Paseo por héroes
MEXICO, D F, 18 de noviembre (apro)- Desde que el hombre talló los primeros monolitos para marcar simbólicamente algún espacio o acontecimiento, esas construcciones prehistóricas, conocidas como menhires o dólmenes, pueden considerarse monumentos, pues a decir de la especialista en escultura del siglo XIX, Eloisa Uribe ya manifestaban la intención del ser humano de transformar su entorno natural
A lo largo de la historia, el hombre ha tenido la costumbre de conmemorar algún hecho histórico o rendir culto a un personaje mediante esculturas o monumentos La ciudad de México está plagada de ellos Con el pretexto de los centenarios que han comenzado a celebrarse, valdría la pena hacer un "paseo histórico", en el que cada ciudadano hiciera sus propias reflexiones, como una alternativa a la fiesta y parafernalia que ofrecen los festejos oficiales
Justo este año que se cumplieron 150 años de la promulgación de las Leyes de Reforma Vale la pena recorrer el Paseo que lleva su nombre, construido por orden de los emperadores Carlota y Maximiliano de Habsburgo a semejanza, según el escritor Carlos Fuentes, de la Avenida Louise en Bruselas, aunque hay quienes afirman que, en realidad, está inspirada en los Campos Eliseos de París
En la avenida, planeada para comunicar al Castillo de Chapultepec con el centro de la ciudad de México, se pueden ver todavía hoy algunas de las figuras de los héroes de la Reforma impulsada por el gobierno de Benito Juárez: Francisco Zarco, la primera en colocarse en una plaza, ahora contigua al Metro Hidalgo; Jesús Terán, José María Luis Mora, Juan Álvarez, Ángel Albino Corzo, Guillermo Prieto, Gabino Barreda, Mariano Escobedo y Eustaquio Buelna, entre otros
En el mismo Paseo de la Reforma se encuentran otros tres emblemáticos monumentos: Primero el conocido como el Ángel de la Independencia, que es en realidad una victoria alada, que remata la columna de la Independencia, diseñada por el arquitecto Antonio Rivas Mercado, para conmemorar el primer centenario del inicio de la lucha independentista, durante el gobierno de Porfirio Díaz De hecho, él la inauguró el 16 de septiembre de 1910
Más hacia el norte está el monumento a Cristóbal Colón que, según Uribe, investigadora de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se realizó en 1873 en Italia por encargo de la familia Escandón y se trajo a México para ser colocada originalmente en la salida de la estación de ferrocarriles de Buenavista La imagen --que muestra a un Colón en actitud de mostrar algo con su mano derecha y tiene al mundo pegado a la pierna izquierda y le está retirando un manto-- se colocó finalmente en Reforma
Y en el cruce de las dos de las más importantes avenidas, Reforma e Insurgentes, se encuentra la escultura del emperador Cuauhtémoc, realizada por Miguel Noreña, e inaugurada también por el presidente Díaz el 21 de agosto de 1887 A diferencia de la figura de Colón que ha debido ser resguardada por elementos policíacos, pues ha sido objeto de actos vandálicos y han querido derribarla en varias ocasiones con motivo de la conmemoración del 12 de octubre, la estatua de Cuauhtémoc jamás ha sufrido atentados
Uribe señala que es un "símbolo demasiado fuerte" en la identidad de los mexicanos, por lo que no se le han hecho graffittis o alguna otra agresión La describe, desde el punto de vista escultórico, como una figura de una gran dignidad El gobernante está en posición de lucha, pero no una lucha descarnada; no está en acción, pues se le representa también como a un hombre sabio En su mano derecha lleva una lanza y en la izquierda arruga un papel, que se interpreta como la rendición que él no acepta
La historiadora refiere que la imagen en la que el escultor se inspiró para este retrato, es una escultura clásica de Palas Atenea y, por ello, el rey Cuauhtémoc lleva en la cabeza un casco de metal, del que sale un penacho de plumas, que obviamente no se utilizaba en la cultura mexica
En uno de los costados del monumento puede apreciarse el relieve de Gabriel Guerra sobre el tormento de Cuauhtémoc En la imagen se ve al guerrero recostado con gallardía y valor, mientras le queman los pies Uribe precisa que los relatos históricos hablan de que, en realidad, le "rostizaron" los pies sumergiéndoselos en unas tinajas de aceite hirviendo, pero como iconográficamente no tendría el mismo impacto ver sus pies metidos en unas tinas, el escultor puso fuego
Se dice también que cuando Tetepanquétzatl se quejaba del martirio, Cuauhtémoc no pudo haberle respondido: "¿Acaso estoy yo en un lecho de rosas?", pues esa flor no existía entonces en lo que hoy es México Lo que realmente dijo, refiere la especialista, fue: "¿Acaso estoy yo en un deleite o baño?" Porque para los aztecas el verdadero placer era el baño de temazcal
El recorrido histórico puede continuar hacia el norte y hacerse tan largo como el paseante quiera Hay muchos más monumentos por recorrer, como el Hemiciclo a Juárez o su mausoleo en el Panteón de San Fernando, sin perderse el Caballito de Manuel Tolsá en la calle de Tacuba, que tiene también su peculiar historia?
