Para Katz, la Revolución Mexicana siempre tuvo vigencia

viernes, 29 de octubre de 2010 · 01:00

MÉXICO, D.F., 27 de octubre (apro).- Entre el 18 y el 20 de junio de 2002, el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM) organizó el simposio “Lázaro Cárdenas: Modelo y Legado”, que sirvió de marco para rendir un homenaje al historiador Friedrich Katz, nacido en Viena en 1927, pues entonces se cumplían 20 años de la publicación de su libro La guerra secreta en México.

Al término del encuentro académico, el también autor de la biografía Pancho Villa, fue entrevistado por la reportera Judith Amador Tello para el semanario Proceso.

Enseguida, se reproducen fragmentos de aquella importante conversación de Judith Amador Tello (JAT) en diálogo con el historiador especialista en Revolución Mexicana, Friedrich Katz (FK) quien falleció el pasado sábado 16, víctima de cáncer en la ciudad de Filadelfia.

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(JAT).- Se sabe que usted vivió en México mucho tiempo, pero ¿cómo como comienza a interesarse por el estudio de la Revolución Mexicana?

(FK).- De diferentes modos, podría decir primero que crecí en México, fuimos asilados políticos. Nos establecimos aquí en 1940, cuando todavía era presidente Lázaro Cárdenas, obviamente en aquel momento la Revolución Mexicana estaba presente en la opinión pública, la gente vivía la revolución, ese era un aspecto.

“El segundo era que mi padre a la edad de 15 años, en 1907, viviendo en la frontera del impero austro-húngaro y Rumania presenció una gran revolución campesina en Rumania, pasó la frontera y vivió el aplastamiento de esa revolución, y sus cuentos sobre la revolución de los campesinos rumanos me dieron una especie de afinidad ideológica con la Revolución Mexicana. Esos serían dos aspectos muy importantes que desde el comienzo me hicieron interesarme en la Revolución Mexicana.”

(JAT).- ¿Considera que sigue vigente su estudio? Sobre todo ahora que en México hay un nuevo régimen que no se dice en el discurso “emanado de la Revolución Mexicana”, como sí lo hicieron los gobiernos priistas.

(FK).- Yo creo que sí, porque la quiera uno o no, se diga que fue un éxito o no, la Revolución Mexicana fue, primero, un movimiento donde centenares de millones de personas participaron; donde el despertar político de toda una generación tuvo lugar; y fue constitutivo de una sociedad diferente en el país.

“El siglo XX mexicano es inconcebible sin la revolución y el hecho de que ahora haya un régimen que no se declara heredero de la revolución no significa que en la vida del país, en la mentalidad de la gente no tenga vigencia, al contrario.

“A mí me impresiona mucho que si contrastamos a la Revolución Mexicana, con la de los rusos con su revolución, en la revolución rusa el nuevo régimen ha tratado de eliminar todo lo que tuvo que ver con la revolución bolchevique, empezando con el cambio de nombres: Leningrado se cambió por San Petersburgo, los nombres de calles han sido cambiados, nadie se dice heredero --bueno el Partido comunista--; pero el gobierno y la mayoría de la gente no quiere ser heredero de la revolución, la rechaza.

“Aquí no ha habido ni por parte del nuevo gobierno un rechazo directo a la revolución. Ayer en la inauguración del coloquio, el señor (Juan) Molinar, subsecretario de Estado de este gobierno dijo: ‘Cárdenas es de todos’, y no es coincidencia que el INEHRM esté apoyado por Gobernación; grupos muy importantes como el PRD y el PRI que siguen teniendo vigencia, se declaran herederos de la revolución, grupos como el EZLN también…

“Y nadie pensaría en cambiar el nombre de Francisco Madero por Porfirio Díaz, o de Pancho Villa por Victoriano Huerta, es decir: la vigencia de la revolución en la mentalidad de la gente sigue siendo muy importante, independientemente de si se la quiere o no se la quiere.”      

(JAT).- ¿Exige una relectura a casi un siglo de que se inició?

(FK).- ¡Cómo no…! Se necesita, y esa relectura va a ser mucho más fácil porque ahora ya no es doctrina oficial.

“Porque aparte del hecho de lo que suele suceder con la historia de las revoluciones --por ejemplo, la Revolución Francesa--, de que cada generación descubre algo diferente en la revolución que tiene vigencia para ella, por ejemplo hoy, o en los últimos años, el aspecto democrático de la revolución o los límites de la democracia que tuvieron los gobiernos revolucionarios, fue un factor central que en 1910 a 1920 era mucho menos importante.”

Pasión por Cárdenas

(JAT).- ¿Qué personajes o sucesos le gustaría estudiar, adentrarse más?

(FK).- Quisiera proseguir la guerra secreta especialmente estudiando la política internacional en la época de Cárdenas, este es un aspecto que me interesa.

“Y el otro, quiero volver a Madero y ver por qué fracasó el gobierno de Madero: ¿era inconcebible la democracia en aquel entonces? ¿Hubiera podida hacer Madero otra política que hubiera permitido un gobierno democrático? Eso sigue siendo una pregunta que me parece muy importante. En eso estoy trabajando, tanto en Cárdenas como en Madero…”

(JAT).- ¿Quién de estos personajes le apasiona más?

(FK).- Aquí hay poca duda: Lázaro Cárdenas.

“Porque para mí la revolución cardenista dentro de la historia de la revolución representa algo muy especial. Si toma usted la historia de las revoluciones hay siempre dos etapas, una la revolución desde abajo, popular entusiasta, también muy sangrienta que derroca al viejo régimen. Y después una revolución desde arriba, donde los nuevos gobernantes tratan de crear un nuevo Estado, una sociedad como ellos la quieren.

