Mocasín

lunes, 18 de febrero de 2008 · 01:00
México, D F, 18 de febrero (apro) La maternidad sin duda ha despertado la fibra sensible de la creación artística para niños de la dramaturga y directora Sandra Félix, en esta ocasión para ofrecer una obra deliciosa que disfrutan no sólo lo pequeños sino también los adultos: Mocasín (Un paisaje Búlgaro) Sandra Félix define a este trabajo como "una obra con interés social", que habla de la familia, sus preocupaciones y su espacio vital, combinada con elementos lúdicos que abordan el tema del amor a los animales a través de la historia de Mocasín, un perrito que, cuando llega a la casa de la familia Todorov, tiene el tamaño de un zapato y después crece más grande que sus propios dueños, con los problemas que este crecimiento desmedido genera La historia se desarrolla en el contexto histórico del comunismo en Bulgaria, con elementos de crítica a un sistema político totalitario donde aparentemente la justicia social era perfecta Sin embargo, la propuesta de Sandra Félix evita el enfoque demasiado político para simplemente dar el contexto de una familia en un país comunista buscando vivir en mejores condiciones En escena vemos la relación de esta familia con un funcionario del Partido Comunista (el tío Petrov) y el calvario que viven al aceptar lo que en principio era un cachorrito inofensivo que este hombre les obsequia "para evadir la enajenación de la vida moderna" Para el autor, Reynol Pérez, conocedor de la realidad búlgara, la familia Todorov y Mocasín representan una muestra no sólo de una cultura que pudiera parecernos lejana, sino el reflejo de valores y problemáticas que por su carácter universal pueden siempre conmovernos, ya que sin un espacio vital, de algún modo, todos nos sentimos perdidos Los Todorov aceptan el regalo de su influyente "amigo" con la esperanza de que éste les ayude a conseguir una vivienda más amplia, ya que la pareja y sus dos hijas viven en un pequeño cuarto que hace las veces de sala, recámara, comedor y cocina (cualquier semejanza con nuestras casas de interés social es mera coincidencia) Desafortunadamente para ellos el funcionario desaparece mientras el perro, tragón y travieso, cobra proporciones enormes, circunstancia que causa numerosos conflictos con los vecinos (que inclusive culpan a Mocasín de haberse comido a una anciana y una niña) y entre la misma familia La madre exige deshacerse del intruso que cada vez consume más espacio y comida, pero ¿cómo desechar el regalo de tan importante personaje? Cualquier error podría causar su ira y la consecuente pérdida de la oportunidad de obtener una mejor vivienda No diremos cómo concluye la historia? Se trata sin duda de una obra muy divertida, en un tono de comedia que, al mismo tiempo, divierte y mueve a la reflexión, y que tiene entre sus principales atractivos el disfraz del enorme Mocasín, interpretado por René Moya, quien incluso convive brevemente con los niños al término de la función Mocasín (Un paisaje Búlgaro), se presenta sábados y domingos en el Teatro Orientación, a las 12:30

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