El intercambio, de Clint Eastwood

lunes, 26 de enero de 2009 · 01:00
MÉXICO, D F, 21 de enero (apro)- El intercambio (Changeling, EU-2008), de Clint Eastwood, es una cruda historia de poder y corrupción que se desarrolla en Los Ángeles durantes los años 20, en donde una madre (Angelina Jolie, quien nos recuerda que cuando quiere, puede actuar muy bien) sufre las injusticias del sistema policial La susodicha progenitora, llamada Christine Collins, es una madre soltera de clase media quien un día regresa a su casa y descubre que su hijo Walter ( Gattin Griffith) ha desaparecido Desesperada, denuncia el suceso a la policía, institución que, de entrada, la trata con displicencia Días después, los agentes de la ley regresan con el supuesto hijo de Christine y, ¡oh, sorpresa!, el niño en cuestión no es Walter (aunque existe cierto parecido) Christine expone sus dudas a los uniformados pero ellos no están dispuestos a hacerle caso: el niño es Walter, así lo confirmaron los expertos y punto Christine, todavía de buena manera, invita al impostor a quedarse en su casa, pero insiste en que hay un grave error Como siguen sin creerle, Christine pide ayuda a la gente que conoció a Walter, entre ellos el dentista de su hijo y una maestra de escuela; ambos confirman la que Christine asegura Sin embargo, la policía no está dispuesta a aceptar el error, por lo que encierran a Christine en un hospital psiquiátrico Mientras esto ocurre, un sacerdote (John Malkovich) combativo hace todo lo posible porque el pueblo escuche el caso de Christine y ejerza presión contra los abusos de la policía angelina Por otro lado, un detective persistente (Michaell Kelly) y en apariencia bueno, quizá de los pocos que quedan en la fuerza policiaca, encontrará pistas perturbadoras Pese a lo que pueda pensarse, El intercambio no es un thriller, sino más bien un melodrama basado en una historia verídica que expone, más allá del caso específico, lo que ocurre cuando a una institución le es permitido hacer lo que le da la gana Al mismo tiempo propone, principalmente, la solidaridad como arma de la sociedad El hecho de situarse en el pasado, evita que El intercambio sea una cinta típica de Oliver Stone; El intercambio mantiene su condición de drama por encima de toda denuncia social, al final, sólo vemos a seres humanos lidiando con las vicisitudes de la vida, acompañados de música sencilla, llena de convicción, creada por el propio Eastwood

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