Biografía de Ricky Martin

viernes, 12 de noviembre de 2010 · 01:00

MÉXICO, DF, 10 de noviembre (apro).- Recién editado el primer día de noviembre en México por Plaza Janés, sello de Random House Mondadori, el libro Yo (Me, en inglés) es la tan anunciada autobiografía del cantante puertorriqueño Ricky Martin, cuya publicación aparece apenas unas semanas después de su último disco sencillo para Sony Music The Best Thing About You is Me, que se traduciría como “lo mejor acerca de ti soy yo”.

Si bien este no es el tema principal del libro, el autor platica amenamente en Yo sus vivencias tanto personales como laborales y sobre el mundo de la fama, haciendo énfasis en su vida espiritual, o la falta de ella durante su edad veinteañera.

Yo contiene 290 páginas y nueve capítulos que llevan a los admiradores del cantante por la transición del “niño Menudo” al actual hombre de 39 años, soltero, con dos hijos gemelos, quien ofrece un honesto retrato suyo en este libro autobiográfico previo al lanzamiento de su álbum en febrero, tras seis años de silencio musical.

Aunque finalmente los medios de espectáculos han destacado más la homosexualidad que confirmó en marzo pasado por su cuenta de Twitter, a lo largo de Yo es Ricky Martin quien se encarga de abundar acerca de esta candente temática de manera seria, si bien el humor acompaña su escritura en otros pasajes.

Los siguientes párrafos que ofrecemos a nuestros lectores fueron extraídos de la introducción de Yo, y del capítulo noveno, Adelante.

 

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Yo, Ricky Martin

 

MI VERDADERO NOMBRE es Enrique Martin Morales, pero la gran mayoría de la gente me conoce como Ricky Martin: músico y cantante, compositor, filántropo y quizás hasta algunos sepan que soy actor. Y soy todas esas cosas; pero también soy mucho más.

Mi gente más cercana me conoce como Kiki (un apodo cariñoso que me viene de Enrique), y además de ser artista, para ellos soy un hijo, un hermano, un amigo y –más recientemente-- un padre.

Durante mucho tiempo he intentado separar por completo esas dos partes de mi vida: cuando estoy frente al escenario soy Ricky; y en privado soy Kiki, el hombre que todos los días se enfrenta a los retos de la vida, al igual que cualquiera otra persona.

Mientras la mayoría de las personas que están leyendo este libro tienen una idea muy clara de quién soy como artista, no deja de haber otra gran parte de mí que muy pocos conocen.

Hoy, después de lo mucho que he vivido y de las experiencias por las que he pasado, me doy cuenta de que no es justo separar a Kiki de Ricky. Los dos somos uno y el mismo. Me ha tomado tiempo comprender esto, pero aunque durante años pensé que lo mejor era ocultar mi vida privada y mi verdadero ser, ahora tengo la plena convicción de que mi felicidad está en vivir una vida libre, sin miedos ni tapujos. Ha sido un proceso gradual.

No sabría decir exactamente en qué momento llegué a esta revelación, pero sí sé que llegué a un punto en que ya no podía vivir más sin enfrentarme a mi verdad. Por eso sentí la necesidad de acabar con un secreto que llevaba guardando demasiados años: tomé la decisión de revelarle al mundo que acepto mi homosexualidad y celebro este regalo que me ha dado la vida.

Ahora me siento fuerte. Libre. Más libre que nunca. (…)

 

Mejor que antes

 

En este libro yo no pretendo dar lecciones de vida a los demás. Simplemente quise hablar de mi propia vida y de todo lo que aprendí a lo largo del camino. Si mis lecciones le sirven a alguien más, pues qué maravilla, de verdad me alegra. Pero el fondo del asunto es que esto lo hice por mí.

Hay gente que se preguntará por qué decidí escribir un libro de memorias que se escriben al final de la vida. Pero es que en realidad yo siento que esto es apenas el comienzo. Tengo toda una nueva vida por delante y en este momento de encrucijada, siento una necesidad aguda, intensa y penetrante de decir de qué estoy hecho. Ahora me doy cuenta de que a veces las lecciones más profundas en el mundo llegan de la manera más sencilla y simple. Yo tuve que ver, tuve que vivir, tuve que sufrir y tuve que gozar para llegar a este punto de entendimiento. Y lo quiero compartir con otras personas porque estoy profundamente convencido de que todo el mundo puede hacer lo mismo.

