Peña Nieto: su boda-show, al filo del pecado
La telenovela romántico política fabricada por Televisa y el gobierno del Estado de México llegó a su culminación el pasado 27 de noviembre –si bien está lejos de haber terminado– con la boda de Enrique Peña Nieto, gobernador del Estado de México, y la actriz de Televisa Angélica Rivera: un show frívolo promovido y desplegado en los medios de comunicación; en suma, parte de una cuidadosa estrategia del mandatario mexiquense para catapultarse como candidato presidencial en el 2012.
MÉXICO, D.F., 27 de noviembre (Proceso).- Desde su inicio, tanto el noviazgo como la boda religiosa que culminó este sábado 27 de noviembre entre el gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto y la actriz Angélica Rivera han estado teñidos por la polémica, por el cálculo mediático-electoral de la empresa Televisa y del principal aspirante presidencial del PRI, así como por las contradicciones de las autoridades de la Iglesia católica frente a la duda de si la anulación del matrimonio entre La Gaviota y el productor José Alberto El Güero Castro fue real.
Esta especie de reality show orquestado en torno a la figura del mandatario estatal y la protagonista de melodramas televisivos comenzó en abril de 2008 cuando Angélica Rivera aceptó acudir a una cita privada con Peña Nieto por intermediación de Manuel Cavazos Melo, experto en cabildeo y relaciones públicas.
Cavazos Melo era amigo y empleado del publicista Juan Carlos Limón, de la empresa ByPower, e hijo de Manuel Cavazos Azcárraga, emparentado con el presidente de Televisa, Emilio Azcárraga Jean.
Licenciado en derecho por la Universidad Iberoamericana y candidato a doctor en administración pública por la Anáhuac, de los Legionarios de Cristo, Cavazos Melo fue director de Relaciones Gubernamentales de ByPower y, por lo tanto, intermediario en varios de los convenios publicitarios con el gobierno del Estado de México.
Cavazos tenía una relación cercana con Maritza Rivera, hermana de la actriz, y a través de ella le sugirió que La Gaviota aceptara una cita con Peña Nieto como parte de una estrategia de promoción.
El supuesto “flechazo” entre ambos personajes en realidad fue parte del proyecto de asesoría y mercadotecnia política que Peña Nieto contrató con ByPower y la empresa TV Promo (de Alejandro Quintero, vicepresidente de Comercialización de Televisa) para aminorar las dudas generadas por las versiones contradictorias en torno a la muerte de la esposa del gobernador mexiquense, Mónica Pretelini, ocurrida el 11 de enero de 2007.
Extracto del reportaje que se publica en la edicion 1778 de la revista Proceso, ya en circulación.