Pina y el cine

viernes, 31 de diciembre de 2010 · 01:00

MÉXICO, D.F., 29 de diciembre (apro).- La bailarina Pina Bausch murió el 30 de junio del 2009 a los 68 años, a causa de un cáncer diagnosticado cinco días antes. Todavía el domingo anterior estuvo al frente de su compañía, la Tanztheater Wuppertal, en una función ofrecida en la casa de ópera de esa ciudad alemana.

Su muerte dejó inconclusos varios proyectos no sólo de ella, sino de otros creadores como Wim Wenders, quien se encontraba preparando un documental sobre la famosa artista y su experiencia en Chile, último país donde hizo una residencia artística que se cristalizo en un montaje que nunca llegó a ver estrenado.

 

Pina en el cine

No hay nadie que pueda olvidar a la hermosa Bausch como la princesa ciega de Y la nave va, de Federico Fellini, pero tal vez su experiencia más significativa fue la del trabajo que hizo con Pedro Almódovar.

Para el admirador perenne de la coreógrafa alemana, la bailarina creó con Masurca fogo y Café Müller, “las mejores puertas por las que entrar y salir para Hable con ella.”

El cineasta manchego describió que en la película Todo sobre mi Madre aparecía un póster de Café Müller en una de las paredes de la habitación del hijo de Martha Roth:

“Yo entonces no sabía que esta pieza coreográfica sería el prólogo de mi siguiente película. En aquel momento sólo pretendía homenajear a la coreógrafa alemana. Cuando terminé de escribir Hable con ella y volví a mirar el rostro de Pina, con los ojos cerrados vestida con un exiguo fondo, los brazos y las manos extendidos, rodeada de obstáculos --mesas y sillas de madera-- no tuve duda de que ésa era la imagen que mejor representaba el limbo en el que habitaban las protagonistas de mi historia.”

Por aquella época, Almodóvar vio en Barcelona Masurca fogo. La descripción de la pieza que hace el cineasta es más que elocuente:

“Durante tres días de junio nos refugiamos en el escenario del Théatre de La Ville, convertido en frondoso montículo verde, para rodar unos fragmentos del espectáculo de Pina Bausch Masurca fogo que aparece al final de mi película.

“Tres personajes coinciden en las butacas: Geraldine Chaplin, Leonor Watling y Darío Grandinetti y a los tres impresiona, por diferentes razones, que se resumen en una: la capacidad de crear emociones que posee la coreógrafa alemana con elementos cotidianos y sorprendentes.

“Sobre el escenario vacío aparece una mujer de melena lisa y piel latina. Viste un largo vestido, ligero y floreado, con escote de tirilla. Se acerca al pie metálico que sostiene en su extremo el micrófono. Coge el micrófono, del cual pende un largo cable como en los setenta, camina unos pasos y se sitúa al centro del escenario. Se acerca el micro a los labios y después de llenar dolorosamente sus pulmones de aire, emite un largo y profundo suspiro. Sin moverse, excepto los hombros y el pecho, exhala un segundo y lacerante suspiro. Antes de terminar el tercero, la mujer cae lentamente hacia la izquierda, no llega al suelo porque un grupo de bailarines que han irrumpido en escena como una exhalación y se han colocado uno junto al otro en el suelo, al lado de ella, la recogen en el aire y se la van pasando de mano en mano. La mujer suspendida flota en el mar de manos, y continúa suspirando mientras se escucha el tema ‘Aint't funny’, del disco Drag de K. D. Lang, en el que aparece Billie Holliday.”

Y ahora en el 2011 es Wim Wenders quien lanzará un film sobre Bausch en Alemania. Pina, un documental sobre la coreógrafa y su compañía de Danza-Teatro de Wuppertal en tercera dimensión, se estrenará mundialmente en el Festival de Berlín fuera de competencia. Para los seguidores de ambos artistas el estreno es una oportunidad única de volver  a ver a la gran artista que revolucionó el mundo de la danza.

 

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