Militares: el enemigo, de la misma familia

sábado, 14 de febrero de 2009 · 01:00
Las bajas más agraviantes que ha sufrido el Ejército en el combate al narcotráfico no son resultado de enfrentamientos con sicarios, sino ejecuciones realizadas por excompañeros de armas, entrenados por la Secretaría de la Defensa Nacional, que se han pasado a las filas del crimen organizado, o por células protegidas por altos mandos En menos de cuatro meses, 21 militares han sido asesinados por quienes alguna vez formaron parte de los "incorruptibles"

 

Los enemigos más letales para el Ejército mexicano han salido de sus propias filas Agrupados en su mayoría en Los Zetas, brazo armado del cártel del Golfo, hombres que alguna vez fueron militares son los responsables de los más graves ataques contra las fuerzas armadas en su enfrentamiento con los cárteles del narcotráfico

En los últimos tres meses y medio, las bajas más significativas y agraviantes para el Ejército se han producido en Cancún, Quintana Roo; Chilpancingo, Guerrero, y Monterrey y sus alrededores, en Nuevo León, a manos de narcotraficantes que formaron parte de esa institución o que, de acuerdo con los propios grupos dedicados al tráfico de drogas, tienen alianzas con militares en activo

Contrario al discurso del presidente Felipe Calderón sobre la incorruptibilidad de los soldados mexicanos, los golpes más extremos contra el Ejército han sido planeados y ejecutados por quienes fueron preparados y especializados, tanto en México como en el extranjero, por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) 

Del 17 de octubre de 2008 al 3 de febrero pasado, un total de 21 militares, incluido un general de brigada en retiro, fueron ejecutados por células de Los Zetas surgidas del propio Ejército y de los hermanos Beltrán Leyva, vinculadas a su vez con militares en funciones

De esas 21 muertes, 11 fueron por acuchillamiento, ocho por decapitación y dos por tortura A diferencia de las bajas ocurridas durante enfrentamientos con sicarios, esas víctimas han sido "levantadas" o acorraladas y sometidas en presencia de numerosos testigos

Según datos públicos de la Sedena, hasta antes del 3 de febrero el Ejército había sufrido 68 bajas, tanto de militares en activo como en retiro, desde que comenzaron los operativos contra el narcotráfico en diciembre de 2006 El mayor número de víctimas se ha registrado en Guerrero, Nuevo León, Michoacán, Sinaloa, Sonora y Tamaulipas

Este es un extracto del reportaje que publica la revista Proceso en su edición 1685 que empezó a circular el domingo 15 de febrero

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