Alma Guillermoprieto, su extraña aventura en La Habana
MÉXICO, D F, 25 de marzo (apro)- Para Alma Guillermoprieto, la experiencia de ser una maestra de danza en la Cuba de los finales de los sesenta fue una pesadilla Su libro La Habana es un espejo así lo muestra
Poco conocido en México, el libro de la periodista mexicana, emigrada a los Estados Unidos, es una visión amarga de los seis meses que vivió en la isla en 1970 Para Alma, la Revolución cubana era desde siempre un fracaso histórico, una farsa orquestada por Fidel Castro
Sin embargo, la exmaestra de danza de lo que menos habla es de la experiencia de haber estado dentro de lo que se conoce como "la diáspora dancística" más importante del siglo pasado y lo que va del presente Los bailarines cubanos son al día de hoy las figuras principales de una buena parte de las compañías más reconocidas a nivel mundial
Exalumna de una supuesta --no lo aclara-- compañía de danza mexicana desde los 12 años, Alma viajó a sus 16 años, junto con su familia, a la ciudad de Nueva York Ahí, decidió integrarse a la mítica escuela de Martha Graham de la que cuenta:
"Para esos años, a mediados de los sesenta, Martha estaba ya muy vieja y alcoholizada Aparecía de vez en cuando en su propio estudio: interrumpía las clases que daban sus mejores bailarines para lanzarnos comentarios hirientes y exhortaciones filosóficas, y se burlaba de nuestra falta de pasión y de nuestra flacidez muscular"
Y recuerda:
"una de las experiencias más terroríficas de mi vida es la espera muda en una clase, congelada en alguna pose que Martha nos había pedido, mientras ella se paseaba por el salón, pellizcando con rabia aquí, regañando con saña allá Para bailar es necesario el dolor, repetía siempre, y creo que en esa etapa de su vida quería contribuir a nuestra formación garantizándonos el sufrimiento"
Al tiempo, harta de sufrir, narra que se fue al estudio de Merce Cunningham, uno de los artistas de la danza moderna más importantes del mundo Ahí encontró su lugar y tuvo claro que lo que quería hacer en la vida era bailar y por supuesto hacerlo en la propia compañía de su mentor No obstante, su verdadera felicidad llegó cuando ingresó a uno de los grupos de trabajo de la también emblemática Twyla Tharp Sin llegar a pertenecer a la compañía núcleo, logró participar en algunas funciones mientras seguía con su entrenamiento formal con Cunningham
Pero ni con Cunningham ni con Tharp logró quedarse a bailar profesionalmente Y llegó así el día fatídico en el que su gran profesor le hizo la mejor oferta posible: dar clases en La Habana o en Caracas Para Alma esa fue su sentencia de muerte dancística No la invitaban a bailar y sus mejores opciones estaban en la docencia en países sometidos, uno a un furioso bloqueo y el otro a una la dictadura infame de Anastacio Somoza
Alma viajó a Cuba porque cuando vivía en México sus compañeros le hablaban de "una gran gira que habían hecho por la isla" --la única compañía que viajó en aquella época fue Ballet Nacional-- Pero en el fondo "no sentía el menor deseo, la menor curiosidad" por conocer ese país
Y así llegó a la Cuba sesentera, isla llena de orgullo pero sumida en una profunda crisis económica debido al bloqueo impuesto por los Estados Unidos Aterrizó en La Habana, Alma se sentía perdida, desubicada, y del susto tuvo una colitis y una fiebre que la llevaron al hospital
De ahí, se fue a Cubanacán a empezar su trabajo de enseñanza y se aterrorizó porque en los gigantescos salones no había espejos Según ella, porque le dijeron que eran una muestra burguesa que los cubanos sancionaban¿Y cómo meter espejos si los salones no eran rectángulos, sino extraños hexágonos de norme tamaño construidos en los terrenos que solían ser parte de los campos de golf de Batista?
