Consuegro de Diego le pide "poner orden en su casa"

martes, 21 de diciembre de 2010 · 01:00

COZUMEL, Q. Roo, 21 de diciembre (apro).- Tras la liberación de Diego Fernández de Cevallos, su consuegro, el doctor Miguel Marín-Foucher, le pidió “poner orden en su casa” para que sus nietos Diego Manuel y David, quienes fueron sustraídos por su hijo David Fernández de Cevallos Gutiérrez en medio de un operativo policiaco, sean devueltos al hogar materno.
            En una breve entrevista que concedió esta noche al Diario de Yucatán, el galeno, padre de Jimena Marín-Foucher, exesposa de David Fernández de Cevallos Gutiérrez, dijo:
            “Así como don Diego afirmó que perdonaba a sus secuestradores, nosotros también queremos que la pesadilla que sufrimos el 29 de octubre termine”.
            Añadió: “Don Diego es muy inteligente, conoce el caso, y, con lo que pasó, vamos a esperar que se reencuentre con su familia y nos ayude a recuperar la nuestra”.
            El pasado 29 de octubre David Fernández de Ceballos Gutiérrez, hijo de Diego Fernández de Ceballos, fue acusado por su esposa Jimena Mari-Fouche Gómez -quien inició el proceso de divorcio-- de ataque armado, lesiones con violencia, allanamiento y plagio de sus dos hijos.
           Ese día, escudado en un dispositivo en el que se participaron elementos del Ejército, la Marina y policías federales, Fernández de Ceballos, de 29 años de edad, irrumpió, armado, en el domicilio de los padres de Marín-Foucher, en esta isla, para llevarse a los dos pequeños: Diego Manuel y David, de cuatro y un año de edad, respectivamente.
            David Fernández de Ceballos allanó el predio, ubicado en la avenida 50 entre 11 y 13 de la colonia Independencia, junto con sus hermanos Rodrigo y Miguel y los agentes federales David “N” e Israel “N”, quienes aparecen como coacusados en la denuncia 1656/10/2010 que interpuso la familia Mari-Fouche en la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).
          Jimena Marín-Foucher, de 28 años, acusó a su esposo de haber irrumpido en la casa de sus padres rompiendo puertas y ventanas, escoltado por dos agentes federales encapuchados, tomó a los niños y los subió a una camioneta rentada para llevarlos al muelle y sacarlos de la isla.
            Además, acusó a David de haberla golpeado a ella y a sus padres cuando salieron a defenderla.
            De acuerdo con el examen médico que se le practicó en la PGJE, Jimena presentó equimosis en la boca, y sus padres, lesiones y contusiones.
           Luego del operativo, que duró aproximadamente media hora, Jimena Marín-Foucher, con la boca ensangrentada y la ropa rasgada, declaró a los medios que su esposo la tuvo encerrada y amenazada de muerte durante cuatro meses en un predio de Querétaro, propiedad de Rodrigo, otro de los hijos de el “Jefe Diego”, tiempo durante el cual, dijo, fue sometida a abusos físicos y sicológicos.
            Dijo que logró escapar después del secuestro de su suegro, Diego Fernández de Ceballos, y regresó a Cozumel, a la casa de sus padres en busca de protección.
           Señaló que antes de la separación, ya había demandado a David por violencia intrafamiliar, y aseguró que un juez le otorgó a ella la custodia de los hijos en tanto se desahoga el proceso de divorcio.
            "Vine a Cozumel porque es un lugar seguro. Aquí quiero criar a mis hijos y ahora me los han quitado con todo este despliegue de fuerza. Soldados, ¿para qué? ¡Son niños, por Dios!", afirmó entre sollozos en esa ocasión.
            Afirmó que su esposo y sus hermanos entraron armados a su domicilio presentado una orden judicial, que dijo podría ser falsa, para llevarse a los menores. Empero, al día siguiente la directora de Averiguaciones Previas de la PGJE, Margarita del Rosario Vázquez Barrios, aclaró que la custodia de los niños le fue otorgada a Fernández de Cevallos por el juez Carlos Quintal, de Querétaro.
            También dijo que los agentes federales involucrados en el caso están asignados a la custodia de los niños Fernández de Cevallos.
           Ahora, tras la reaparición del patriarca de los Fernández de Cevallos, su consuegro pidió que “en esa vida nueva que anunció al ser liberado, ponga orden en su casa, y por el bien de sus nietos disponga que regresen al lado de su madre”.

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