¿Sólo los políticos y sus partidos?

lunes, 20 de julio de 2009 · 01:00
MÉXICO, D F, 15 de julio (apro)- Como bien se sabe, estimados lectores de la presente, el desencanto, la desconfianza, la frustración, el resentimiento e incluso el enojo y el rechazo, en todos los países de nuestro planeta, por parte de la ciudadanía, al menos de la mayoría de ella, de los políticos y sus partidos, es tema recurrente en los más variados medios de comunicación En los mismos se les culpa de que por perseguir el poder se han alejado de la ciudadanía, que es la que hace posible su existencia, por la cual comen y de la cual se dicen servidores
Mis estimados, ¿están de acuerdo con este veredicto? Servidor de ustedes piensa que hay más culpables, que otros poderes, como por ejemplo el de la iniciativa privada, también participa y ejercita de ese alejamiento de las necesidades y anhelos de los ciudadanos
En lo personal, debo confesar que los políticos y sus partidos me han importado un pito Como hijo de la globalidad en que vivimos, en la que nací y he crecido, siempre he sido un firme creyente en lo que la iniciativa privada ha dicho a bombo y platillo, en todos los tonos y en los más diversos medios: que el libre mercado competitivo y no las disposiciones políticas tomadas por los gobiernos es el motor del progreso, el generador y el garante de libertad; que el mejor gobierno es el que menos gobierna; que la solución de los problemas sociales, de las dificultades de los ciudadanos no está en los gobiernos, sino que ellos son los culpables de los mismos
También creí en que, como ella misma proclamaba --¡y sigue haciéndolo!?la iniciativa privada sabía hacer mejor las cosas que los gobiernos Por esas creencias, fui un firme partidario de limitar sus funciones de su llamado "adelgazamiento", de la venta de las empresas y bienes públicos a la iniciativa privada, de la desregularización de los mercados y de los negocios en general, de las fusiones de las grandes empresas, que en la práctica equivale al consentimiento de los monopolios
En lo que nunca creí fue en lo siguiente: que la burocracia de la iniciativa privada pudiera ser tan nefasta como las burocracias gubernamentales Incauto de mi
Bueno, esa fue mi posición hasta ayer Hoy me desconcierta y me lleva la queme trajo al ver y comprobar que esa iniciativa privada que se proclamó paladín del libre comercio competitivo porque él era el generador y el garante de la libertad, la igualdad y la democracia, es la causante en gran medida del injusto reparto de la riqueza, de la injusta acumulación de la misma en menos manos, así como del crecimiento y profundización de la zanja que separa a los ricos de los pobres
Igualmente me encalabrina y me lleva la tristeza al ver y comprobar como esa misma iniciativa privada --¡la que presumía que sabía hacer mejor las cosas!?que tanto hizo por lograr el "adelgazamiento" de los  gobiernos, que tantas patadas les dio en el trasero siempre que pudo, ahora que su burocracia ha sumido al mundo en una de las peores catástrofes económicas de su historia, suplica, reclama y hasta exige la ayuda y la protección de los mismos
Así mismo me irrita, encoleriza y me lleva el diablo al ver y comprobar que los políticos y los gobiernos que integran y que tan sumisamente accedieron ayer alas exigencias de la iniciativa privada, hoy pierdan sus pateados traseros por ella en su apresuramiento por rescatar a las empresas propiedad de la iniciativa privada de la quiebra con centenares de miles de millones de dólares? al mismo tiempo que, igual que ayer, se ven lentos e incluso mezquinos en el gasto público en sanidad, educación, pensiones, y en ocasiones incluso en la ciencia? eso si no le meten tijera, recortan esos mismos gastos? estas realidades, mis estimados, sigan si hacen bueno o no el siguiente lema que algún cínico ha puesto en circulación: "por el bien de todos, primero los ricos"
Ante estos hechos, estimados lectores, dirán si se puede pensar o no que los políticos, los gobiernos que forman y la iniciativa privada ?que son los menos?componen una troika más interesada en perseguir sus propios beneficios, sus ambiciones de poder, que en satisfacer las necesidades y anhelos de los más, de los ciudadanos del común
A los políticos, todos los conocemos, pero que pensar de esa mayoría de la iniciativa privada cuando se ve y comprueba que al mismo tiempo que implora y reclama la ayuda y protección de los políticos y los gobiernos que los mismos forman, les sigue criticando, dándoles de patadas, echando leña al fuego del desprestigio que les está calentando hoy en el mundo entero, y eso lo hace invocando a la libertad de expresión? ¿lo hará por inconsciente? ¿por falta de memoria? ¿o por ser cínica, falsa y desleal? ¿qué pensar?
Y con esto se despide de ustedes, distinguidos lectores de la presente, deseándoles lo mejor, uno de tantos
JUAN DE LAS PITAS

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