Balconeo de hechos conocidos
MÉXICO, D.F., 17 de diciembre (apro).- Estimados lectores, ustedes no lo ignoran. En estos días, una realidad recorre y sacude al mundo, la realidad del portal de internet que lleva el nombre de Wikileaks. No pocos poderes del planeta, sean políticos o privados, se han unido y siguen uniéndose para acosar sin tregua a esa realidad: diferentes gobiernos de los cinco continentes, con el de Estados Unidos a la cabeza, empresas privadas trasnacionales y nacionales, medios de comunicación, ideólogos, voceros diversos al servicio de la denominada visión empresarial de la historia, repito, se están uniendo para hostigar de diversos modos y a todos los niveles al creador del citado portal, el australiano Julian Assange.
Como tampoco ustedes ignoran, estimados lectores, no faltan periodistas, analistas de lo político y de los problemas sociales, informadores en general, empleados en los diversos medios y entre los que se llaman líderes de opinión, que afirman que los hechos propalados por Wikileaks son trivialidades que no dicen nada nuevo, nada que no sea ya conocido, por lo que no tienen ni van a tener la mayor trascendencia para la política internacional y nacional de Estados Unidos, pues más que informar confirman lo que ya era sabido.
Extrañas opiniones, pues de ser así, este servidor no puede explicarse el por qué de tanto escándalo por aquello que se conoce a través de Wikileaks; por qué la reacción inmediata del gobierno de Estados Unidos fue solicitar absurdamente a otros gobiernos que le entregaran a Julian Assange; por qué las 16 agencias de seguridad estadunidenses están tomando precipitadas medidas de seguridad para que ya no haya más filtraciones de documentos clasificados en sus diversas instituciones gubernamentales. ¿Ustedes sí se lo explican, mis estimados?
Tampoco entiendo ni me explico que otros, de entre los que se dedican a desprestigiar al citado portal, lo hagan desde el punto de vista moral, que lo descalifiquen diciendo que lo critican e incluso que lo desprecien por ser producto de un robo y guarden silencio ante esos hechos o le resten importancia cuando los mismos son evidencia de la intrusión en los asuntos de otras naciones; intrusión que manifiesta falta de respeto a las soberanías de otros países, discriminación e incluso desprecio hacia los gobernantes o instituciones de los mismos. Repito: no entiendo ni me explico esa postura moral. Vuelvo a preguntarles: ¿ustedes sí, estimados lectores?
Por mi parte, confieso que se me hace difícil creer y explicar que informados como deben de estar, honestos periodistas, analistas de asuntos político-sociales, líderes de opinión que presumen ser de los empeñados en desacreditar al creador del mencionado portal de internet y así poder desautorizar, anular la realidad que representa y que recorre y sacude el mundo en estos días, los mismos nada digan o tan poco y mal informen sobre las amenazas que ha recibido Julian Assange por parte de señalados personajes, como por ejemplo la iniciativa de John Ensign en el Senado de estados Unidos para declararlo “amenaza trasnacional”, algo así como “enemigo público del mundo”, o los llamamientos a que se asesine a J. Assenge hechos por Marc Thessian, el hombre que escribía los discursos de Bush y los de Hill O’Reilly en las noticias de Fox.
Una vez más, repito que no entiendo ni me explico todos esos hechos expuestos, a no ser que “lo políticamente correcto” sea la absurda lógica de “quien o está con nosotros o está en contra”, y la de que es más criminal robarse información que deja con el trasero al aire a mentiras que justifican atroces guerras que arruinan a naciones, mutilan física y mentalmente a sus habitantes y los asesina con el pretexto de imponerles la libertad y la democracia, esas mismas mentiras que dan lugar a tan brutales hechos.
¡Chin! la mañana del 7 de diciembre del 2010, dispuesto a cerrar la presente, me encontré con la noticia de que Julian Assange fue detenido por la policía británica…y también con que no pocos de los informadores y comentaristas en la radio y la televisión no han cambiado sus opiniones. Siguen considerando que Wilileaks es trivial e intrascendente, o que todo ha sido un montaje para perjudicar a Obama, el presidente de Estados Unidos.
Lo siento, pero en lo personal, todo esto me lleva a considerar que algo huele a podrido, como dijo aquel príncipe de Dinamarca. Prometo escribir de nuevo a este buzón si se confirma o no mi sospecha.
Ustedes, estimados lectores, ¿Qué piensan al respecto?
Con mi sincero respeto para todos
UN APRENDIZ DE BRUJO
cvb
--FIN DE NOTA—