De las reglas del ajedrez
MEXICO, D F, 29 de octubre (apro)- El ajedrez competitivo tiene una serie de reglas por demás adecuadas El comportamiento de los jugadores, es claro, debe regularse para evitar actitudes inadecuadas o fuera de lugar Con el tiempo, además, se han puesto nuevas reglas que tienen la intención de hacer aún más estricto el comportamiento en el tablero y hacer que ambos jugadores se concentren sólo en la batalla que ocurre en el tablero
De esta manera, tenemos, por ejemplo, que en los años sesenta, aún se permitía a los jugadores fumar cuando estaban jugando Sin embargo, se prohibió esto y ahora los ajedrecistas que deseen fumar en una partida, deben ir a una sala donde puedan tener su dosis de nicotina, mientras el rival, en la sala de juego, piensa en su siguiente jugada Todos los que no fumamos agradecemos que esta regla se cumpla a pie juntillas
Con la llegada de los teléfonos celulares, la FIDE incluyó una nueva regla que indica que al jugador que le suene su celular en una partida, la perderá automáticamente La idea es, de nuevo, que los jugadores se encuentren sólo concentrados en la partida y no sean interrumpidos, ya sea accidental o a propósito, con una llamada telefónica
En México me tocó ver cómo los árbitros de un torneo, al escuchar el tono de algún celular, fuesen con el culpable y casi con un extraño gozo, le diesen la partida por perdida De hecho, me tocó verlo en un torneo por equipos, donde uno de mis compañeros, el Maestro FIDE Silvio Pla, olvidó apagar su teléfono móvil y al sonar éste, perdimos un punto sin lucha
Quizá esta regla, de aplicación a rajatabla, no sea tan mala idea Finalmente ¿qué tiene que hacer un jugador con su teléfono móvil encendido a la mitad de una partida? Sin embargo, si consideramos que en torneos abiertos, como el Nacional Abierto, en donde juegan unos mil competidores, muchos de ellos no son profesionales del ajedrez, tal vez la regla resulte sorprendentemente estricta ¿Qué tal que haya ajedrecistas que necesiten tener su teléfono móvil por alguna razón? ¿Cuál podría ser ésta? Habrá tantos argumentos como personas y todos tendrán una necesidad específica para mantener su teléfono encendido Como sea, la regla se sigue aplicando y los ajedrecistas ya sabemos la penalización si suena nuestro celular en un encuentro Así, mejor apagarlo
En la olimpiada de Dresden, Alemania, se agregó, a todo esto, otra regla: los jugadores deben estar presentes a la hora de inicio de la partida en sus respectivos tableros No llegar a tiempo significa perder la partida automáticamente El argumento para dicha regla es que en cualquier otro evento deportivo, los atletas están en el momento correcto en sus respectivos estadios o salas de juego Si va a jugar México contra El Salvador, no se espera que salga a la cancha México y que el rival no haya llegado al estadio ¿verdad? Pues con ese espíritu se hizo esa regla y, entonces, los jugadores están obligados a estar presentes en sus tableros antes del inicio de la ronda
Ya pasó con una jugadora china, si mal no recuerdo, que perdió su partida sin jugar porque simplemente no estaba en su asiento, aunque había llegado con media hora de anticipación a la sala de juego Los jueces no hicieron excepción alguna y se perdió la partida sin derramar sangre siquiera
En ajedrez, durante toda mi vida como jugador, se usaba una regla muy simple: la partida empieza a una hora determinada y el jugador que no haya llegado tiene 60 minutos para presentarse antes de que se le declare la pérdida del encuentro por inasistencia No había grandes problemas al aplicar esta regla El jugador que no ha llegado a jugar tiene ya la penalización de que su reloj ya está corriendo y, por ende, si llega, tendrá menos tiempo de reflexión Sin embargo, la FIDE parece haber decidido que la regla de estar en el tablero a la hora estricta del inicio de la ronda se puede o no aplicar, siempre y cuando se aclare en las reglas del torneo en cuestión
Más reglas aparentemente tienen que implantarse debido a acontecimientos que rayan en el ridículo En el match Karpov-Korchnoi, que se jugó en Filipinas, por el campeonato del mundo, los contrincantes no se daban la mano al inicio de la partida La cuestión es que Viktor Korchnoi era un disidente de la entonces Unión Soviética y Karpov era el campeón del mundo, ejemplo de dicha nación Por ello mismo había este asunto político que enturbiaba hasta el estrecharse la mano Quizá allá por los años ochentas se entendía la situación Sin embargo, hace un par de años en el torneo Corus, el GM Cheparinov no quiso estrechar la mano del británico Nigel Short, por cuestiones personales que surgieron cuando el búlgaro formaba parte del equipo de Topalov (quien fuera campeón del mundo en San Luis, Argentina, en 2005), y donde Short fue simplemente un comentarista que puso en tela de juicio la habilidad de Topalov e insinuó que estaba usando computadora para ganar el torneo
Short reclamó la actitud y el juego se suspendió El británico indicaba que ya había una propuesta para declarar vencido a quien no quisiese saludar a su rival al iniciar una partida El asunto pasó por el comité de apelación, donde estaban Kramnik y Judit Polgar y ellos decidieron que la partida se jugaba, obligando a Cheparinov a disculparse con su rival Short, la noche anterior, indicaba a un amigo en un restaurante donde cenaban, que quizá no iría a jugar Se sentía ofendido y pensaba que si no asistía al encuentro sería su última participación en ese importante torneo holandés