“Este nuevo Estado generalmente tiene algunos aspectos pero muchos no son de la primera etapa de la revolución, por ejemplo Napoleón creó un Estado muy diferente de lo que los revolucionarios de 1889 habían concebido. En Rusia, Stalin creó un Estado que era el reverso en mucho de lo que los revolucionarios en 1917 querían. Y para aplicar esto hubo un terror, una violencia tremenda, murieron millones de personas. Lo mismo pasó con Mao durante la revolución cultural.

“Cárdenas también tenía un proyecto desde arriba que trató de implementar. Pero el proyecto cardenista se hizo casi sin violencia, sin terror, tuvo violencia, pero no terror, en contraste con Rusia donde el terror desembocó en la dictadura deificada de un hombre, lo mismo en China. En México hubo oposiciones, periódicos de oposición, partidos de oposición y terminando su sexenio Cárdenas dijo: ‘Me voy’. Esto, dentro de la historia de México era algo muy nuevo porque Porfirio Díaz se reeligió, Victoriano Huerta obviamente trató de quedarse en el poder, Carranza trató de mantenerse en el poder a través de un hombre de paja Ignacio Bonilla, Obregón se reeligió, Calles implementó el Maximato.

“Cárdenas dijo: ‘Terminando mi mandato me voy’, a pesar de que la gente decía: ‘Bueno, tienes que quedarte o poner un candidato que refleje tus opiniones, donde tú puedas tener influencia’. Él dijo: ‘No, yo quiero la paz en México, no voy a imponer mi voluntad’. Y no la impuso.”

(JAT).- Pero a Cárdenas se le ha visto también como el fundador de los partidos que fueron antecedentes del PRI que se perpetuó en el poder...

(FK).- Sí, es verdad, pero yo creo que el propósito de Cárdenas y aún el papel del Partido Nacional Revolucionario era diferente de lo que iba a ser el PRI. El PNR era una coalición de grupos con bastante independencia del Estado: la CTM (Confederación de Trabajadores de México) no era un órgano subordinado al Estado, era más bien una alianza; la Confederación Nacional Campesina, tenía grupos autónomos; los maestros tenían su propia agenda, muchos eran comunistas, no eran agentes del Estado; y terminando el mandato de Cárdenas, se tomaron sus estructuras para transformarlas, pero no era lo que quería Cárdenas.

(JAT).- Este libro sobre Cárdenas, del cual ya dio una avance sobre la recepción de exiliados, ¿qué otros elementos aportará?

(FK).- Lo que me interesa es su relación --de lo que se ha hablado mucho, en especial Adolfo Gilly-- con Roosevelt y Estados Unidos.

“A mí me interesa profundizar su relación con otras potencias, con la Alemania nazi, también hay relaciones muy interesantes con la Unión Soviética, no estableció relaciones con la URSS, recibió a Trotsky aquí, pero tampoco fue anticomunista y tuvo relaciones muy buenas con el Partido Comunista, así que esto fue una contradicción muy interesante y obviamente profundizar en sus relaciones con la República Española.”

Madero y Villa

(JAT).- ¿Y en el caso de Madero?

(FK).- En el caso de Madero me interesa ver por qué cayó…

“Primero, ver por qué el partido político que él fundó, el Partido Antireeleccionista, que era un partido moderno, lo cambió y lo destruyó por un partido clientelista. Segundo, su relación casi de amor con el Ejército Federal que lo había combatido y que finalmente lo iba a derrocar y a matar; pero Madero tenía una confianza casi ciega en ese ejército. Y yo me pregunto por qué, quiero analizar esa relación extraña entre Madero y el Ejército Federal.

“Esa confianza ciega se reflejó en algo muy extraño: Madero no tenía guardia personal o muy poca guardia, en vez de tomar gente de su confianza como guardias, cuando lo detuvieron había un ayudante, nada más. Es decir, esa confianza ciega en el Ejército le hizo ignorar esto y el hombre que le predijo todo tres semanas antes le dijo: ‘Su gabinete no le va a ayudar en momentos críticos, usted necesita de hombres fuertes que le ayuden’ fue Pancho Villa.

“Si Madero hubiera llamado a Villa con su gente para protegerlo, no lo mata, Villa lo hubiera protegido, lo hubiera llevado con los contingentes revolucionarios.

“Hizo otras cosas también muy extrañas: Si usted piensa en lo que pasó en Estados Unidos el 11 de septiembre, lo primero que hizo el gobierno norteamericano fue aislar a (George W.) Bush del vicepresidente (Dick) Cheney, para que en caso de que mataran a uno el otro estuviera presente.

“Lo primero que hubieran debido hacer cuando estalló el cuartelazo era mandar a Pino Suárez a Yucatán, o al norte, para que en caso de que tuviera éxito el ejército y mataran a Madero, el heredero legítimo de la presidencia estuviera a salvo, y el ejército no podría decir nosotros somos legítimos, hubiera hecho más difícil el reconocimiento del gobierno de Huerta, son algunos de los aspectos que me interesan.

“Además, la relación de Madero con su familia, porque dentro de la familia Madero había grupos muy divergentes. A Gustavo lo veo como un hombre que trató de salvar a la revolución, hasta cierto punto de luchar; en cambio, los tíos Ernesto Madero y Rafael Hernández estaban mucho más estrechamente ligados con los científicos, no querían ninguna reforma agraria, no querían cambios sociales, y dentro del gabinete, estas dos tendencias estaban muy presentes.”

Al morir Katz dejó inconcluso el libro sobre Francisco I. Madero, así como uno acerca de los científicos y el porfiriato.

Pero el próximo 4 de noviembre se presentará en la Universidad el titulado Revolución y exilio en la historia de México. Del Amor de un historiador por su patria adoptiva, coeditado por Era y El Colegio de México.

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