fuertes de Loreto y Guadalupe, donde el Ejército, encabezado por Ignacio Zaragoza, protagonizó la batalla del 5 de Mayo, considerada por mexicanos, principalmente los que radican en Estados Unidos, como una fecha esencial apenas antecedida por la fiesta de la Independencia y de la Revolución mexicana Ahora, en el Plan Nacional de Cultura 2007-2012 se ha planteado el turismo cultural como una de las formas de hacer de la cultura un factor de desarrollo económico para el país Hay ejemplos de turismo ecológico y de baja escala, aplicado incluso por comunidades pequeñas que podrían ser una alternativa, pero sin duda arqueólogos e historiadores estarán atentos a que no se pretenda llevar masas de turistas a los sitios arqueológicos e históricos y termine siendo la explotación económica el objetivo central, y no el estudio y la preservación Los especialistas en patrimonio han sido claros en señalar que los bienes del patrimonio cultural no son renovables

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