Descubren casa del horror en Iztapalapa; liberan a 107 personas
MEXICO, D. F., 3 de diciembre (apro).- Elementos de la Fuerza Antisecuestro (Fas) catearon la madrugada de este jueves un centro de rehabilitación para alcohólicos y drogadictos que operaba de manera clandestina en la delegación Iztapalapa, donde fueron capturados 23 integrantes de una presunta banda dedicada a la trata de personas.
En dicho lugar, las autoridades encontraron en condiciones infrahumanas a 107 personas que presuntamente eran explotadas sexual y laboralmente por los encargados de ese lugar.
En conferencia de prensa, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) informó que las víctimas denunciaron que fueron interceptadas dentro y en las inmediaciones de la Central de Abasto (Ceda), cerca del centro de rehabilitación.
Aunque algunas afirmaron que fueron sus propios familiares quienes las ingresaron a ese instituto por arrastrar problemas de alcoholismo y drogadicción, donde los encargados les informaron que no podían permanecer en el lugar más de tres meses, pero varios llevaban ya hasta seis meses encerrados.
La Subprocuraduría de Averiguaciones Previas Centrales, a través de la Fiscalía Especial de Investigación para Secuestros "Fuerza Antisecuestro”, precisó que las víctimas, provenientes de 12 estados de la República, así como del Distrito Federal, vivían en condiciones infrahumanas, insalubres, hacinadas y en condiciones extremas de maltrato y explotación sexual.
Los presuntos tratantes de blancas mantenían privadas de su libertad a las víctimas en el predio ubicado en el número 157 de Avenida Cuauhtémoc, colonia Jardines de San Lorenzo, con razón social Instituto de Rehabilitación de Alcohol y Drogadicción “Hospital Santo Tomás, Los Elegidos de Dios”, que según los detenidos operaba desde hace más de ocho años.
La investigación inició a partir de una denuncia por desaparición de persona, presentada en el Centro de Atención de Personas Extraviadas y Ausentes (CAPEA), el pasado 2 de septiembre.
En el lugar donde mantenían cautivas a las víctimas – quienes provenían de los estados de México, Veracruz, Oaxaca, Puebla, Michoacán, Chiapas, Guerrero, Guanajuato, Querétaro, Tlaxcala, Chihuahua y Nuevo León, así como del Distrito Federal– se maquilaban bolsas de centros comerciales y pinzas para colgar ropa.
Uno de los plagiados reveló que su secuestro se produjo alrededor de las 22:30 horas, cuando descargaba un camión de elotes en la Central de Abasto. Varios sujetos, dijo, lo subieron por la fuerza a una camioneta tipo Combi roja, donde viajaban otras personas en evidente estado de intoxicación.
Asimismo, precisó que el conductor era un sujeto delgado, con tatuajes en ambos brazos, cabello largo y tez morena, a quien sus presuntos cómplices llamaban El Tato (identificado como Francisco Javier Rosales García, de 36 años).
El Tato, agregó, los llevó a recorrer las inmediaciones de la Central de Abasto, donde subieron por la fuerza a más personas, y posteriormente fueron llevados al centro de rehabilitación “Los Elegidos de Dios”, que cuenta con tres niveles.
De acuerdo con la víctima, de quien no se reveló su nombre, en la planta baja estaba la recepción, oficina y cocina, todo en condiciones insalubres. El primer piso era el dormitorio general, que estaba resguardado con rejas, y por las noches las víctimas eran encerradas con cadenas y candados. En ese espacio también estaba la recámara de los custodios. Y el segundo nivel era la sala de juntas y el taller donde hacían la maquila.
El trabajo comenzaba a las ocho de la mañana y concluía a las cero horas. Sólo descansaban alrededor de media hora, cuando comían.
Según el denunciante, durante los 38 días que estuvo privado de su libertad, vio trabajar a alrededor de 300 personas “y muy pocas eran viciosas o drogadictas. Todos eran como yo, trabajadores de la Central de Abasto, y la mayoría hablaba mixteco, zapoteco o mazateco”.
Por la gravedad del caso, la Ceda solicitó la intervención de la Fiscalía Especial de Investigación para Secuestros, cuyos elementos iniciaron las pesquisas, hasta que este jueves descubrieron la explotación laboral, sexual, así como la privación ilegal de la libertad de 107 víctimas, cuyas edades oscilan entre los 14 y los 70 años.
Algunas de las víctimas refirieron que eran abordadas con ofertas de trabajo y reclutadas bajo la promesa de un sueldo que no les pagaban; cuando alguna se negaba a aceptar, los reclutadores la raptaban y obligaban a trabajar en el lugar.
Incluso, se investiga la colusión de policías, pues se presume que los secuestrados eran trasladados a bordo de patrullas.