Cierran los legisladores sin Ley de Cultura
La LXI Legislatura se irá en este periodo sin aprobar la tan anunciada ley. Y tampoco se contará con un nuevo estatus legal para el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, aunque en este caso se habían dado avances. La discusión es si en lugar del organismo se optará por una Secretaría de Estado y si el mejor camino es el decreto presidencial.
MÉXICO, D.F., 6 de diciembre (Proceso).- Envueltos en la euforia de las fiestas del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana, integrantes de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, encabezada por la panista Kenia López Rabadán, expresaron su anhelo de tener un proyecto de iniciativa de Ley General de Cultura listo para el 20 de noviembre pasado, y convocaron para ello a la realización de foros de consulta por todo el país.
Pero el tiempo ya se les vino encima, y la realidad es que con el fin del 2010 concluirá su tercer periodo la LXI Legislatura, sin tener siquiera una agenda de trabajo en materia cultural. Por principio de cuentas, a decir del investigador y promotor cultural Carlos Lara, los foros fueron de pena y de ahí no saldrá nada que pueda retomarse como punto de partida para elaborar una iniciativa.
El único proyecto del que se sabe había ciertos avances, es del propio Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), en el cual ha trabajado el secretario técnico Fernando Serrano Migallón. Su titular, Consuelo Sáizar, ha dicho que fue presentado durante los foros como una propuesta más, aunque el diputado priista Armando Báez ha insistido categórico en que no se ha recibido la propuesta.
Así, Lara prevé que ante la ausencia de un proyecto de ley acabado, sea nuevamente –como en su creación– mediante un decreto o una decisión presidencial el que se otorgue al Conaculta carácter de organismo autónomo o de plano se cree una Secretaría de Estado, y lamenta que siga prevaleciendo el “presidencialismo cultural”:
“Fue muy ambicioso presentarlo en el marco del Bicentenario y no veo por dónde vaya a salir... Ahora, si no hubiera consenso en el Legislativo, se estaba previendo un decreto, lo cual sería muy lamentable, sobre todo ahora que tiene la facultad de legislar en materia de cultura y dejar atrás el presidencialismo cultural; ya he dicho que esto ayudará a comenzar un republicanismo, porque si te fijas, el pago en especie, el Conaculta, el Fonca (Fondo Nacional para la Cultura y las Artes) y otro tipo de apoyos, han sido por decretos presidenciales.”
Autor del libro El patrimonio cultural en México y exdiputado local por el PAN en su natal Jalisco, Carlos Lara estuvo participando en los proyectos de ley que se trabajaron durante la gestión de Sergio Vela al frente de Conaculta –ninguno llevado a su término–, y comenta que también fue invitado a algunas reuniones con el equipo de Serrano Migallón:
“Había avances, lo que se dejó sobre la mesa con la entrada de Sáizar fue un proyecto con su capitulación y todo, era muy ambicioso, era un borrador grandotote donde se estaba tomando como base y acotando qué puntos debían ir y cuáles no: un capítulo sobre industrias culturales, turismo cultural, en fin, estableciendo los temas a tratar, y efectivamente se pensaba como una Ley General que fuera concurrente con los estados.”
El proyecto de Sáizar no se ha difundido. Proceso solicitó entrevista con Serrano Migallón desde agosto pasado, pero la respuesta fue que ha estado enfermo. Lara comenta que se comenzó a hacer una consulta en la cual se preguntó qué se debe hacer y de qué manera: se plantea como opciones de reorganización del Conaculta, para darle personalidad jurídica, crear un organismo descentralizado o un ente autónomo, se toma como lo más viable un organismo descentralizado de la Secretaría de Educación Pública.
La creación de éste se daría “por ley o decreto del Congreso de la Unión o por decreto del Ejecutivo Federal”; tendría personalidad jurídica y patrimonio propios “cualquiera que sea la estructura legal que adopte, constituida con fondos o bienes provenientes del gasto público”.
Pobreza
El investigador concibe a la ley con dos grandes propósitos: el primero para dar cumplimiento a la reforma al artículo 4º Constitucional, en el cual se estableció el derecho al acceso a los bienes y servicios que presta el Estado en materia de cultura; y en segundo término, para dar estatus al Conaculta, ya sea como secretaría o como organismo constitucional autónomo, aunque indica que hay más opiniones en favor de una secretaría.
