Lo políticamente correcto

lunes, 16 de junio de 2008 · 01:00
México, D F, 16 de junio (apro)- Hacía tiempo que los amigos no nos reuníamos en el ambiente íntimo y tranquilo del piano-bar "El túnel del Tiempo" Hace algunas tardes coincidimos algunos en ese lugar En la plática que sostuvimos se fueron formando dos bandos El de un hombre solo, Juan Recuerda, firme contrario y feroz crítico de los que éramos simpatizantes y defensores, unos más y otros menos, de "lo políticamente correcto", entendiendo como tal la existencia inevitable de la globalidad en que vivimos y de lo inútil de la lucha contra la misma; afectos a las buenas palabras y adictos a la cortesía en las acciones, enemigos por tanto de los gritos y sombrerazos en lo político; entusiastas simpatizantes, por aquello de que los extremos se tocan, del centro, sean de izquierdas o de derechas, en cuestiones de gobierno y política Cuando ya le creíamos vendido y convencido por nuestros argumentos, Juan Recuerda nos salió con lo siguiente: "Pues teniendo en cuenta todos los desmadres que hasta ahora está creando la globalidad, como son el generar democracias subordinadas al mercado; gobiernos sobrepasados por el poder económico de las grandes corporaciones; la aceleración del desastre ecológico; el achicamiento de la dignidad de las personas por supeditarlas a la eficacia, la competencia y la eficiencia; propiciar guerras preventivas basadas en la mentira y la felonía; sacrificar al hambre y a la muerte a millones de personas por obtener energía, por ejemplo, digo que "lo políticamente correcto" que ustedes defienden no es más que el hijo de la gran y vieja hipocresía británica, la denominada cant ¡Sí! No me miren con esos ojos Piensen y verán que digo verdad Cant, traducido al castellano como hipocresía, gazmoñería o mojigatería, es una típica actitud británica hacia la vida y fue uno de los más importantes elementos integradores de la compacta y monolítica mentalidad victoriana, última etapa del imperialismo inglés y poderosa culminación de la primera revolución industrial, que tuvo lugar precisamente en ese país: Inglaterra, y de su ideología, el llamado liberalismo Las clases dirigentes inglesas, la burguesía, hinchada como pavo por el orgullo que les daban sus poderosos recursos financieros y fabriles, era al mismo tiempo árido de espíritu y cruel y despiadada en la consecución de su objetivo primordial; el hacerse más y más rica Los medios para conseguirlo, despiadados y crueles, los disimulaba encajándolos y ajustándolos a una hipócrita retórica que apelaba a la civilización, a la civilidad, el progreso, la libertad y el orden Esta contradicción, este discurso de doble moral, turbaba a los escritores y pensadores más sensibles del país, inquietos e, incluso, angustiados por el materialismo y la rudeza moral de esa su época "Ejemplos: Roberto L Stevenson, en cierta forma, expresó de manera magistral esa ambigüedad, ese doble del alma victoriana en su novela El extraño caso del Dr Jakyll y Mr Hyde Por su parte, Charles Dikens mostró en sus obras el trasfondo injusto y miserable de su época, aunque no pocas veces suavizó su denuncia con el convenenciero o acomodadizo final de "el triunfo final del bien y castigo del mal", tan acorde con la ilusión más farisaica de la moral victoriana William M Thackeray puso en evidencia con sus novelas la sordidez y pobreza espiritual del mundo inglés de su tiempo, al que veía como una feria de vanidades triviales y feroces; esto es, como a un gigantesco y múltiple Dorian Gray, protagonista de la novela de Oscar Wilde del mismo nombre, personaje que había logrado poder satisfacer toda suerte de perversiones, llegando incluso al crimen, sin que jamás aparecieran en su rostro las muestras de su viciosa vida: muestras que iban apareciendo en un retrato suyo de cuando era joven e inocente; retrato que ocultaba para que nadie viera y así no pudieran descubrir su verdadera y tenebrosa conducta "A la luz de estos hechos socio-históricos, nieguen, si pueden, que su elogiada y defendida idea de "lo políticamente correcto" es hija del cant británico y que no es también elemento integrador de la ideología neoliberal, ¿o me van a decir que su concepto de "lo políticamente correcto" no encierra en sí un doble discurso, como el cant inglés?" No faltó quien lo desmintiera, con lo que se armó una fogosa discusión que mucho nos calentó, pero poco nos iluminó, por lo que la misma no hizo más que sumergirnos en la inquietante y torturadora duda Estimados lectores de la presente: ¿tienen ustedes los argumentos precisos y suficientes para despejarla? No importa qué platillo abatan con el peso de los mismos, lo importante es que aclaren esa duda Ese es el motivo de la presente a este buzón El sincero servidor de ustedes Ligorio D`Revueltas

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