Ricardo III

lunes, 30 de junio de 2008 · 01:00
México, D F, 30 de junio (apro)- Drama histórico que en la versión original de William Shakespeare consta de cinco actos, escrito hacia 1593, es retomado por el actor y director Erando González para ofrecernos su versión unipersonal bajo el título Ricardo III (Un sueño) Los hechos históricos tomados por Shakespeare de las crónicas de Edward Hall o Halle (La unión de las dos nobles e ilustres familias de Lancaster y de Cork, 1548) y de Raphael Holinshed, ambas basadas, a su vez, en las Anglicae Historiae (1534) de Polidoro Virgili de Urbino (1470-1555?), y en la incompleta Historia del rey Ricardo III (1513), atribuida a Thomas More, son resumidos por Erando González en un creativo monólogo El actor hace un ejercicio de teatro dentro del teatro para mostrarnos el trabajo de un histrión que prepara su representación de Ricardo III, a través de lo cual ofrece al público (menos de 50 espectadores que se ubican al igual que el actor sobre el escenario del Teatro Orientación) momentos fundamentales del texto shakespeareano en una muy destacada adaptación y versión al español en verso del propio Erando González De esta forma da cuenta de uno de los más importantes textos de la serie de dramas históricos que el célebre autor inglés escribiera en el que es considerado su segundo periodo creativo (1596-1601) y que incluye obras como El rey Juan, las dos partes de Enrique IV y Enrique V Erando González presenta un trabajo sólido que refleja su larga experiencia actoral, con ingeniosas transiciones entre los diversos personajes que define como "las criaturas de Ricardo", apoyado con el diseño de iluminación de Jorge Kuri, para ofrecer un producto final que muestra una clara idea de la original tragedia shakespeareana, aunque por momentos decae un poco en el ritmo (esperamos que por tratarse de la función de estreno) Vemos así en escena a un Ricardo III que transita por el trono, la sala de la Corte, el exterior del Palacio, sus torres, a través de un ejercicio de imaginación que le permite dialogar con sus monstruos, como cualquier ser humano, y mostrar lo que los nobles ingleses, no muy lejanos de la conducta de los políticos contemporáneos, eran capaces de hacer con tal de alcanzar el poder Ricardo, duque de Gloucester, aparecido ya en Enrique IV, esconde bajo benignas apariencias sus diabólicos planes y hace que su hermano Eduardo IV sospeche del otro hermano, Jorge, duque de Clarence, y lo ponga en prisión; posteriormente logra que sus sicarios lo maten y arrojen a una cuba de malvasía Mientras tanto Ricardo (quien en la vida real nació en el castillo de Fotheringay, el 2 de octubre de 1452, como el octavo y más joven de los hijos varones de Ricardo, tercer duque de York, y de Cecilia Neville) corteja a Ana, viuda de Eduardo, príncipe de Gales Ella sigue al féretro de su difunto marido, episodio que hace pensar en la famosa situación de la matrona de Éfeso en el Satiricón de Petronio, porque Ana, después de haber insultado al asesino de su esposo, cede a las pretensiones amorosas de este paradigmático personaje que la leyenda representa como deforme y cojo de nacimiento Ricardo III se presenta lunes y martes a las 20:00 en el Teatro Orientación

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