Memorias, Juan José Gurrola

lunes, 19 de mayo de 2008 · 01:00
México, D F, 19 de mayo (apro)- Una relación teatrero-periodista-teatrera que derivó en amistad y admiración --seguro estoy que recíproca-- Memorias, Juan José Gurrola, el más reciente libro de Alegría Martínez, editado por El Milagro y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), como la misma autora señala, es un asomo al nebuloso mundo de Gurrola, mezcla de mito y realidad, que la entrevistadora traduce en un tránsito que va de la pose, pasando por la genialidad, hasta profundizar en la parte más humana del Enfant terrible del teatro mexicano En las 181 páginas que integran este libro, la autora nos da cuenta de un diálogo que inició hace más de 20 años con una entrevista de la entonces muy joven Alegría Martínez y que sólo cesó con la muerte del irreverente renovador del teatro de nuestro país A través de la pluma de la periodista, Gurrola nos habla de su infancia, de cómo --por ejemplo-- a los tres años de edad pronunció su primer poema: "Mi madre no se daba cuenta de mi potencial", afirma el director que recuerda a su padre --Juan José Gurrola Borrego-- como un bohemio y genio de la publicidad Rememora también su paso por el English School of Boys y la Preparatoria 1 Su admiración por Fernando Wagner y Seki Sano, aunque reconoce: "Nunca estudié teatro? siempre --afirma-- pasas como en una nebulosa sin saber qué es realmente este acto fenomenal, fabuloso, peligrosísimo que es estar en el escenario y decir algo" Su relación con el movimiento de Poesía en Voz Alta, que en su opinión "no creo que haya significado algo"; la Mafia, un grupo de jóvenes que rechazaban las viejas formas de manifestación cultural, al que Gurrola pertenecía; su auto definición de solitario; su negativa al juego político: "no se puede ocupar ese lugar siendo un genio, porque el genio no se vende y menos siendo outsider; su íntima relación con Juan García Ponce; el trabajo con los múltiples actores que pasaron por sus manos y su concepción del teatro; son algunos de los múltiples tópicos que, con su destreza periodística y conocimiento del fenómeno teatral, Alegría Martínez va hilvanando con amenidad, conocimiento de causa y un toque de poética Memorias, Juan José Gurrola, incluye también una sección central denominada Memoria gráfica, en la que a través de imágenes, a vuelo de pájaro, el lector puede disfrutar un resumen visual de la vida del polémico Gurrola, desde sus años de infancia al lado de su mamá Margarita y su abuela del mismo nombre a finales de los años 30 en Orizaba, Veracruz; su primera novia de nombre Matilde; su paso como director de Televisión Universitaria; acompañado de personalidades como Fiona Alexander, Yolanda Montes Tongolele, Gilberto Aceves Navarro, etc; su boda civil en 1979; el registro de algunos de sus montajes; momentos al lado de su hija Flor Edwarda, hasta su dirección de I pagliacci en 1993 A manera de epílogo, Alegría Martínez incluye una síntesis de Sencillamente complicado, de Thomas Bernhard, última obra llevada a escena por Gurrola, quien se identifica plenamente con el personaje central convencido de ser un genio, Minetti, quien afirma: "Me hice un genio de la desesperación" Como un testamento escénico, "Al llegar a los últimos párrafos ?comenta Alegría Martínez-, donde hace alusión a los parlamentos del personaje de la obra, parece que por fin Gurrola se detiene en su vorágine, para volver suya la conclusión final de un ser humano al borde de su partida"

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