¿Qué pasó ayer?

lunes, 24 de agosto de 2009 · 01:00
MÉXICO, D F, 19 de agosto (apro)- No será una comedia muy inteligente, pero el armado de la trama de ¿Qué pasó ayer? (The Hangover, EU-Alemania, 2009) es ingenioso: la clásica despedida de soltero que termina por complicarse y poner en riesgo la integridad de los novios frente a sus prometidas, se rebusca hasta llegar prácticamente a lo surreal
Todo comienza cuando, en vísperas de la boda de Tracey (Sasha Barrese) y Doug (Justin Bartha), la novia en cuestión recibe la llamada de Phil (Bradley Cooper) desde Las Vegas, uno de los amigos de su futuro esposo, avisándole que ni él ni sus otros acompañantes saben donde está el mismísimo Doug
¿Cómo fue eso posible? Resulta que Phil, Stu (Ed Helms) y el hermano de Tracy, un sujeto extraño y desadaptado llamado Alan (Zach Galifianakis), organizaron una despedida de soltero en Las Vegas para su amigo, pero se pusieron tan borrachos que no recuerdan lo que pasó durante esa noche
Todos despertaron en una habitación de cuatro mil dólares, semidestruida, con un tigre en el baño, una gallina caminando por todos lados, un bebé en el armario  y, por supuesto, sin Doug Sin mencionar que Stu perdió un diente y Phil tiene un brazalete de hospital
Todas las interrogantes se resuelven de manera satisfactoria, algunas más inverosímiles que otras pero, finalmente, uno termina comprándoselas todas y divirtiéndose
La parte dramática es un poco floja: los personajes no están muy bien construidos (aunque tienen personalidades definidas gracias a un gran casting), al igual que las relaciones entre ellos
Quienes se llevan la cinta son, en primer lugar, Zach Galifianakis con su personaje extraño, que oscila entre la imbecilidad y la excentricidad; Bradley Cooper, un maestro de primaria con su actitud de sinvergüenza, y en tercer lugar Ed Helms, un dentista estirado
Luego está Justin Bartha quien, con su actitud de gente normal, es el más deslucido, aunque su función es necesaria Por último tenemos a Heather Gaham, una stripper, cuya pequeña participación vale oro
Al igual que ocurrió en Old School, Todd Phillips entrega otro producto divertido, banal e inmaduro, destinado a aquellos adultos con alma adolescente

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