Cada cual tiene que seguir su camino espiritual y pasar por sus enseñanzas kármicas para llegar a descubrir su mejor vida posible. Y para eso considero que lo primero que hay que hacer es aceptarse a sí mismo y a aceptar a los demás. Eso es suficiente. No es necesario decirle nada a nadie, pero tampoco hay que vivir en las tinieblas. Ojalá que mi vida, en lo que he escrito aquí, pueda servir de ejemplo.

Aunque mi vida es bastante particular, tal vez encuentren una línea o dos que signifiquen algo para aquellos que se sienten diferentes, no importe la razón, ya sea por persecución religiosa, por ser indocumentado, por el simple hecho de ser parte de una minoría, por vivir en un país donde no se pueden expresar libremente.

Entonces yo opto por gritarle al mundo: ¡Sé feliz! ¡Haz el bien! ¡Siente el miedo ante una transacción, pero no te aferres al miedo! Y si tú piensas que nadie te quiere o te acepta, entonces vuelve a leerte este libro y te darás cuenta de que es más fácil de lo que te imaginas.

El gran poeta irlandés Oscar Wilde un día dijo: “Un poco de sinceridad es algo peligroso y mucha sinceridad es fatal”. La palabra que se utiliza es “fatal”. ¡Wow!, qué palabra. Me da mucha tristeza pensar que ésa fue su experiencia de la honestidad. Me imagino que eso lo dijo por el miedo que tenía a ser honesto con respecto a su sexualidad, sobre todo por la época victoriana en la que le tocó vivir. Pero hoy, lo único que yo quiero es ser abierto y honesto. No es sencillo, la verdad es relativa y alcanzarla toma tiempo. Uno tiene que hacer un esfuerzo consciente, todos los días, de vivir sin miedo y con transparencia.

Aunque ya pasé por todo lo que he pasado para sentirme como me siento hoy en día, espero que la vida me siga regalando aquellos momentos donde me atreva a ir más adentro a descubrir mucho más sobre mí mismo. Como dijo Pablo Picasso: “Toma mucho tiempo ser joven”. Tenía razón. Toma mucho tiempo desechar todos los códigos que se han convertido en lo que tú eres, basados en lo que se te ha dictado, ¿no?

Te puede tomar una vida llegar adonde puedes empezar de cero nuevamente, sin ideas preconcebidas, sin prejuicios y sin temor. Pero cuando llegar allí y aceptas quién eres, puedes empezar todos los días mirándolos como lo que son: un paraíso divino donde uno puede imaginar lo que quiere y hacerlo realidad. Cada día empieza como una pizarra en blanco, para que uno le escriba el poema que es su presente y sus deseos para el futuro.

Durante todo este tiempo, mi familia, mis amigos, mis admiradores… todos me han inspirado, cada cual a su manera. Cuando estoy en el escenario, es el público el que me alimenta con su energía. En la fundación, los niños y las niñas a los que ayudamos son los que me llenan con su agradecimiento. Y cada vez que mis preciosos hijos me regalan una de sus maravillosas sonrisas, siento que el mundo se podría acabar y yo seguiría tranquilo.

Y así como tengo a tantas personas a mi alrededor que constantemente me inspiran y me alimentan el alma, tengo además la suerte de tener un trabajo y una vida, por medio de la cual puedo llegar a influenciar las vidas de los demás. Pero sé que ese privilegio viene también con una gran responsabilidad. Tengo que ser cuidadoso con lo que digo, con lo que hago, es una responsabilidad que acepto con honor y respeto.

En este libro de cierta forma estoy en parte abandonando una parte de mi privacidad. Aunque hay algunos detalles y momentos que jamás contaré –no porque consistan de algo oscuro o feo, sino porque son recuerdos muy personales que prefiero guardarme--, a lo largo de estas páginas me he entregado tal y como soy, sin censura.

La verdad nunca es fácil de encontrar, sobre todo cuando se trata de la verdad propia, y por eso espero continuar con mi búsqueda constante la que me lleva a tener sensaciones fuertes, la que me enseña a retarme, cuestionarme, llevarme más allá. Pero lo más importante y lo que más me inspira es que este libro ayude a otras personas a enfrentarse a sus miedos y seguir adelante. Y ése es el mejor regalo de todos.

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