Venganza y traición

domingo, 18 de mayo de 2008 · 01:00
Se mueven entre Querétaro, Morelos, Guerrero, Sonora, Sinaloa y el Distrito Federal, donde disponen de casas de seguridad y de un nutrido ejército de gatilleros para eliminar a los rivales que se interponen en sus fines criminales; tienen amplias relaciones en la esfera del poder político, se infiltraron en las corporaciones policiacas y hasta diciembre de 2007 eran considerados como la segunda célula más poderosa del cártel de Sinaloa, cuyo liderazgo oficialmente se le reconoce a Ismael Zambada García, El Mayo, publica Proceso en su número 1646 Se trata de los hermanos Beltrán Leyva: Marcos Arturo, El Barbas; Héctor Alfredo, El H o El Mochomo (preso en el penal federal de Puente Grande, Jalisco, desde enero pasado); Mario Alberto, El General, y Carlos Todos ellos se iniciaron en el negocio del narcotráfico a finales de los ochenta bajo la tutela del llamado "jefe de jefes", Miguel Ángel Félix Gallardo, detenido en abril de 1989 Sin embargo, ahora los Beltrán Leyva están en conflicto con quien fuera su socio y amigo, Joaquín Guzmán Loera En los círculos policiacos la ruptura se considera como un hecho y se atribuye a que los Beltrán quisieron independizarse y formar su propio cártel Después de mantenerse impunes por más de dos décadas, son ahora los capos más perseguidos por el gobierno mexicano tras los múltiples atentados perpetrados contra altos mandos policiacos federales Aunque en lo que va del sexenio han sido ejecutados poco más de 450 jefes tanto de la policía federal como de las corporaciones estatales, el caso que más sacudió al gobierno de Felipe Calderón, por el nivel de infiltración y poder que mostraron los Beltrán Leyva, fue el asesinato de Édgar Millán Gómez, coordinador de Seguridad Regional de la Policía Federal Preventiva (PFP) y quien encabezaba los operativos contra los cárteles del Golfo y de Sinaloa, destaca Proceso en su edición 1646

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