Viernes santo y la maldición de Malinche

lunes, 24 de marzo de 2008 · 01:00
México, D F, 24 de marzo (apro)- Hernán Cortés arribó a las costas del Imperio Azteca el Viernes Santo de 1519, poco antes de que diera comienzo el año Uno-Caña y por ello fue confundido con Quetzalcóatl, el rubio barbado quien, según la leyenda tolteca, regresaría para gobernar como le correspondía justamente aquel año Cortés había llegado a nuestras tierras por órdenes de su suegro, emperador de Cuba y, una vez en las costas mexicanas, el 10 de julio de dicho año, se sintió con suficientes credenciales como para enviar a Carlos V, el monarca más poderoso de Europa su primera Carta de Relación El rango militar de Cortés era el de capitán, se hallaba en la costa del actual estado de Veracruz, "donde tenían que salir a mariscar para tener que comer", según palabras de uno de sus soldados, Bernal Díaz del Castillo La fecha en la que esto ocurre es una pieza clave del rompecabezas Sin embargo, no es el Viernes Santo el día que recuerdan los abuelos mexicanos como funesto para su historia, sino el 13 de agosto cuando ocurrió su derrota ante Cortés La caída de México-Tenochtitlán sucedió el día 13 de agosto de 1521, según la crónica de los antiguos, el día Uno-Serpiente, año Tres-Casa Acaso la primera canción que podría considerarse "mexicana" haya sido un romance que los soldados españoles dieron en cantar, tras sufrir penoso descalabro en la Noche Triste peleando ante las fuerzas de Cuauhtémoc: En Tacuba está Cortés con su escuadrón esforzado, triste estaba y muy penoso, triste y con gran cuidado; la una mano en la mejilla y la otra, en el costado (Citado por Salvador Morales en La música Mexicana Raíces, compositores e intérpretes Editorial Universo, 1981) Hacia 1960, Telesistema Mexicano --hoy Televisa-- encargaría a algún compositor desconocido el popurrí para canción identificadora de canal, en una pieza que en su fragmento de huapango, dice: Los aztecas te formaron, como imperio señorial De España te conquistaron, pero nunca te quitaron tu cielo primaveral Por considerarse herida mortal que sigue sangrando a la nación mexicana, el tema de Cortés y la Conquista no es un tema recurrente en las canciones mexicanas, si bien en 1970 sirvió a Gabino Palomares en "La maldición de Malinche", canción que hiciera popular la desaparecida sinaloense Amparo Ochoa Del mar los vieron llegar Eran los hombres barbados de la profecía esperada Iban montados en bestias, Como demonios del mal Iban con fuego en las manos y cubiertos de metal? Hoy, en pleno siglo XX nos siguen llegando rubios Y les abrimos la puerta y les llamamos amigos Pero si llega cansado un indio de andar la sierra, lo humillamos y lo vemos como extraño Juan sin Tierra? ¡Oh, maldición de Malinche, enfermedad del presente! ¿Cuándo dejarás mi tierra, cuándo harás libre a mi gente? Desde luego, es preferible reír que llorar A José Guízar Valencia Morfín (1912-1980), mejor conocido como Pepe Guízar, se le considera el Pintor Musical de México En 1930, compuso su primera canción, el célebre son Guadalajara, dedicado a su tierra natal y prototipo de la canción de mariachi jalisciense; una noche de 1936, cuando convivía con amigos en la cantina "El Salvador", de Monterrey, Nuevo León, entre los que se hallaba Emilio Azcárraga Villaurreta, éste prometió hacerlo estrella en su estación radiofónica XEW, como sucedió Autor de Como México no hay dos, Soy de San Luis Potosí, Chapala, Pátzcuaro, Tehuantepec, China Poblana, Corrido del norte y tantas otras piezas de 92 que registró, Pepe Guízar también cantó su cariño a la capital en Pregones de México, así: Mexicano de verdad, México es mi capital con su capital preciosa frente al Zócalo y al lado su Palacio Nacional México es mi capital y despierta mi ciudad al rumor de los pregones? que de calle en calle van gritando: ¡Marchantita, mercarán! Mérqueme asté las flores de Xochimilco; amapolitas que ora abrieron pa?asté, rosas pa?que mañana que es día domingo, se las lleve a la Virgen, nuestra mercé? Aquí traigo este cantar inspirado en un rebozo y en el verde, blanco y rojo de mi patria sin igual, ¡México es mi capital! Agustín Lara registró un total de 409 canciones en géneros muy diversos y su obra ronda la cifra de 600 composiciones Hijo adoptivo de Tlacotalpan, a partir de 1968, El flaco de oro y también llamado Músico poeta compuso tonadas españolas a la Madre patria, sin haberla visitado aun (Madrid, Murcia, Navarra, Toledo, Sevilla, Clavel sevillano, Valencia, Castilla, Rosa castellana) y a otras geografías soñadas (Arabia, Tánger, Casablanca, Broadway, Rancho de Texas, Habana, Camagüey) que conocería a partir de su primera gira por Sudamérica y Nueva York, en 1941 Pianista educado de niño en el Liceo Fornier capitalino por lo que hablaba francés, Lara dedicó a París Lágrimas de Francia, Rapsodia en rosa y la java Bola negra (1939); para México escribió la marcha Tierra mexicana, los valses Monterrey y Janitzio; Sol de Veracruz, Noche criolla, Lamento jarocho, Veracruzana y sobre todo, el bolero Veracruz fomentaron la leyenda de haber nacido "rumbero jarocho, trovador de veras" (en su célebre chotís de 1948 llama a Madrid "pedazo de la España en que nací" y es la "tierra donde yo nací" que canta en su pasodoble igualmente titulado Madrid e incluso, en Rancho de Texas entona con voz en cuello: "yo soy texano") Se asegura nació en la capital mexicana, ¿por qué no habría de escribirle al DF alguna de sus 600 pieza? Y en 1936 cantó a Xochimilco, canción ranchera que en sus versos finales dice: Primavera que lleva su trajinera engalanada, Xochimilco, Iztapalapa, ¡qué bonitas florecitas mexicanas?! ¡qué bonitas muchachitas mexicanas! (Canciones y poemas de Agustín Lara, antología realizada por Roberto Ayala, en Ediciones del Club de Discos Selecciones/Orfeón y Organización Editorial Novaro, 1969 Promotora Hispano Americana de Música, S A ?PHAM-- Historia de la música popular mexicana, de Yolanda Moreno Rivas CNCA/Alianza Editorial Mexicana, 1979) Pero sin duda, la canción que mejor "pinta" a la Ciudad de México, es aquella que musicalizara el yucateco Guadalupe Trigo: Mi ciudad Mi ciudad es chinanpa en un lago escondido, Es zenzontle que busca en donde hacer nido Rehilete que engaña la vista al girar, Es un son con penacho y zarape veteado, que en las noches se viste de charro y se pone a cantarle al amor Porque, como entona Jorge Negrete en Yo soy mexicano de Esperón y Cortázar: Yo soy mexicano y a orgullo lo tengo, Nací despreciando la vida y lamuerte Y si echo bravata, También la sostengo? Yo soy mexicano, de naiden me fío y como Cuauhtémoc cuando estoy sufriendo, antes de rajarme, me aguanto y me río ¿Para qué recordar que un Viernes Santo fue cuando llegó Cortés a conquistar nuestras tierras? Nos esperamos entonces hasta que llegue aquel funesto día de la caída de Tenochtitlán en agosto, para echarle bravata al gachupín

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