A lo largo de la historia, el hombre ha tenido la costumbre de conmemorar algún hecho histórico o rendir culto a un personaje mediante esculturas o monumentos La ciudad de México está plagada de ellos Con el pretexto de los centenarios que han comenzado a celebrarse, valdría la pena hacer un "paseo histórico", en el que cada ciudadano hiciera sus propias reflexiones, como una alternativa a la fiesta y parafernalia que ofrecen los festejos oficiales
Justo este año que se cumplieron 150 años de la promulgación de las Leyes de Reforma Vale la pena recorrer el Paseo que lleva su nombre, construido por orden de los emperadores Carlota y Maximiliano de Habsburgo a semejanza, según el escritor Carlos Fuentes, de la Avenida Louise en Bruselas, aunque hay quienes afirman que, en realidad, está inspirada en los Campos Eliseos de París
En la avenida, planeada para comunicar al Castillo de Chapultepec con el centro de la ciudad de México, se pueden ver todavía hoy algunas de las figuras de los héroes de la Reforma impulsada por el gobierno de Benito Juárez: Francisco Zarco, la primera en colocarse en una plaza, ahora contigua al Metro Hidalgo; Jesús Terán, José María Luis Mora, Juan Álvarez, Ángel Albino Corzo, Guillermo Prieto, Gabino Barreda, Mariano Escobedo y Eustaquio Buelna, entre otros
En el mismo Paseo de la Reforma se encuentran otros tres emblemáticos monumentos: Primero el conocido como el Ángel de la Independencia, que es en realidad una victoria alada, que remata la columna de la Independencia, diseñada por el arquitecto Antonio Rivas Mercado, para conmemorar el primer centenario del inicio de la lucha independentista, durante el gobierno de Porfirio Díaz De hecho, él la inauguró el 16 de septiembre de 1910
Más hacia el norte está el monumento a Cristóbal Colón que, según Uribe, investigadora de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se realizó en 1873 en Italia por encargo de la familia Escandón y se trajo a México para ser colocada originalmente en la salida de la estación de ferrocarriles de Buenavista La imagen --que muestra a un Colón en actitud de mostrar algo con su mano derecha y tiene al mundo pegado a la pierna izquierda y le está retirando un manto-- se colocó finalmente en Reforma
Y en el cruce de las dos de las más importantes avenidas, Reforma e Insurgentes, se encuentra la escultura del emperador Cuauhtémoc, realizada por Miguel Noreña, e inaugurada también por el presidente Díaz el 21 de agosto de 1887 A diferencia de la figura de Colón que ha debido ser resguardada por elementos policíacos, pues ha sido objeto de actos vandálicos y han querido derribarla en varias ocasiones con motivo de la conmemoración del 12 de octubre, la estatua de Cuauhtémoc jamás ha sufrido atentados
Uribe señala que es un "símbolo demasiado fuerte" en la identidad de los mexicanos, por lo que no se le han hecho graffittis o alguna otra agresión La describe, desde el punto de vista escultórico, como una figura de una gran dignidad El gobernante está en posición de lucha, pero no una lucha descarnada; no está en acción, pues se le representa también como a un hombre sabio En su mano derecha lleva una lanza y en la izquierda arruga un papel, que se interpreta como la rendición que él no acepta
La historiadora refiere que la imagen en la que el escultor se inspiró para este retrato, es una escultura clásica de Palas Atenea y, por ello, el rey Cuauhtémoc lleva en la cabeza un casco de metal, del que sale un penacho de plumas, que obviamente no se utilizaba en la cultura mexica
En uno de los costados del monumento puede apreciarse el relieve de Gabriel Guerra sobre el tormento de Cuauhtémoc En la imagen se ve al guerrero recostado con gallardía y valor, mientras le queman los pies Uribe precisa que los relatos históricos hablan de que, en realidad, le "rostizaron" los pies sumergiéndoselos en unas tinajas de aceite hirviendo, pero como iconográficamente no tendría el mismo impacto ver sus pies metidos en unas tinas, el escultor puso fuego
Se dice también que cuando Tetepanquétzatl se quejaba del martirio, Cuauhtémoc no pudo haberle respondido: "¿Acaso estoy yo en un lecho de rosas?", pues esa flor no existía entonces en lo que hoy es México Lo que realmente dijo, refiere la especialista, fue: "¿Acaso estoy yo en un deleite o baño?" Porque para los aztecas el verdadero placer era el baño de temazcal
El recorrido histórico puede continuar hacia el norte y hacerse tan largo como el paseante quiera Hay muchos más monumentos por recorrer, como el Hemiciclo a Juárez o su mausoleo en el Panteón de San Fernando, sin perderse el Caballito de Manuel Tolsá en la calle de Tacuba, que tiene también su peculiar historia?