La memoria en donde ardía, de Miguel Bonasso

lunes, 21 de abril de 2008 · 01:00
México, D F, 21 de abril (apro) Un libro de Miguel Bonasso es siempre una garantía, desde su inolvidable y dramático Recuerdo de la muerte, donde nos abrió las entrañas de la guerra brutal de la dictadura Argentina de los años setentas y el papel de la guerrilla Del periodista Bonasso se edita ahora, 15 años después, La memoria en donde ardía, inevitable el mismo tema, pero en novela Editado en Océano, el libro se compone de tres partes tituladas Once años no es nada, El laberinto y Resurrección, además de una nota a la edición mexicana y un epílogo En esa nota, el exvocero de la guerrilla nos remite a la republicación de su obra: "No fue fácil releer la memoria en donde ardía para escribir esta nota: regresaron las penas, los fantasmas y los gritos del silencio "Aunque ésta es una obra de ficción, se trata de una ?ficción? fuertemente contaminada por el relato histórico y testimonial Aunque dista mucho de ser una narración autobiográfica, es obvio que hay grandes similitudes entre el protagonista Sergio Di Rocco y el autor que decidió inventarlo Pero lo que más me inquieta de este libro no es tanto el pasado que urdió la trama como las oscuras premoniciones que lo habitan y se hicieron evidentes con el paso de los años Premoniciones que trascienden el marco histórico y llegaron a castigarme, misteriosamente, en el centro de mis afectos "Soy poco dado a los prólogos y menos aún a los prólogos sobrecargados de referencias personales, pero no encuentro otra manera de introducir al lector en las claves esenciales de la novela sin aportarle algunos datos que no están en sus páginas, sino al ?revés de la trama? "En marzo de 1988, tras 11 años de exilio (como Sergio Di Rocco), pude regresar a ?mi Buenos Aires querido? El golpe fue brutal: el escenario era (aparentemente) el mismo de nuestra juventud perdida, pero ya no estaban los protagonistas Con Silvia, mi compañera desde la adolescencia y madre de mis hijos, recorrimos la ciudad --tan amada e idealizada en el limbo del exilio-- como dos sombras, convencidos de que no pocos compatriotas, nos miraban como intrusos: ¿Qué hacen estos dos acá y ahora?, ¿a qué vinieron?, ¿no deberían estar muertos?? "Hallamos refugio en un reducido núcleo de fieles, con los que habíamos compartido primero la clandestinidad y luego el exilio en México Pertenecían a ese género híbrido latinoamericano que Paco Ignacio Taibo II bautizó los argenmex Afuera de ese cobijo nos aguardaba la Argentina Pero no la que habíamos acunado en el sueño revolucionario de los setenta o idealizado en las nostalgias del exilio, sino la Argentina real de 1988 "En la Argentina real agonizaba el gobierno del radical Raúl Afonsín, que de ?radical? tenía muy poco Este gobierno, el primero de la democracia recobrada tras el descalabro de los militares en Malvinas (1982), había empezado juzgando a las juntas militares responsables del terrorismo de estado, pero no tardó en arrepentirse de aquella audacia y dictó las leyes de ?obediencia debida? y ?punto final? que dejaron impune el genocidio "Lo hizo por medio, bajo presión de los asesinos En la Semana Santa de 1987, un grupo de oficiales que habían participado en la represión clandestina se rebeló contra los juicios por graves violaciones a los derechos humanos y puso a la joven democracia contra la pared ?Los repintadas?, como se les llamó por sus rostros embetunados al estilo ?comando?, se encerraron en un cuartel de la principal guarnición del país y se negaron a salir si el presidente Alfonsín en persona no se reunía a escuchar sus reivindicaciones?"

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