Doris Lessing: Memorias de una superviviente

lunes, 18 de febrero de 2008 · 01:00
México, D F, 18 de febrero (apro)- La prensa acaba de difundir la fotografía de la escritora, Doris Lessing, en el preciso momento en que recibe el Premio Nobel, en su casa de Londres, debido a que, por razones de salud, estuvo ausente de la ceremonia oficial, celebrada en Estocolmo, Suecia, el pasado 10 de diciembre Mientras, en México --y en España-- Ediciones DeBolsillo, de la casa Random House Mondadori, circula por primera vez en español su Memorias de una superviviente (Memoirs of a survivor, 1974) Esta obra, definida por la propia escritora como "un intento de autobiografía", narra la historia de una mujer de clase media que, en medio de una época de violencia, queda a cargo de una niña adolescente El libro consta de 223 paginas; entre las tantas novelas de Lessing (Kirmansha, hoy Irán, 1919) destacan: El cuaderno dorado (1962), la cual la situó en primer plano de la sociedad literaria mundial; Canta la hierba (1950); Instrucciones para un viaje al infierno (1971); Risa Africana (1992), y, la más reciente, La grieta (2007) Además del Nobel, Lessing ha recibido, en palabras suyas, "todos los malditos premios que se dan en Europa"; eso incluye El Somerset Maugham Award (1954), el Prix Médicis Étranger (1987), El W H Smith Literary Award (1986), y el Premio Internazionale Mondello (1987), entre otros La siguiente es una probadita de la novela, su comienzo: Todos recordamos esa época No fue distinta para mí que para otros Sin embargo hoy nos contamos una y otra vez las particularidades de los hechos vividos y, al repetirlos y escucharlos, es como si dijéramos: "¿Fue así, también, para ti? En ese caso, eso lo confirma, sí así fue, así debe de haber sucedido, seguramente, no lo imaginé" Competimos y disputamos, como gete que ha visto seres extraordinarios durante aun viaje "¿Viste ese gran pez azul? Ah, el que tú viste era amarillo" En cambio, el mar que cruzamos fue el mismo, el periodo prolongado de malestar y tensión, antes del fin, el mismo para todos, en todas pares: en los sectores que conformaban nuestras ciudades, las calles, los grupos de altos edificios de apartamentos, en los hoteles, como también en las ciudades, las naciones, los continentes? Es verdad, admito que hay imágenes bastante exageradas, cuando consideramos los hechos a que me refiero, imágenes como peces extraños, océanos y demás Tal vez no estaría fuera de lugar mencionar aquí la forma en que todos, todos nosotros, tendemos a contemplar un período de la vida a través de una serie de sucesos, para encontrar en ellos mucho más de lo que encontramos en el momento en que se registraron Esto es verdad, aún en cuanto a hechos tan desalentadores como los desperdicios dejados en los parques de una fiesta popular La gente compara impresiones como si se deseara, o esperara, la confirmación de algo que los hechos en sí no autorizaron, ni mucho menos algo que, en apariencia, excluyeron del todo ¿La felicidad? Palabra que he tomado en determinadas épocas de mi vida para examinarla, aunque nunca la vi mantener su forma ¿Un significado, entonces, un propósito? De todos modos, el pasado, visto en retrospectiva desde mi estado de ánimo actual, aparece empapado en una sustancia que antes le era, aparentemente, ajena, extraña a mi vivencia del mismo ¿Es posible que esta sea la esencia de la verdadera memoria? Nostalgia no, no me refiero a ella; al ansia al lamento, a ese escozor lleno de ponzoña Tampoco se trata de la importancia que cada uno de nosotros intenta incorporar a tan poco significativo pasado: "Yo estaba allí, ¿sabes? Yo lo presencié" Es, no obstante, esta propensión nuestra la que tal vez me permite las metáforas fantásticas De verdad vi peces en ese mar, como si las ballenas y los delfines hubiesen decidido mostrarse de color escarlata y verde, pero yo no comprendiese el momento que estaba viviendo e ignorase, con seguridad, hasta qué punto mi experiencia personal era común, compartida Esto es lo que, al mirar hacia el pasado, reconocemos en primer término: nuestras semejanzas no nuestras diferencias?

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