MÉXICO, D F, 1 de julio (apro)- Mister Lonely (dirigida por Harmony Korine) es, en parte,  la historia de un imitador, un sujeto que --para escaparse de sí mismo-- decide convertirse en Michael Jackson (Diego Luna en uno de sus mejores trabajos) En la extraña mente de este individuo se encuentra la creencia de que en la personificación del otro, se haya una experiencia liberadora
Sin embargo, a nuestro Michael le cuesta trabajo encontrar su lugar en la sociedad? sobre todo porque este personaje piensa ganar dinero a través de los movimientos de baile del artista original Pero ninguna moneda parece caer en su sombrero
Las cosas cambian cuando Michael se topa con Marilyn Monroe (Samantha Morton), otra imitadora, por supuesto, quien invita al doble del cantante a un lugar cuasi mítico habitado solamente por otros imitadores: Samy Davis Jr, Charles Chaplin, Shirley Temple, Abraham Lincoln, el Papa, Madonna y Los tres chiflados, son algunas de las personalidades que nuestro Michael conocerá
A la par de esta historia se narran las vicisitudes de un grupo de monjas piadosas que encontrarán una revelación asombrosa durante un viaje en avioneta
Dos tramas aparentemente inconexas irán cobrando sentido conforme pase la historia, al igual que la vida de las monjas, pero no así la vida de Michael, que poco a poco parece ir perdiéndose en los recovecos de su propia imitación
Mister Lonely es una historia con tintes surrealistas, los cuales se diluyen hacia al final de la historia para traer consigo una violenta revelación Es una historia maravillosa donde existen los milagros y la magia del entretenimiento que da sentido a nuestra vida al tiempo que nos evade de la realidad
Pero hay un giro interesante: cada una de las chicas que enfundan los hábitos de monja, ¿no están personificando a otro? Y según el rol que juegan, ¿cuál se supone que debe ser su destino?
Pero, por otro lado, ¿que tal si quien personifica a Marilyn Monroe lo hace no como acto de evasión, sino por un llamado del destino? En ese sentido, Mister Lonely es también elusiva, puesto que la respuesta a "quiénes somos y a dónde vamos" aparece y desaparece como un oasis en medio del desierto
Pero, ojo, la cinta no plantea una cuestión nihilista, aunque sí peca de un determinismo violento La cinta entrega respuestas al final, no sin dejar un margen importante de "misterio" en términos existenciales y, si se quiere, hasta religiosos