"Cómo ser benefactor de la humanidad"

lunes, 26 de mayo de 2008 · 01:00
México, D F, 26 de mayo (apro)- Lector de toda mi consideración: deseo y espero que su bondad sabrá perdonar el que ose iniciar la presente con el planteamiento que sigue Si usted es de los que está con el ama inquieta porque ha leído en los periódicos o en alguna revista, o porque a oído o visto en radio o en televisión que la globalidad en la que vivimos está polarizada, ya que en ella una inmensa parte de la población del planeta no sólo no cuenta con los medios de superación, sino que incluso no puede acceder a los mismos, permítame decirle que se despreocupe Si usted es de los angustiados que se atormentan porque le han dicho o se ha informado por los medio que la globalidad está generando, justificando e incluso legalizando la precariedad en el trabajo, con lo que contribuye al empobrecimiento y la marginación de grandes sectores de la población, ensanchando y profundizando con ello la brecha que separa a los ricos de los pobres, tanto entre los individuos como entre las naciones, por favor le ruego que se calme Si usted es de los que está con el ánimo por los suelos por miedo y aflicción porque se ha informado o ha escuchado que la globalidad, en gran medida, es la culpable de la degradación de la naturaleza y la multiplicación de las catástrofes naturales, perdón, pero le pido que se aliviane Si usted, por rigorismo religioso o por haber sido educado en un errado desprecio al dinero, de desdén a los mercaderes y sus transacciones, de rechazo al comercio, considera que ser empresario es indigno e, incluso, ruin, déjeme que le diga: ¡olvídelo! Pues sí, despreocúpese, cálmese, aliviánese y olvide, ya que la verdad es que, gracias a la por tanto tan difamada globalidad, usted tiene la oportunidad de ser un benefactor de la humanidad ¿Qué cómo puede ser eso? ¡Pues simplemente convirtiéndose en empresario! ¿Creé qué me estoy chanceando? De ningún modo Eso lo señalan y lo confirman los ideólogos de la iniciativa privada, tanto los de antaño como los actuales ¡Y lo mejor del caso es que no tiene que ser una hermanita de la caridad para conseguirlo! Ni tampoco importa que sea uno un narcisista selectivo y discriminador, un ambicioso sin límites y sin escrúpulos al que le valga el prójimo y hasta su país ¡Mejor si es todo eso! ¡Ay!, no se moleste y menos se indigne; tenga en cuenta que no soy un apologista de la inmoralidad, de la pillería y menos aún le estoy proponiendo que sea un inmoral, un pillo Como ya lo señalé eso lo proclaman y publicitan los ideólogos de la iniciativa privada Por si no lo sabe o lo ha olvidad, bueno será que recordemos al respecto que el padre de la economía, el escocés Adman Smith, ya observó y afirmó que el incentivo fundamental de toda actividad humana, y no sólo en la economía, es el interés individual y que el perseguirlo y satisfacerlo, asegura el máximo bien público pues, según sus palabras: "no hemos de esperar que nuestra comida provenga de la benevolencia del carnicero, ni del cervecero, ni del panadero, sino de su propio interés No apelamos a su humanitarismo, sino a su amor propio"; esto es, a su egoísmo Y también dijo: "Jamás he sabido que hagan mucho bien aquellos que simulan el propósito de comerciar por el bien común" También será bueno que recordemos a Bernard de Mandeville, médico holandés, que es su obra Fábula de las abejas afirmó que "los vicios privados hacen la prosperidad pública" y que el egoísmo sin trabas de cada individuo intervendrá en la sociedad de manera tan recíproca que ésta se ajustará por sí misma y redundará en beneficio de la comunidad Y para redondear el tema: si por creencias religiosas o sentimentalismo nos desazonan y atormentan las desgracias de prójimo; si por educación o sensibilidad nos preocupan y torturan hasta quitarnos el sueño que nuestra indiferencia, que nuestro egoísmo más aún, mantengan e, incluso, aumenten las penas del prójimo, bueno será entonces que tengamos en cuenta y no olvidemos que el célebre doctor Pangloss, al respecto, dijo lo que sigue: "La desgracias de cada cual originan la felicidad de todos, de suerte que, cuantas más desgracias privadas haya, mejor funcionará el mundo" ¿Qué juicio le merecen los pensamientos que hemos recordado? Lector: sin más por el momento, con el sincero deseo de que la triste fama que tantos me atribuyen no le haga echar en saco roto lo expuesto en la presente y por lo tanto le sirva para buenas y sabias decisiones, queda de usted con afecto El Tío Lolo

Comentarios