Y más allá de los espejos: ¿Cómo es posible que Alma no se pregunte cómo lograban los jóvenes cubanos los niveles técnicos que los tenían en la primera fuerza mundial? Aún así se esforzó y gracias a su formación dentro de la danza moderna decidió utilizar la técnica Graham para entrenarlos
Dice en su narración que la escuela de danza era un desastre, que primero "se construyó la escuela y después mandaron llamar a una serie de coreógrafos mexicanos no muy buenos para hacerse cargo de la escuela de danza (moderna)"
Si bien a lo largo del libro existen errores de lo más conspicuos sobre el pobre conocimiento que tuvo de la no muy grande ciudad de La Habana (se equivoca repetidamente en los nombres de las calles, confunde la calle L con la avenida Línea y afirma que el Habana Libre está en 23 y Línea que son paralelas, desconoce el nombre de la sala de cine más popular, el Yara y que está situado frente al popularísimo parque Coppelia), el error sobre los mediocres coreógrafos es grave, sobre todo porque la danza moderna cubana surgió de la mexicana
Fueron figuras como Elena Noriega y Manuel Hiram, entre otros, quienes convocaron hacia un movimiento prácticamente inexistente en Cuba ¿En que terminaron las clases de Alma? ¿Quién las recuerda o sistematizó? Ramiro Cuéllar, decano de la danza en aquel país, reconoce a los mexicanos como figuras claves Los mexicanos aparecen en los libros de historia de la danza en Cuba, Alma no
Otro grave error es haber borrado totalmente la presencia de Rodolfo Reyes, que en aquella gira del Ballet Nacional se quedó y fundó el Conjunto Folklórico Nacional de Cuba junto con Rogelio Martínes Furé; el grupo recientemente viajo a México para homenajear al coreógrafo Su director actual, Manolo Micler, mantiene vigentes las obras que el artista hizo hace más de cuarenta años
Cuba es un país muy complejo, absolutamente diferente de cualquier expectativa comunista o capitalista Pero en la danza, no hay manera de cuestionarla en cuanto a su calidad El propio Fidel Castro le dio el doble del dinero esperado a Fernando Alonso para que fundara el Ballet Nacional de Cuba Danza Nacional de Cuba es una compañía de altos vuelos que se sostiene por un altísimo nivel técnico y una propuesta contemporánea bastante sólida
Pareciera que Alma escribió su libro mucho tiempo después de vivir en Cuba aquellos seis meses Olvidó las calles, los cines, y olvidó también que Cuba hizo lo que en ningún otro país había podido ser: profesional de la danza
Con gran experiencia en el periodismo y publicando siempre en inglés, Alma Guillermoprieto milita en las filas del periodismo anticastrista Para muchos es una importantísima figura de los diarios estadunidenses
Poco conocido en México, el libro de la periodista mexicana, emigrada a los Estados Unidos, es una visión amarga de los seis meses que vivió en la isla en 1970 Para Alma, la Revolución cubana era desde siempre un fracaso histórico, una farsa orquestada por Fidel Castro
Sin embargo, la exmaestra de danza de lo que menos habla es de la experiencia de haber estado dentro de lo que se conoce como "la diáspora dancística" más importante del siglo pasado y lo que va del presente Los bailarines cubanos son al día de hoy las figuras principales de una buena parte de las compañías más reconocidas a nivel mundial
Exalumna de una supuesta --no lo aclara-- compañía de danza mexicana desde los 12 años, Alma viajó a sus 16 años, junto con su familia, a la ciudad de Nueva York Ahí, decidió integrarse a la mítica escuela de Martha Graham de la que cuenta:
"Para esos años, a mediados de los sesenta, Martha estaba ya muy vieja y alcoholizada Aparecía de vez en cuando en su propio estudio: interrumpía las clases que daban sus mejores bailarines para lanzarnos comentarios hirientes y exhortaciones filosóficas, y se burlaba de nuestra falta de pasión y de nuestra flacidez muscular"
Y recuerda:
"una de las experiencias más terroríficas de mi vida es la espera muda en una clase, congelada en alguna pose que Martha nos había pedido, mientras ella se paseaba por el salón, pellizcando con rabia aquí, regañando con saña allá Para bailar es necesario el dolor, repetía siempre, y creo que en esa etapa de su vida quería contribuir a nuestra formación garantizándonos el sufrimiento"
