¿Pagar para bailar?
MÉXICO, D F, 22 de julio (apro)- Los mercados de arte son un negociazo en México Millones de pesos ganan quienes se dedican a organizarlos a lo largo del continente en un supuesto afán "cultural"
Surgidos inicialmente como propuesta gubernamental para promover el arte escénico nacional y mundial, ahora son proyectos de agrupaciones, asociaciones civiles y empresas --en el mejor de los casos-- que dicen promover la posibilidad de que los principales promotores y productores se acerquen a conocer el trabajo que se hace en México y Latinoamérica Al mismo tiempo, artistas de Canadá, Estados Unidos y Europa son invitados para que se les conozca en el país
Esta idea de los mercados de arte funciona de maravilla en Nueva York, donde se realiza uno monumental, en cual participan algunas de las principales compañías de arte escénico del mundo Por supuesto que entrar a los eventos tiene un fuerte costo en dólares, y en el caso de haber funciones, éstas requieren reservación y pago por adelantado Los mejores artistas jamás se presentan gratuitamente
Sin embargo, en México resulta un tanto extraño tratar de promover este tipo de actividades, cuando los principales teatros del país dependen del gobierno federal y de los gobiernos estatales La danza, en específico, depende de del INBA, IMSS (comodatos), Conaculta, UNAM y secretarías de Cultura de los estados
En el caso de los teatros pertenecientes a la industria privada, se promueve la danza y el teatro comerciales La programación se lleva a cabo con mucha antelación, y bajo la ley de la oferta y la demanda Más allá de su valor artístico, lo que no venda sale inexorablemente de la marquesina
Pero lo que sí se vende y mucho es la enseñanza de la danza Miles de niños, adolescentes, jóvenes y adultos cotidianamente viven la fantasía de convertirse en bailarines profesionales En un país donde la enseñanza de la danza no ha logrado el nivel que debiera y en el cual la mayoría de los buenos bailarines y coreógrafos se forman fuera de las instituciones, las academias privadas --particularmente las infantiles-- son un negociazo
Por lo mismo, no es extraño que se armen una suerte de "expos" con un centenar de "puestecitos" --que cuestan una fortuna-- para ofrecer al público los servicios de sus escuelas donde lo mismo se imparten aerobics, pilates, yoga, hip hop, que la tan de moda belly dance (danza del vientre) Ahí también pueden venderse productos como mallas, zapatillas, faldas hawaianas, alfombras para yoga, castañuelas, etcétera
Si al evento se le agrega una serie de presentaciones de aficionados que están dispuestos a pagar su inscripción al evento y poder pisar foro, mejor Por supuesto no hay ensayos previos, montajes, ni siquiera un piso adecuado para hacer una ejecución elemental
Y no falta el caso de algunos incautos grupos profesionales que aceptan bailar con un supuesto ánimo de promoverse y que no cobran por su participación, se pagan hasta el avión y le dan un cierto lucimiento al evento
Para finalizar, se entregan diplomas o "cerificados" que no tienen ningún valor curricular ante la Secretaría de Educación Pública (SEP) y todos marchan felices a sus casas Los que compraron su "puestecito" creyendo que más gente asistirá a sus cursos, los que bailaron felices con sus tres minutos en el foro y los organizadores con los bolsillos repletos de dinero
Surgidos inicialmente como propuesta gubernamental para promover el arte escénico nacional y mundial, ahora son proyectos de agrupaciones, asociaciones civiles y empresas --en el mejor de los casos-- que dicen promover la posibilidad de que los principales promotores y productores se acerquen a conocer el trabajo que se hace en México y Latinoamérica Al mismo tiempo, artistas de Canadá, Estados Unidos y Europa son invitados para que se les conozca en el país
Esta idea de los mercados de arte funciona de maravilla en Nueva York, donde se realiza uno monumental, en cual participan algunas de las principales compañías de arte escénico del mundo Por supuesto que entrar a los eventos tiene un fuerte costo en dólares, y en el caso de haber funciones, éstas requieren reservación y pago por adelantado Los mejores artistas jamás se presentan gratuitamente
Sin embargo, en México resulta un tanto extraño tratar de promover este tipo de actividades, cuando los principales teatros del país dependen del gobierno federal y de los gobiernos estatales La danza, en específico, depende de del INBA, IMSS (comodatos), Conaculta, UNAM y secretarías de Cultura de los estados
En el caso de los teatros pertenecientes a la industria privada, se promueve la danza y el teatro comerciales La programación se lleva a cabo con mucha antelación, y bajo la ley de la oferta y la demanda Más allá de su valor artístico, lo que no venda sale inexorablemente de la marquesina
Pero lo que sí se vende y mucho es la enseñanza de la danza Miles de niños, adolescentes, jóvenes y adultos cotidianamente viven la fantasía de convertirse en bailarines profesionales En un país donde la enseñanza de la danza no ha logrado el nivel que debiera y en el cual la mayoría de los buenos bailarines y coreógrafos se forman fuera de las instituciones, las academias privadas --particularmente las infantiles-- son un negociazo
Por lo mismo, no es extraño que se armen una suerte de "expos" con un centenar de "puestecitos" --que cuestan una fortuna-- para ofrecer al público los servicios de sus escuelas donde lo mismo se imparten aerobics, pilates, yoga, hip hop, que la tan de moda belly dance (danza del vientre) Ahí también pueden venderse productos como mallas, zapatillas, faldas hawaianas, alfombras para yoga, castañuelas, etcétera
Si al evento se le agrega una serie de presentaciones de aficionados que están dispuestos a pagar su inscripción al evento y poder pisar foro, mejor Por supuesto no hay ensayos previos, montajes, ni siquiera un piso adecuado para hacer una ejecución elemental
Y no falta el caso de algunos incautos grupos profesionales que aceptan bailar con un supuesto ánimo de promoverse y que no cobran por su participación, se pagan hasta el avión y le dan un cierto lucimiento al evento
Para finalizar, se entregan diplomas o "cerificados" que no tienen ningún valor curricular ante la Secretaría de Educación Pública (SEP) y todos marchan felices a sus casas Los que compraron su "puestecito" creyendo que más gente asistirá a sus cursos, los que bailaron felices con sus tres minutos en el foro y los organizadores con los bolsillos repletos de dinero