¡Mediterráneo!
México, D F, 19 de mayo (apro)- Impredecibles humanos: con estupor, regocijo e indignación nos enteramos que uno entre ustedes, y no uno cualquiera, ha descubierto ¡de nuevo! el Mediterráneo ¡Qué hazaña!
Por supuesto todos y cada uno de ustedes, hombres, pueden hacer lo que le dicte su soberana voluntad, están en su derecho así como a nosotros nos parezca mal esa su decisión y por lo tanto nos incomoda el que para ese nuevo descubrimiento marítimo, otra vez se haya tomado a los de nuestra especie como medio, como símbolo para ilustrar y reforzar dicha proeza ¡Ya ni la amuelan! Por siglos llevamos sufriendo el mal concepto en que nos tienen y el maltrato que, por lo general, siempre nos han dado en pago de los buenos y numerosos servicios que les hemos prestado y seguimos prestando en buena parte del planeta Eso debe cambiar Nos duele, sí, que reconociendo nuestra capacidad y mucho aguante para el trabajo, esas virtudes las hayan visto de manera negativa en nuestra especie al atribuirlas a que somos necios, tardos, tozudos, escasos de entendimiento, estúpidos
Nos indigna, sí, que por esa su habilidad en desdoblar sus ideas y deseos, nos hayan convertido en símbolo de la boba indecisión que aniquila; en alegoría de la fatuidad de los éxitos, de los aciertos por casualidad; en ejemplo de la estupidez que hace que se admita y se sufra como natural la ley del empleo del palo y la zanahoria; en la caricatura de la cruel y brutal realidad en la que respiran, realidad en la que el dinero lo puede todo, todo lo alcanza, por ejemplo
Bueno, tenemos que reconocer que hoy no nos maltratan tanto como en el ayer ¿Por qué? Por una buena y sencilla razón: porque ya no desempeñamos tantos trabajos, porque nos están sustituyendo máquinas, porque ya no somos tan útiles como le fuimos en el pasado y no somos tantos, lo que nos está convirtiendo en una especie en vías de extinción ¿Qué pensar de esto?
Perdón porque, con tanto resentimiento, esté convirtiendo la presente en memorial de reclamos Vuelvo a la información
No sé si ustedes están enterados, pero en días pasados y en algunos medios se informó que un purpurado, o sea, un cardenal de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, mexicano él y de nombre Juan Sandoval, en reunión con feligreses, de los llamados "los menos favorecidos" por supuesto, les dijo lo siguiente:
"No hay rico ?rico, rico, rico?que sea honrado, porque trabajando nadie se hace rico, porque si se hiciera uno rico, los burros serían los más ricos?"
Que nos perdone monseñor, pero eso ya lo sabíamos los de nuestra especie desde hace siglos Que los rico no son honrados, que explotan el trabajo de los pobres lo dijeron ya los profetas hebreos, el mismo Cristo, los santos padres de la Iglesia, que se manifestaron contra la propiedad y los dueños de las mismas; filósofos, como Juan Jacobo Rousseau y economistas y sociólogos como C Marx y J P Proudhon Total, como dice el Eclesiastés, no hay nada nuevo bajo el sol
Lo extraño es ver como esa declaración del ilustre purpurado no ha indignado a los trabajadores ¿Será porque los medios no la han publicitado lo suficiente? ¿Porque ya lo saben y se resignan a esa su lamentable situación por necesidad, por miedo o porque saben que es inútil rebelarse? ¿Qué pensar al respecto?
También es extraño que los que se han irritado por esa declaración sean los capitanes de las finanzas y la industria, los empresarios, patrones, empleadores o como quieran llamarlos, todos ellos cristianos, católicos en su mayoría ¿Por qué habrá sido? ¿Por qué ignoran lo que pensaban y dijeron de los ricos los profetas hebreos, los santos padres de la Iglesia e incluso el mismo Cristo? ¿O será que les importa un pito esos juicios por considerarse más sabios y mejor que los profeta hebreos, los santos padres de la Iglesia y el mismo Cristo? ¿Cuál es la respuesta?
Con estas interrogaciones cierro la presente
En nombre de todos los de mi especie y el propio, con el sincero deseo de que, por su bien, humanos, puedan responder con verdad las preguntas que las mismas encierran
LA BURRA DE BALAAM
PD: Escrita esta carta y lista para enviarla a este buzón, EL FLAUTISTA la leyó y expresó lo siguiente: que no me tomara las cosas tan apecho, pues las referencias a los de nuestra especie en sus dichos, sentencias y refranes no son más que metáforas, por lo que cuando nos citan a nosotros en las mismas, en realidad se refieren a ustedes, los humanos
¿Será una de sus burradas o habrá acertado una vez más? aunque sea por casualidad? ¿Qué dicen ustedes?