Bush me defraudó, se lamenta Fox
GUANAJUATO, Gto., 19 de noviembre (apro).- El expresidente Vicente Fox dijo sentirse defraudado por el exmandatario de Estados Unidos, George W. Bush, ya que nunca pudo “cortar una flor de su jardín”, en temas como la reforma migratoria, por lo que se negó a dar un voto incondicional a Estados Unidos para la invasión a Irak.
En su artículo semanal difundido en la página del Centro Fox, el expresidente afirma que, con el paso del tiempo –“salvo el mejor juicio de la historia”-- concluyó que se trató de “una decisión firme y valiente”, que no obstante tuvo costos para México en su relación con Estados Unidos.
“Los Estados Unidos daban por descontado, que por su amistad, la vecindad, el Tratado de Libre Comercio, así como por los apoyos recibidos en diferentes momentos de nuestras crisis de 1995, tendrían de nuestra parte un voto incondicional”, lo que finalmente no se dio, señala.
“Yo no lo veía así. Me sentía de hecho defraudado por el gobierno de Bush; no había podido cortar ni una flor de su jardín”, añade.
Fox retomó así el tema expuesto por el expresidente Bush –al que recibió en febrero de 2001 en el rancho de San Cristóbal y con quien mantenía una amistad-- cuando éste publicó, a principios de noviembre, sus memorias, y afirmó que el guanajuatense “se escondió” en marzo de 2003 para no involucrarse en la decisión sobre el ataque de Estados Unidos a Irak.
Según su versión de ese momento de crisis internacional, que terminó con la entrada del Ejército de Estados Unidos a Irak y la ejecución de Saddam Hussein, Fox optó por “no manifestarse” en tanto no tuviera pruebas de la existencia de las armas de destrucción masiva, de las que hablaba el gobierno de Bush.
“Yo estaba de acuerdo que el régimen de Saddam Hussein en Irak cometía gran cantidad de abusos e injusticias; debía por eso terminar, pero no de esa manera”, señala.
Además, Fox asegura que encontró un “respaldo casi unánime” para negarse a apoyar la decisión de Estados Unidos de invadir Irak en una consulta que, señala, realizó con intelectuales, líderes sindicales, empresarios y otros sectores “de manera pública y privada”, incluso mediante encuestas.
Dice que sólo algunos empresarios –cuyos nombres no revela-- le quisieron hacer ver que era un error.
Afirma que también hubo momentos de “una gran presión”, como las visitas del entonces presidente del gobierno de España, José María Aznar, y de la secretaria de Estado, Condoleezza Rice.
“Todavía el 20 de febrero, semanas antes de la deliberación y votación en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU, recibí al otrora presidente de España, José María Aznar, quien me visitó haciendo una escala en su viaje a Crowford, Texas, precisamente al rancho del presidente George Bush .El presidente Aznar trató de convencerme de que apoyara a los Estados Unidos, principalmente con el argumento de las fábricas de armas nucleares por parte de Irak”, explica Fox.
En tanto, añade, Condoleeza Rice le mostró fotografías satelitales de los supuestos almacenes de armas de destrucción masiva en ese país.
“El caso es que ya podrán imaginarse que tuve una presión externa e interna formidable, que me hizo muchas veces sentir el peso de tomar una decisión tan importante solo”, agrega.
Finalmente, Fox coincide con su excanciller, Jorge Castañeda, en el. sentido de que “hubo consecuencias del rencor del presidente Bush por no haber votado a favor de su iniciativa”.
“Es cierto que en su régimen (de Hussein) existían violaciones a los derechos humanos, injusticias, y represión, (pero) esto no le extendía a los Estados Unidos un cheque en blanco para invadir éste país y violar a la vez los derechos humanos. Las pruebas nunca fueron convincentes; las consecuencias están a la vista”, concluye.