El libro rojo, de Manuel Payno y Vicente Riva Palacio

lunes, 26 de mayo de 2008 · 01:00
México, D F, 26 de mayo (apro)- Hace 138 años, en 1870, Manuel Payno y Vicente Riva Palacio escribieron El libro rojo, que republicó en 2005 la delegación Tlalpan a través de la dirección de Cultura que comanda el hombre de escena José Luis Cruz, quien recientemente acaba de concluir la novena edición de su ya célebre Festival Internacional de Música Ollín Kan, el espacio abierto, gratuito y popular para jóvenes más importante, no sólo de la ciudad, sino del país En este festival el libro distribuyó una Edición Especial sin ningún precio entre los asistentes El prólogo de este volumen, escrito por Carlos Montemayor, es una verdadera joya, pues nos adentra en el contexto histórico que los dos autores liberales del siglo XIX vivían en el momento de pergueñarlo Payno, con una obra prácticamente concluida (El fistol del diablo, El hombre de la situación, Memorias e impresiones de un viaje a Inglaterra y Escocia, Compendio de la historia de México, Cuentas, gastos, acreedores y otros asuntos del tiempo de la intervención francesa y del imperio (1861-1867) y México y sus cuestiones financieras con la Inglaterra, la España y la Francia), tenía 60 años, y Riva Palacio, quien sólo contaba con 38, "había desplegado una enrome labor como militar y escritor durante las álgidas convulsiones civiles en México" Poco espacio hay para reproducir completa la pieza literaria de Montemayor (un fragmento de su inicio se ofrecerá más adelante), pero vale la pena centrarse ahora en este párrafo para entender el volumen de ambos, según nos cuenta Montemayor: "(Payno y Riva Palacio) podían sentirse, en ese año de 1870, a tres de la muerte de Maximiliano y del reestablecimiento de la República; después del proceso de disensiones civiles que supuso la Reforma; de la Constitución de 1857 y de la ocupación y movilidad política de los cuadros dirigentes de ese siglo; de haber resistido la invasión estadunidense y la invasión francesa; de haber visto derrumbarse en un mismo siglo dos voluntades europeas queriendo dominar México, y después de toda esa larga lucha social y personal; repito, Manuel Payno y Vicente Riva Palacio podían sentirse testigos del primer momento, en realidad consistente, de la independencia de México Podían creer que la historia del yugo había terminado, que era el momento de volver a mirar el camino recorrido, hacer un recuento de los muertos, de los sacrificios, de los reveses El libro rojo aparecería como un registro singular de la muerte que México vivió durante ese proceso de su civilización" La sangre mexicana, pues, que parecía haber quedado atrás, la desparramaron ambos autores en 33 capítulos, algunos de ellos para narrar ciertos sucesos, otros más personalizados en figuras como Moctezuma II, Xicoténcatl, Cuauhtémoc, Don Martín Cortés, Pedro de Alvarado, La familia Carvajal, El licenciado Verdad, Hidalgo, Allende, El padre Matamoros, Morelos, Iturbide, Mina, Guerrero, Ocampo, Leandro Valle, Santos Degollado, Los mártires de Tacubaya, Comonfort y Maximiliano, entre otros El siguiente es el primero de los seis apartados del prólogo: "Éste es el libro de la muerte en México El libro de la sangre que ha enrojecido la tierra, las plazas, los ríos, las piedras de México El libro de la muerte que no quedó en los dibujos de Posada ni de Diego Rivera, que no quedó en el azúcar ni en la dulce amarilla harina del pan, sino en la brutalidad, en la cárcel, en la codicia, en la miseria humana que se ha abatido sobre México En sus páginas se mantiene la memoria de cómo ha sucumbido la vida entre nosotros "Por la sangre, la traición, el crepúsculo de la vida de traidores y de héroes; por el crepúsculo de la vida de sometidos, de esclavos, de víctimas, enrojece; corre sangre enrojeciendo sus páginas, sangre que lo hace un cárdeno grito de vencidos o torturados, un Libro rojo En él, se revela que no proviene de nuestra sangre indígena la tradición del sacrificio humano, sino de la que llegó de España Que la traición, el sacrificio de los mejores, la barbarie en las ciudades, nació de las blancas manos de los españoles contra sí mismos, contra indígenas, contra negros, contra Dios, contra la verdad, contra la dignidad; que hicieron del sacrificio humano en México otro de sus legados más profundos, más desoladores Este libro espanta por la revelación de todo lo que ha sido posible en México, de toda la muerte que ha sido posible padecer en México"

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