"Cuentos reunidos, Amparo Dávila"

lunes, 29 de junio de 2009 · 01:00
MÉXICO D F, 24 de junio (apro)- Cuatro libros con 37 relatos conforman el libro editado por el Fondo de Cultura Económica (FCE), cuya autora es Amparó Dávila, una de las exponentes de la literatura fantástica
El amor, la locura, la muerte y la imaginación son los ejes principales en la obra expuesta en Cuentos reunidos, Amparo Dávila, que forma parte de esta primera edición de la serie Letras Mexicanas
Los libros son: Tiempo Destrozado (1959) --que este año cumple cinco décadas de haber sido publicado--, Música concreta (1961), Árboles petrificados --por el cuál se le otorgó el Premio Xavier Villaurrutia en 1977-- y el más reciente e inédito hasta ahora, Con los ojos abiertos (2008)
Nacida en Zacatecas en 1928, Dávila pasó gran parte de su vida en San Luis Potosí, en donde publicó sus primeras obras, entre las que se encuentran los poemarios Salmos bajo la luna (1950) y Meditaciones a la orilla del sueño (1954), al que le siguieron Tiempo destrozado y Música concreta
A continuación se presenta un fragmento del relato "El huésped", que forma parte de Tiempo Destrozado:
"Nunca olvidaré el día en que vino a vivir con nosotros Mi marido lo trajo al regreso de un viaje
         "Llevábamos entonces cerca de tres años de matrimonio, teníamos dos niños y yo no era feliz Representaba para mi marido algo así como un mueble, que se acostumbra uno a ver en determinado sitio, pero que no causa la menor impresión Vivíamos en un pueblo pequeño, incomunicado y distante de la ciudad Un pueblo casi muerto o a punto de desaparecer
         "No pude reprimir un grito de horror cuando lo vi por primera vez Era lúgubre, siniestro Con grandes ojos amarillentos, casi redondos y sin parpadeo, que parecían penetrar a través de las cosas y de las personas
         "Mi vida desdicha se convirtió en un infierno La misma noche de su llegada dupliqué a mi marido que no me condenara a la tortura de su compañía No podía resistirlo; me inspiraba desconfianza y horror 'Es completamente inofensivo --dijo mi marido mirándome con marcada diferencia-- Te acostumbrarás a su compañía, y si no lo consigues?' No hubo manera de convencerlo de que se lo llevará Se quedó en nuestra casa
         "No fui la única en sufrir con su presencia Todos los de la casa --mis niños, la mujer que me ayudaba en los quehaceres, su hijito-- sentíamos pavor de él Sólo mi marido gozaba teniéndolo allí
         "Desde el primer día mi marido le asignó el cuarto de la esquina Era ésta una pieza grande, pero húmeda y oscura Por esos inconvenientes yo nunca la ocupaba Sin embargo, él pareció sentirse contento con la habitación Como era bastante oscura, se acomodaba a sus necesidades Dormía hasta el oscurecer y nunca supe a que hora se acostaba
"Perdí la poca paz de que gozaba en la casona Durante el día, todo marchaba con aparente normalidad Yo me siempre muy temprano, vestía a los niños que ya estaban despiertos, les daba el desayuno y los entretenía mientras Guadalupe arreglaba la casa y salía comprar el mandado
"La casa era muy grande, con un jardín en el centro y los cuartos distribuidos a su alrededor?"

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