Emilio Carballido y la danza

lunes, 18 de febrero de 2008 · 01:00
México, D F, 18 de febrero (apro)- Si bien la gran veta artística de Emilio Carballido (1925-2008) era el teatro, su otra gran pasión era la danza Amigo entrañable (prácticamente hermano) de Guillermina Bravo y de Amalia Hernández, Carballido estuvo siempre cerca de ellas y las impulsó para que desarrollaran su arte de manera prolífica Carballido nunca disimuló su entusiasmo por las propuestas escénicas de Hernández y señalaba, con gran énfasis, la importancia de que la coreógrafa fundadora del Ballet Folklórico de México hiciera espectáculos sobre algunas de las tradiciones dancísticas del país Y tanto la quería que la defendió a capa y espada sobre las críticas que se le hacían a la también bailarina por "banalizar y reducir a shows" algunos de sus montajes así como por la "adulteración de contenidos culturales" de sus espectáculos El dramaturgo era conocedor de una buena parte de las principales compañías de danza folklórica en el mundo, y en especial de la Moiseyiev Esto, más su enorme capacidad de argumentación, ponía en jaque a los críticos de la creadora ?ya fallecida-- de la compañía de danza folklórica más importante de América Latina, institución que hoy en día sigue teniendo presentaciones de forma cotidiana en el Palacio de Bellas Artes En el caso de Guillermina Bravo fue otra cosa Ambos tuvieron una plena relación intelectual que significó también toda una vida de colaboraciones de él dentro del Ballet Nacional de México, y de ella en las puestas en escena del propio Carballido o en obras escritas por él Y era tan cercana la relación entre ellos que, cuando el Ballet Nacional se mudó a la ciudad de Querétaro, Guillermina Bravo le ofreció a Carballido que él comprara una casa en el condominio que se construyó para los principales integrantes de la compañía Esto con la idea de que el escritor participará activamente en la capacitación académica del propio Ballet Nacional de México, así como para impartir clase en la escuela recién fundada por ella y su grupo Así lo hizo Carballido, y durante muchos años viajó constantemente a Querétaro para trabajar muy cercanamente con la matriarca de la danza moderna en México Y era tal su pasión por el trabajo de la artista, que impulsó de manera activa a su compañero de vida Héctor Herrera a que tomara clases en dicha compañía mientras tuvo su residencia en la Ciudad de México Posteriormente Herrera se incorporó al grupo de Filomarino para el cual Carballido hizo el guión de Kurt Weil, desastre y esperanza, que fue un fracaso En 1967, Bravo hizo el trabajo coreográfico para Yo también hablo de la rosa, Silencio pollos pelones, ya les van a echar su maíz, Cantata a Hidalgo, Acapulco los lunes, Almanaque de Juárez y Tianguis Durante el velorio de Carballido en Jalapa, Bravo se mostró consternada y le hablaba a su amigo que yacía en el ataúd: "¡Ay Emilio, pero si eras tú quien me tenías que enterrar!" Más tarde declaró que "en los últimos cincuenta años no ha habido un día en que no se represente una obra de Carballido en el país Él es el verdadero autor de México"

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