Al tiempo, harta de sufrir, narra que se fue al estudio de Merce Cunningham, uno de los artistas de la danza moderna más importantes del mundo Ahí encontró su lugar y tuvo claro que lo que quería hacer en la vida era bailar y por supuesto hacerlo en la propia compañía de su mentor No obstante, su verdadera felicidad llegó cuando ingresó a uno de los grupos de trabajo de la también emblemática Twyla Tharp Sin llegar a pertenecer a la compañía núcleo, logró participar en algunas funciones mientras seguía con su entrenamiento formal con Cunningham
Pero ni con Cunningham ni con Tharp logró quedarse a bailar profesionalmente Y llegó así el día fatídico en el que su gran profesor le hizo la mejor oferta posible: dar clases en La Habana o en Caracas Para Alma esa fue su sentencia de muerte dancística No la invitaban a bailar y sus mejores opciones estaban en la docencia en países sometidos, uno a un furioso bloqueo y el otro a una la dictadura infame de Anastacio Somoza
Alma viajó a Cuba porque cuando vivía en México sus compañeros le hablaban de "una gran gira que habían hecho por la isla" --la única compañía que viajó en aquella época fue Ballet Nacional-- Pero en el fondo "no sentía el menor deseo, la menor curiosidad" por conocer ese país
Y así llegó a la Cuba sesentera, isla llena de orgullo pero sumida en una profunda crisis económica debido al bloqueo impuesto por los Estados Unidos Aterrizó en La Habana, Alma se sentía perdida, desubicada, y del susto tuvo una colitis y una fiebre que la llevaron al hospital
De ahí, se fue a Cubanacán a empezar su trabajo de enseñanza y se aterrorizó porque en los gigantescos salones no había espejos Según ella, porque le dijeron que eran una muestra burguesa que los cubanos sancionaban¿Y cómo meter espejos si los salones no eran rectángulos, sino extraños hexágonos de norme tamaño construidos en los terrenos que solían ser parte de los campos de golf de Batista?
Y más allá de los espejos: ¿Cómo es posible que Alma no se pregunte cómo lograban los jóvenes cubanos los niveles técnicos que los tenían en la primera fuerza mundial? Aún así se esforzó y gracias a su formación dentro de la danza moderna decidió utilizar la técnica Graham para entrenarlos
Dice en su narración que la escuela de danza era un desastre, que primero "se construyó la escuela y después mandaron llamar a una serie de coreógrafos mexicanos no muy buenos para hacerse cargo de la escuela de danza (moderna)"
Si bien a lo largo del libro existen errores de lo más conspicuos sobre el pobre conocimiento que tuvo de la no muy grande ciudad de La Habana (se equivoca repetidamente en los nombres de las calles, confunde la calle L con la avenida Línea y afirma que el Habana Libre está en 23 y Línea que son paralelas, desconoce el nombre de la sala de cine más popular, el Yara y que está situado frente al popularísimo parque Coppelia), el error sobre los mediocres coreógrafos es grave, sobre todo porque la danza moderna cubana surgió de la mexicana
Fueron figuras como Elena Noriega y Manuel Hiram, entre otros, quienes convocaron hacia un movimiento prácticamente inexistente en Cuba ¿En que terminaron las clases de Alma? ¿Quién las recuerda o sistematizó? Ramiro Cuéllar, decano de la danza en aquel país, reconoce a los mexicanos como figuras claves Los mexicanos aparecen en los libros de historia de la danza en Cuba, Alma no
Otro grave error es haber borrado totalmente la presencia de Rodolfo Reyes, que en aquella gira del Ballet Nacional se quedó y fundó el Conjunto Folklórico Nacional de Cuba junto con Rogelio Martínes Furé; el grupo recientemente viajo a México para homenajear al coreógrafo Su director actual, Manolo Micler, mantiene vigentes las obras que el artista hizo hace más de cuarenta años
Cuba es un país muy complejo, absolutamente diferente de cualquier expectativa comunista o capitalista Pero en la danza, no hay manera de cuestionarla en cuanto a su calidad El propio Fidel Castro le dio el doble del dinero esperado a Fernando Alonso para que fundara el Ballet Nacional de Cuba Danza Nacional de Cuba es una compañía de altos vuelos que se sostiene por un altísimo nivel técnico y una propuesta contemporánea bastante sólida
Pareciera que Alma escribió su libro mucho tiempo después de vivir en Cuba aquellos seis meses Olvidó las calles, los cines, y olvidó también que Cuba hizo lo que en ningún otro país había podido ser: profesional de la danza
Con gran experiencia en el periodismo y publicando siempre en inglés, Alma Guillermoprieto milita en las filas del periodismo anticastrista Para muchos es una importantísima figura de los diarios estadunidenses