Tamaulipas: pasividad cómplice

domingo, 1 de junio de 2008 · 01:00
La guerra que libran el cártel del Golfo y el de Sinaloa por controlar el corredor del norte del estado de Tamaulipas tiene maniatado a Eugenio Hernández Flores, el gobernador de la entidad, quien no interviene en la guerra contra el narcotráfico para evitarse problemas con los capos, sostiene la DEA, agencia federal antidrogas de Estados Unidos, publica Proceso en su número 1648 Meliton A Rodriguez, agente especial y jefe de la DEA en el distrito de Laredo, Texas, dice que el problema del narcotráfico y la violencia en Tamaulipas se debe más al poder de intimidación de los cárteles rivales que a la corrupción de funcionarios de todos los niveles del gobierno, la cual sigue existiendo Por eso, dice, "sin tener ninguna información de que el gobernador Hernández Flores esté en el narcotráfico, creemos que el gobierno de Tamaulipas no quiere meterse a combatir al crimen organizado por su propia seguridad --explica Rodriguez en entrevista-- Cuando se han metido a investigar, siempre los funcionarios o policías osados terminan muertos" "La historia del narcotráfico en México siempre ha demostrado que (los narcos) tienen un gran poder de corrupción gubernamental a los más altos niveles, pero algunos funcionarios o jefes de las agencias policiales están obligados a cooperar con los criminales, no tienen mucha opción, deben escoger: plata o muerte", comenta Rodriguez, quien pasó varios años de su carrera como agente de la DEA en Hermosillo, Sonora Acompañado durante la entrevista por Stephen Hester y Keith Perkins, dos de sus agentes más experimentados, Rodriguez acepta que la DEA tiene conocimiento de muchos "rumores" y "despachos periodísticos" donde se dice que varios funcionarios del gobierno de Eugenio Hernández están en la nómina del cártel del Golfo o el de Sinaloa "Los policías lo hacen porque tienen miedo? los funcionarios, algunos, tal vez", subraya Rodriguez, quien admite que ser funcionario en Tamaulipas es una responsabilidad terrible, porque se trata del frente de batalla de los cárteles y ahora también de Los Zetas dice el reportaje que aparece en la edición 1648 de Proceso

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