Tamaulipas: donde ni la ayuda entra
Es un hecho documentado que numerosas regiones del país son controladas por el narco. Es el caso del campo tamaulipeco, donde nadie transita sin ser interceptado por sicarios. De hecho, autoridades municipales y trabajadores de instancias federales han sido levantados o asesinados por integrantes de Los Zetas o del cártel del Golfo, quienes se disputan la zona. Hoy, pocos se atreven a visitar las zonas marginales para entregar, por ejemplo, los recursos correspondientes a programas sociales.
CIUDAD VICTORIA, TAMPS.- Territorios del narco, amplias zonas de Tamaulipas se hallan por completo fuera del control de las autoridades civiles y militares, a tal grado que quienes se encargan de distribuir los recursos de los programas sociales requieren de la custodia del Ejército para cumplir su trabajo. Pero eso no es todo: incluso algunas dependencias oficiales se han visto obligadas a suspender sus actividades en esas regiones.
Servidores públicos sostienen que hay localidades a las que es imposible llegar: sus sendas son transitadas sólo por sicarios que tienen refugios en los ranchos y las comunidades ejidales.
La inseguridad en los 43 municipios de Tamaulipas, derivada de la guerra entre el cártel del Golfo y Los Zetas, ha obligado a los tres niveles de gobierno a suspender algunos programas o a modificar sus protocolos por el riesgo que corren los trabajadores de ser interceptados, asaltados o asesinados.
Pasó hace poco en Nuevo Laredo: los promotores de un programa federal fueron sometidos por hombres encapuchados y armados que los obligaron a permanecer hincados durante horas para comprobar si eran servidores públicos y no sicarios enemigos.
En septiembre pasado tres empleados de la Secretaría de Desarrollo Rural del Estado y uno de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), que trabajaban en una caseta del municipio de Llera, fueron ejecutados y mutilados. Por las mismas fechas levantaron a dos trabajadores de la Secretaría de Desarrollo Social en esta capital. Fueron liberados días después.
“Hemos limitado los horarios para que nuestro personal transite por carretera de 8 de la mañana a 4 de la tarde; igual a esas horas pueden presentarse situaciones de peligro, pero antes y después de ese horario sabemos que no hay garantías y se corren altos riesgos”, reconoce un funcionario federal.
“Eso es por carretera, porque por veredas ya no se puede andar a ninguna hora en la mayoría de las zonas rurales del estado”, agrega.
Extracto del reportaje que se publica en la edición 1780 de la revista Proceso, ya en circulación.