MÉXICO, D F, 24 de diciembre (apro)- Si bien la cinta dirigida por Ed Harris no es una más de vaqueros, tampoco se puede decir que sea el western que esperábamos, pues lo que gana en dramatismo y actuaciones, lo pierde en la resolución de la trama Entre la vida y la muerte cuenta la historia de dos gatilleros, hombres de ley, quienes tienen que poner orden en el conflictivo pueblo de Apaloosa, donde un adinerado ranchero llamado Randall Bragg (Jeremy Irons) y sus secuaces están poniendo los pelos de punta a los habitantes del lugar Los muchachos chicos de la historia son el callado y mortífero sheriff Virgil Cole (Ed Harris) y su astuto ayudante Everett Hitch (Viggo Mortensen) En un principio, todo pinta para ser un trabajo como todos los que la pareja de amigos ha tenido que hacer, sin embargo, en esta ocasión aparecerá un factor extraño e inoportuno: una mujer Resulta que al pueblo llega una tal Allison French (Renne Zellweger), una viuda educada que busca trabajo y un lugar para vivir, aunque debajo de esa inocencia Allison es una espada de doble filo para la amistad entre Hitch y Cole Entre la vida y la muerte es una cinta que, como todos los westerns, gira en torno de un duelo ineludible, una escena de balazos entre las fuerzas del bien y del mal; sin embargo, el guión de Robert Knott y Harris posee elementos que evitan que la cinta sea un producto acartonado Por un lado encontramos personajes complejos, más que estereotipos, lo cual da pie para que los actores se luzcan, al tiempo que se genera un contexto dramático sabrosón, antes de que llegue la hora final Claro que cuando ésta llega, lo hace de manera un tanto brusca, lo que resta un poco de puntos a la historia, los suficientes para que no llegue con bombo y platillo a los Oscar, pero los suficientes también para dejar un buen sabor de boca, y ello sirve de motivación suficiente para esperar por el siguiente trabajo de Ed Harris como director