Esquizofrenia

lunes, 25 de febrero de 2008 · 01:00
México, D F, 25 de febrero (apro)- En verdad que los humanos sois esquizofrénicos Muestra de ello es este día de San Valentín, que más ilógico no puede ser Se empeñan en asegurar que el amor es el sentimiento más alto que pueden sentir ¿Y cuál es la verdad? Que sus descubrimientos científicos van confirmando que no es más que un estado de ánimo fisiológico, bioquímico que directamente se traduce en comportamiento de los individuos, por lo que lo único que hace su esquizofrenia es confundir los deseos fantasiosos de sus neuronas con el producto de sus hormonas que, como en todo macho y hembra, en todo animal, no buscan más que perpetuar sus genes Estimados lectores: esta andanada de conceptos, en tono doctoral, me los dirigió la lechuza, vieja inquilina del campanario de la iglesia y amiga mía, en plática que sostuve con ella en el pasado día de San Valentín Por considerar que sus opiniones pueden serles por lo menos divertidas, es por lo que les ofrezco un resumen de la misma en esta carta Espero que así sea Como contestara a sus anteriores conceptos con un: "¿ay, vieja amiga! Olvida un pequeño detalle, pero definitivo: nosotros, los humanos, a diferencia de ustedes, los animales, hemos alcanzado el punto de poder separar el sexo de la reproducción, lo que nos ha permitido --y permite-- si no espiritualizarlo, al menos idealizar, espiritualizar el acto carnal" Al ir escuchando mis palabras, a mi amiga se le fueron engrifando las plumas y abriendo más los ojos Con ira contenida me contestó lo siguiente: --¿Qué habéis espiritualizado el sexo? Yo más bien creo que lo habéis trivializado Si, es vedad que para vosotros, los humanos, el sexo ya no es solamente inseminación, pero ¿estás seguro que eso lo ha espiritualizado? A mi me parece que habéis hecho del mismo una diversión, más que otra cosa, en un placer que halaga y justifica el egoísmo de cada uno y todos los que ejercéis ese sexo liberado de la procreación; halaga y justifica la irresponsabilidad del enamorado veleta; la vanidad de coleccionista del mujeriego, la falta de delicadeza del depravado; las desviaciones de los viciosos y obsesionados Esa pretendida idealización o espiritualización que habéis hecho de lo sexual, perdóname que te lo diga, no es más que una justificación ad hominen ? aquí, como viera mi cara de sorpresa ante su saber de latines, aclaró doctoralmente; es decir, una justificación no objetiva, sino más bien adaptada al modo de pensar de vosotros, los hombres ?guardó por unos instantes silencio y continuo luego irónica--; y ahora también de las mujeres, pues con eso de la igualdad y la libertad para todos que os gastáis hoy ya no únicamente tenéis don Juanes sino también doñas Juanas Esquizofrenia es, digo, el que hombres y mujeres afirméis que el amor es para vosotros lo mejor, lo más alto y valioso de sus vidas y al mismo tiempo que en tanto lo valoran, lo convirtáis en un sentimiento light, en una diversión, en un pasatiempo, en un producto más de úsese y tírese de ese su mundo consumista en que respiran ¡Ah!, con razón este su tan festejado día de san Valentín no es tanto la celebración de un sentimiento feliz como la calculada manipulación de un instinto natural en beneficio del consumismo, de los intereses comerciales Ante ésta vuestra triste realidad más os valdría que dejarais los subterfugios, los argumentos y medios que exponéis para eludir vuestra verdad sexual, que, en esencia, no es más que la verdad por la que se rige toda planta y todo animal de este planeta, y admitir de una buena vez y por todas que eso que llaman amor no es más que una función fisiológica, bioquímica que no tiene otro objeto que la reproducción de la especie Al respecto, tengan en cuenta lo que dijo un tal doctor Marañón, que el ser cuyo instinto, como el de don Juan, está fijado en y por el sexo, está expuesto y bien puede traspasar la frontera de lo natural y caer en la perversión Cuídense ¿Ah!, razón tiene el dogma católico que afirma que el sexo no tiene otro sentido y otra función que el de la reproducción En este punto, un tanto amoscado por su apasionada y equivocada perorata, la interrumpí diciéndole que tuviera en cuenta que el catolicismo oficial era de lo más patriarcal y antifeminista, y que no tenía en cuenta que los humanos somos, en muchos sentidos, muy diferentes al resto de los animales A medida que me oía, otra vez se le engrifaron las plumas y abrió tamaños ojos Como vio que proseguía con mis argumentos, quiso callarlos gritando una y otra vez: --¡justificación ad hóminen! ¡Justificación ad hóminen! ¡Justificación ad hóminen! Vio que no lo conseguía y se enfureció Abrió las alas y dio dos o tres saltos tan violentos que a punto estuvo de perder el equilibrio y caer en la rama en que estaba posada; seguidamente emprendió el vuelo hacia su nido, el campanario de la iglesia, con lo que me dejó con la palabra en la boca ¡Ah!, pero la próxima vez la obligaré a escucharme para convencerla de que los humanos, en cuestiones de amor, no somos esquizofrénicos ¿Lo lograré? Los tendré al tanto Sin más por el momento, sinceramente de ustedes DOCTOR DOOLITTLE

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