Decisión politizada
En 1991, la mayoría priista en la Cámara de Diputados decidió que se quemaran las boletas de la cuestionada elección de Carlos Salinas de Gortari El martes 11 de marzo otra mayoría, la de seis ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, impuso el criterio de que ya se deben destruir las boletas de la controvertida elección de Felipe Calderón Hinojosa, destaca la edición 1637 de Proceso
Apenas un voto de diferencia bastó para que el máximo tribunal desestimara la petición de acceso a los paquetes de la elección presidencial, y colocó por encima a la ley electoral, que ordena su destrucción
Con esa resolución favorable a la negativa del Instituto Federal Electoral (IFE) de permitir el acceso a las boletas, el consejero presidente de este organismo, Leonardo Valdés, aseguró al día siguiente que él favorece la posición contraria: que el acceso a las boletas forma parte del derecho ciudadano a la información
Sin embargo, el intento de Proceso de hacer efectivo este derecho, recién ampliado en la Constitución, se topó con un bloque de ministros que, con argumentos contradictorios, se sumó a la negativa del IFE, del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y del Juzgado Cuarto de Distrito en Materia Administrativa para abrir los paquetes de la elección del 2 de julio de 2006, publica Proceso en su número 1637