Milk: cool, buena onda

viernes, 20 de febrero de 2009 · 01:00
MÉXICO D F a 18 de febrero (apro) Milk (EU-2008), dirigida por Gus Van Sant y estelarizada por Sean Penn, cuenta la historia del activista y político Harvey Milk (o bueno, parte de su vida); Milk fue el primer funcionario público abiertamente homosexual, cuya labor en la vida pública de Estados Unidos fue primordial para la aceptación de los homosexuales en aquel país
De ser un oficinista bien pagado, Harvey Milk se convierte en hippie come flores, luego en activista serio y finalmente en funcionario público, no sin antes conocer el amor y las dificultades que conlleva el ser diferente
En términos generales, me impresionaron las agallas de Harvey Milk, su astucia para organizar tanto a la comunidad gay como a la no gay, y sus ideas acerca de la inclusión Me impresionó Sean Penn como Harvey Milk, mientras que Josh Brolin, Emile Hirsch, Alison Pill y James Franco me dejaron un buen sabor de boca
Sin embargo, me ocurrió algo extraño: con todo y la pasión que los personajes derrochan, nunca pude conectar con la cinta
En un principio, pensé que era por la temática gay, "me siento excluido", pensé, pero luego noté algo peculiar: Milk es sumamente fría, o bien, aparenta ser sumamente fría
Ver Milk, es como mirar a través de una ventana lo que sucede dentro de una casa y observar un escenario complejo: discriminación, violencia, amor, marginación, esperanza
Es precisamente esa distancia la que hace sentir aquella extraña frialdad, que en un principio puede confundirse con una falta de conexión con la historia, pero en una segunda vista, es justo lo que una película así necesitaba
Con esa distancia, el filme brinda un amplio panorama de objetividad; es como si Van Sant no quisiera que amáramos a los personajes por las razones equivocadas, en otras palabras, la cinta nunca intenta chantajearnos emocionalmente, ni incomodarnos con la crudeza de algunos acontecimientos
Milk no es lastimera, es valiente, como lo fue Milk (o eso quiero creer); no es melodramática, ni cursi; es cool, inocente y hasta cierto punto, alegre o sea, gay en su acepción original como lo fue Harvey Milk
 

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