Congreso de Cultura Iberoamericana
MÉXICO, D F, 8 de octubre (apro)- En concordancia con el discurso del Programa Nacional de Cultura presentado en diciembre de 2007 por Sergio Vela, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) --que pretende hacer de la cultura un factor de desarrollo económico--, el primer Congreso de Cultura Iberoamericana tuvo como tema central el cine y el audiovisual como bases del desarrollo integral del ser humano
Más allá de reiterar --como siempre se hace en este tipo de encuentros con carácter regional, latinoamericano o iberoamericano-- que la cultura es un "lazo de hermandad" que une a los pueblos y un día hará posible el sueño bolivariano, en dicho Congreso, realizado en el Centro Nacional de las Artes del 1 al 4 de octubre, se habló también del reconocimiento económico a la industria cultural En su discurso de clausura Vela dijo:
"Para México, este Congreso ha representado la oportunidad de confirmar el compromiso sin precedentes expresado por el Programa Nacional de Cultura de esta administración, de apoyar esta industria Asumimos que sus retos no son menores, y comenzamos por reconocer las extraordinarias fuerzas económicas, políticas y tecnológicas a las que está sujeta esta industria cultural Más allá de su clara dimensión económica, para el Estado mexicano se trata de una actividad que debe situarse en el terreno del interés público por su naturaleza cultural y creativa, contrarrestando su vulnerabilidad ante las fuerzas del mercado Más que nunca, la política cultural de nuestro país encuentra en la ley y la intervención de las instituciones, una forma para promover la producción, distribución y exhibición del cine, bajo criterios de equidad e interés público"
Reconocer que la cultura tiene una dimensión económica ya no debería ser sólo parte de los discursos del presidente del Conaculta Desde hace más de tres años el investigador y economista, Ernesto Piedras, reveló en su libro ¿Cuánto vale la cultura? que este sector aporta 67% del Producto Interno Bruto, y recientemente dijo al semanario Proceso que la cifra rebasa ya el 7%
Al presidente del Conaculta correspondería entonces dar los siguientes pasos para que esa aportación de la cultura contribuya a generar el desarrollo económico y social de la población
La Declaratoria
En el Congreso Iberoamericano --por ejemplo-- se propusieron diversas medidas, como parte de la llamada Declaración de México
Se parte de reconocer (de nuevo) de que el cine y el audiovisual son "una industria cultural estratégica para el desarrollo social y económico de las naciones, y que como tal debe ser considerada de manera integral: en sus aspectos culturales pero también en la importancia que revista para otros ámbitos de desarrollo nacionales: industria, economía, comercio, comunicaciones, turismo"
Se establece, además, que los Estados "deben facilitar el acceso de los ciudadanos a su conocimiento y disfrute, como derecho fundamental del ser humano" Se propusieron entonces 12 puntos que deben considerar las políticas públicas iberoamericanas en ambas materias Sólo citaremos tres:
--Apoyar decididamente la distribución independiente con el fin de garantizar diferentes formas de circulación de las obras cinematográficas y audiovisuales de la región, y el acceso de los ciudadanos a las mismas
--Promover la existencia de salas de exhibición que incluyan en su programación regular obras iberoamericanas, de producción independiente, y de valor artístico y cultural, estableciendo, además, mecanismos que estimulen su continuidad en pantalla
--Estimular la participación de las televisoras en la coproducción, difusión y promoción de obras cinematográficas y contenidos audiovisuales iberoamericanos, especialmente a través de un mayor respaldo financiero e institucional de los Estados a las televisoras de carácter público
La pregunta es: ¿Cómo va el gobierno a aplicar al menos estos tres puntos de la declaratoria para darle cabal sentido no sólo a la Declaratoria, sino a su propio Programa Nacional de Cultura?, porque, según el boletín 1220 del Conaculta, Sergio Vela declaró en la clausura que "México hace suyos los pronunciamientos y las conclusiones de los especialistas vertidos en esta declaración, porque estamos convencidos de que la cultura constituye una dimensión fundamental del proceso de desarrollo y contribuye a fortalecer la independencia, la soberanía y la identidad de las naciones"
¿Cómo hará para darle dimensión económica y de desarrollo a estas industrias culturales? Si cuando se le pregunta por qué no apoya la propuesta de sacarlas del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, justo les quita esa dimensión económica e insiste en responder que no le corresponde al Conaculta pedir esa revisión sino a las instituciones económicas del país
¿Cómo se enfrentará a las llamadas Majors para garantizar la circulación de obras de producción iberoamericana? ¿Cómo hará para que disminuya el porcentaje de exhibición del cine estadunidense, que en algunas entidades del país es del 100%, según datos del INEGI? ¿Cuáles serán los mecanismos para garantizar la continuidad en pantalla de obras de valor artístico y cultural, cuando se sabe que si no cumplen con las exigencias del mercado salen inmediatamente a la siguiente semana?
Más aún: ¿Cómo estimulará la participación de las televisoras (caso concreto de Televisa y TV Azteca) en la coproducción, difusión y promoción de las obras cinematográficas, cuando ni siquiera se ha atrevido a exigir un lugar en el debate de la llamada Ley Televisa?
El propio Congreso pidió a la Conferencia de Autoridades Cinematográficas y Audiovisuales de Iberoamérica y al gobierno de México, constituir un Comité de Seguimiento para vigilar el cumplimiento y la aplicación práctica de las conclusiones del Congreso Lo importante será ver que el propio gobierno de México dé cumplimiento a los acuerdos, antes de convertirse en vigía de otros países
La Declaración de México se presentará en la 18 Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de Iberoamérica que se realizará del 29 al 31 de octubre de este año en San Salvador, El Salvador