Malinchismo o... ¿Por qué odiamos a Diego y a Gael?
MÉXICO, D F 13 de mayo (apro)- Mientras muchos cines del país tuvieron que cerrar debido a la epidemia de la influenza humana, la cinta Rudo y Cursi, de Carlos Cuarón, con Diego Luna y Gael García, se estrenaba internacionalmente
Por un lado, me dio gusto saber que varios medios internacionales cubrieron la cinta, aunque por otro lado pienso: qué lástima que sean ellos los que dan la nota, pues no me parecen buenos actores y la cinta no es la octava maravilla
A lo anterior, muchos rezarán la eterna letanía de la olla de cangrejos, de la envidia del mexicano cuando alguien triunfa o del terrible malinchismo que nos aqueja y que descargamos contra muchas de nuestras expresiones culturales
Y si bien no es mi intención cobijar a Diego o a Gael, hay que decir algo: Existe cierta verdad en los argumentos anteriores, es decir, somos sumamente severos cuando se trata de comparar nuestros productos culturales, en particular nuestro cine (pues de eso trata esta columna) con los modelos anglosajones
Y ocurre, no porque seamos malas personas o unos envidiosos (por otro lado, casi todo México ama a Guillermo Del Toro), sino por algo sumamente importante: el modelo de cultura cinematográfica que rige el mercado es el modelo anglosajón; los estadunidenses y los ingleses son los que marcan la pauta
Nosotros, "humildes mexicanos", aspiramos a llegar a "la calidad que ellos tienen", aspiramos a ser como ellos
Pero ocurre una desgracia, nunca llegaremos a ser como ellos y no porque nos falte capacidad sino por dos razones: 1) Culturalmente, somos distintos; 2) La industria cinematográfica en aquellos países nos lleva mucha experiencia de ventaja
Lo anterior, sin mencionar que la construcción de un modelo ideal traerá problemas prácticos, en otras palabras, parafraseando a Homero Simpson: "En teoría, el comunismo funciona, March? en teoría" Nuestras circunstancias son distintas
Mientras no seamos el centro de nuestra creación, mientras estemos mirando hacia fuera, deseando ser como los otros, nunca podremos hacer notar nuestro cine de tal forma que nos sintamos orgullosos
Lo más importante consiste en echar una mirada hacia adentro, lo cual implica una revisión exhaustiva de lo que se ha hecho en nuestro cine y de nuestra cultura; de tomar lo que nos gusta y crear algo nuevo a partir de lo viejo Preocupémonos por nosotros y no por lo que hacen los otros, y entonces sí, el talento fluirá de manera constante
¿Debemos dejar de criticar a Gael a Diego o a otros mexicanos en el extranjero? No, tampoco; aunque a ellos les pese, la crítica siempre es y será buena Ni modo, quién les manda ser como el equipo América: los más queridos y los más odiados
Por un lado, me dio gusto saber que varios medios internacionales cubrieron la cinta, aunque por otro lado pienso: qué lástima que sean ellos los que dan la nota, pues no me parecen buenos actores y la cinta no es la octava maravilla
A lo anterior, muchos rezarán la eterna letanía de la olla de cangrejos, de la envidia del mexicano cuando alguien triunfa o del terrible malinchismo que nos aqueja y que descargamos contra muchas de nuestras expresiones culturales
Y si bien no es mi intención cobijar a Diego o a Gael, hay que decir algo: Existe cierta verdad en los argumentos anteriores, es decir, somos sumamente severos cuando se trata de comparar nuestros productos culturales, en particular nuestro cine (pues de eso trata esta columna) con los modelos anglosajones
Y ocurre, no porque seamos malas personas o unos envidiosos (por otro lado, casi todo México ama a Guillermo Del Toro), sino por algo sumamente importante: el modelo de cultura cinematográfica que rige el mercado es el modelo anglosajón; los estadunidenses y los ingleses son los que marcan la pauta
Nosotros, "humildes mexicanos", aspiramos a llegar a "la calidad que ellos tienen", aspiramos a ser como ellos
Pero ocurre una desgracia, nunca llegaremos a ser como ellos y no porque nos falte capacidad sino por dos razones: 1) Culturalmente, somos distintos; 2) La industria cinematográfica en aquellos países nos lleva mucha experiencia de ventaja
Lo anterior, sin mencionar que la construcción de un modelo ideal traerá problemas prácticos, en otras palabras, parafraseando a Homero Simpson: "En teoría, el comunismo funciona, March? en teoría" Nuestras circunstancias son distintas
Mientras no seamos el centro de nuestra creación, mientras estemos mirando hacia fuera, deseando ser como los otros, nunca podremos hacer notar nuestro cine de tal forma que nos sintamos orgullosos
Lo más importante consiste en echar una mirada hacia adentro, lo cual implica una revisión exhaustiva de lo que se ha hecho en nuestro cine y de nuestra cultura; de tomar lo que nos gusta y crear algo nuevo a partir de lo viejo Preocupémonos por nosotros y no por lo que hacen los otros, y entonces sí, el talento fluirá de manera constante
¿Debemos dejar de criticar a Gael a Diego o a otros mexicanos en el extranjero? No, tampoco; aunque a ellos les pese, la crítica siempre es y será buena Ni modo, quién les manda ser como el equipo América: los más queridos y los más odiados