Al final de cuentas apareció en la sala de juego, Cheparinov ahora sí lo saludó adecuadamente y la partida terminó haciéndole justicia divina a Short, que ganó brillantemente a su rival El británico sólo declaró a los periodistas que siguieron todo este asunto una simpática frase: "Dios sin duda no es búlgaro"
De esta manera, tenemos, por ejemplo, que en los años sesenta, aún se permitía a los jugadores fumar cuando estaban jugando Sin embargo, se prohibió esto y ahora los ajedrecistas que deseen fumar en una partida, deben ir a una sala donde puedan tener su dosis de nicotina, mientras el rival, en la sala de juego, piensa en su siguiente jugada Todos los que no fumamos agradecemos que esta regla se cumpla a pie juntillas
Con la llegada de los teléfonos celulares, la FIDE incluyó una nueva regla que indica que al jugador que le suene su celular en una partida, la perderá automáticamente La idea es, de nuevo, que los jugadores se encuentren sólo concentrados en la partida y no sean interrumpidos, ya sea accidental o a propósito, con una llamada telefónica
En México me tocó ver cómo los árbitros de un torneo, al escuchar el tono de algún celular, fuesen con el culpable y casi con un extraño gozo, le diesen la partida por perdida De hecho, me tocó verlo en un torneo por equipos, donde uno de mis compañeros, el Maestro FIDE Silvio Pla, olvidó apagar su teléfono móvil y al sonar éste, perdimos un punto sin lucha
Quizá esta regla, de aplicación a rajatabla, no sea tan mala idea Finalmente ¿qué tiene que hacer un jugador con su teléfono móvil encendido a la mitad de una partida? Sin embargo, si consideramos que en torneos abiertos, como el Nacional Abierto, en donde juegan unos mil competidores, muchos de ellos no son profesionales del ajedrez, tal vez la regla resulte sorprendentemente estricta ¿Qué tal que haya ajedrecistas que necesiten tener su teléfono móvil por alguna razón? ¿Cuál podría ser ésta? Habrá tantos argumentos como personas y todos tendrán una necesidad específica para mantener su teléfono encendido Como sea, la regla se sigue aplicando y los ajedrecistas ya sabemos la penalización si suena nuestro celular en un encuentro Así, mejor apagarlo
En la olimpiada de Dresden, Alemania, se agregó, a todo esto, otra regla: los jugadores deben estar presentes a la hora de inicio de la partida en sus respectivos tableros No llegar a tiempo significa perder la partida automáticamente El argumento para dicha regla es que en cualquier otro evento deportivo, los atletas están en el momento correcto en sus respectivos estadios o salas de juego Si va a jugar México contra El Salvador, no se espera que salga a la cancha México y que el rival no haya llegado al estadio ¿verdad? Pues con ese espíritu se hizo esa regla y, entonces, los jugadores están obligados a estar presentes en sus tableros antes del inicio de la ronda
Ya pasó con una jugadora china, si mal no recuerdo, que perdió su partida sin jugar porque simplemente no estaba en su asiento, aunque había llegado con media hora de anticipación a la sala de juego Los jueces no hicieron excepción alguna y se perdió la partida sin derramar sangre siquiera
En ajedrez, durante toda mi vida como jugador, se usaba una regla muy simple: la partida empieza a una hora determinada y el jugador que no haya llegado tiene 60 minutos para presentarse antes de que se le declare la pérdida del encuentro por inasistencia No había grandes problemas al aplicar esta regla El jugador que no ha llegado a jugar tiene ya la penalización de que su reloj ya está corriendo y, por ende, si llega, tendrá menos tiempo de reflexión Sin embargo, la FIDE parece haber decidido que la regla de estar en el tablero a la hora estricta del inicio de la ronda se puede o no aplicar, siempre y cuando se aclare en las reglas del torneo en cuestión
Más reglas aparentemente tienen que implantarse debido a acontecimientos que rayan en el ridículo En el match Karpov-Korchnoi, que se jugó en Filipinas, por el campeonato del mundo, los contrincantes no se daban la mano al inicio de la partida La cuestión es que Viktor Korchnoi era un disidente de la entonces Unión Soviética y Karpov era el campeón del mundo, ejemplo de dicha nación Por ello mismo había este asunto político que enturbiaba hasta el estrecharse la mano Quizá allá por los años ochentas se entendía la situación Sin embargo, hace un par de años en el torneo Corus, el GM Cheparinov no quiso estrechar la mano del británico Nigel Short, por cuestiones personales que surgieron cuando el búlgaro formaba parte del equipo de Topalov (quien fuera campeón del mundo en San Luis, Argentina, en 2005), y donde Short fue simplemente un comentarista que puso en tela de juicio la habilidad de Topalov e insinuó que estaba usando computadora para ganar el torneo
Short reclamó la actitud y el juego se suspendió El británico indicaba que ya había una propuesta para declarar vencido a quien no quisiese saludar a su rival al iniciar una partida El asunto pasó por el comité de apelación, donde estaban Kramnik y Judit Polgar y ellos decidieron que la partida se jugaba, obligando a Cheparinov a disculparse con su rival Short, la noche anterior, indicaba a un amigo en un restaurante donde cenaban, que quizá no iría a jugar Se sentía ofendido y pensaba que si no asistía al encuentro sería su última participación en ese importante torneo holandés
Al final de cuentas apareció en la sala de juego, Cheparinov ahora sí lo saludó adecuadamente y la partida terminó haciéndole justicia divina a Short, que ganó brillantemente a su rival El británico sólo declaró a los periodistas que siguieron todo este asunto una simpática frase: "Dios sin duda no es búlgaro"