A su juicio, la ley debería de tener también un apartado para que los ciudadanos que sientan violada su garantía constitucional tengan una instancia a la cual recurrir para ampararse. Pero, insiste, en realidad no hay nada terminado en el Legislativo, y si acaso surgiera una propuesta sería la de Serrano Migallón.
–De hecho, Consuelo Sáizar dijo que la presentó en los foros.
–¡Nooo, bueeeno! Si nos vamos a atener a los foros de ahí no va a salir nada, ni un capítulo, fueron contadísimas las participaciones, algo muy, muy pobre en términos generales. Un colega hizo ya la compilación, se la encargaron y la entregó a la Comisión, pero no merece la pena.
El problema, dice, es que se diversifican demasiado los temas, va el músico y habla de su problema, la artesana del suyo y pocas, “muy pocas propuestas, entre ellas la de Eduardo Nivón, se centraron en el tema...”. En su opinión se debe afinar la participación y hacer una invitación a instituciones y especialistas en la materia.
Añade que, “honestamente”, tampoco tiene mucha fe en lo que pueda realizar Serrano Migallón, aunque como académico tiene mucho capital y pueda rodearse de especialistas en la materia, “particularmente de la UNAM, aunque la UNAM ya no tiene los especialistas que tuvo hace años”.
Y recuerda que la iniciativa de Ley de Fomento y Difusión de la Cultura, conocida como Ley Sari porque fue propuesta por la expresidenta del Conaculta, Sari Bermúdez, “terminó elaborándose en un despacho privado, se pagó por ello, entonces allí es donde uno se pregunta quién hace las cosas”.
Para él, antes de elaborarse un nuevo proyecto tendría que revisarse esa iniciativa, así como los comentarios “tan acertadísimos” que le hizo el antropólogo y especialista en legislación cultural Bolfy Cottom, analizar también lo que se trabajó con Sergio Vela, y finalmente el proyecto actual del Conaculta.
Cottom ha cuestionado la pertinencia de una Ley General de Cultura, pues en su opinión no resuelve los problemas del sector cultural, y en cambio podría ser la puerta a la confrontación en temas como la legislación del patrimonio cultural que ya se han superado. Considera además que es falso decir que no hay legislación cultural cuando abundan las leyes en esta materia.
Lara indica que en el presupuesto para Cultura aprobado para 2011 hay un incremento en el rubro de infraestructura, y él vislumbra que sea posiblemente para la creación de una Secretaría de Estado.
–¿Es muy alto?
–Tampoco se requiere mucho, pero sí es notable.
Se ha comentado que hay un presupuesto para infraestructura porque muchas obras planeadas para el Bicentenario y Centenario tuvieron que postergarse hasta 2011, pero él se inclina por pensar más en la creación de la Secretaría de Cultura porque además ha sido una propuesta del PAN desde 1988, que aunque se ha hecho a un lado en varias ocasiones, también ha sido retomada.
“Los miembros del PAN rechazan la creación de un organismo constitucional autónomo, porque sienten que se debilita la facultad rectora del Estado.”
Entrevistados vía telefónica por separado, los diputados Kenia López Rabadán y Armando Báez admiten que no lograron cumplir con su propósito de elaborar en esta legislatura un proyecto de ley general de cultura. Esgrimen que prefirieron concentrar su trabajo en la discusión del presupuesto para el sector cultura de 2011 y lograr un incremento.
“No es tan fácil hacer una ley de cultura –dice Báez–, yo por lo menos le pedí a la presidenta que nos diera más tiempo, para meternos de lleno al presupuesto.”
Según él, han acordado comenzar a trabajar en las primeras semanas de enero. Primero darán a conocer los resultados de los foros de consulta realizados entre julio y agosto, y entonces ver la viabilidad de una Ley General de Cultura.
–¿Pero ya están trabajando en la redacción de algún proyecto?
–No, apenas vamos a entregar los resultados, no hay ninguna ley escrita, se rumoraba que Sáizar nos iba a dar algo y no, en absoluto, y yo creo que ella es muy respetuosa del ámbito Legislativo.
López Rabadán dijo en agosto que de no salir la ley en 2010 sería difícil lograr los acuerdos en los años por venir, pues vienen elecciones. Pero no ve mal que el proyecto para reordenar el Conaculta sea elaborado por el Ejecutivo, “siendo facultad del Ejecutivo, la decisión sería evidentemente del mismo, si eso fuera así sería extraordinario, sería un muy buen mensaje, y el espacio Legislativo estaría de acuerdo con esta decisión”. l