"Eliades Ochoa, de la trova al mundo"
MÉXICO D.F., 17 de febrero (apro).- Eliades Ochoa, de la trova para el mundo, es el título de la biografía sobre el músico cubano publicado en España por Fundación Autor, y escrito por Grisel Sande Figueredo, esposa de Ochoa.
Presenta tres capítulos sobre el músico: “Por qué en Santiago de Cuba”, “El Cuarteto Patria; Eliades y la Patria” y “De Santiago para el mundo”.
Los apartados narran su historia desde niño, cuando a los 12 años salió a buscar trabajo para ayudar económicamente a su familia, y sus pininos en la música cantando en “guateques”; luego en radio y bares, giras con los eventos y lugares visitados por Ochoa como parte del Cuarteto Patria; su éxito con Buena Vista Social Club (BVSC), y en solitario por Cuba y el extranjero hasta nuestros días.
Las memorias contienen versos para el músico dedicados por Marino Wilson, poeta y ensayista cubano, intitulados Tres tiempos para descubrirlo. Y el texto Eliades visto por sus contemporáneos, que recopila palabras de deportistas, humoristas y colegas musicales como el pianista José María Vitier, Virgilio Valdéz, Rubén Blades, Ibrahím Ferrer, Francisco Repilado Compay segundo (compañero de Ochoa en Cuarteto Patria), así como el director artístico del CD BVSC, Juan de Marcos González y del guitarrista norteamericano, Ry Cooder.
Éste último expresa:
“El estilo de música de guajiro en Cuba se mantiene en la actualidad gracias a Eliades Ochoa. Pero él es más que un baluarte de la tradición artística.”
La biografía suma 200 páginas, una primer parte en español, y la segunda traducida al inglés. Asimismo, presenta la serie Toda una vida en imágenes, con fotos que van desde su discografía completa, premios (como el del Grammy recibido en 1997 por el disco de BVSC) y con diversos personajes como Fidel Castro, el Cuarteto Patria, Manu Chao y Silvio Rodríguez, amigo del Eliades Ochoa, quien abre el libro con interesante prólogo que a continuación se reproduce:
“La parte más conocida de su biografía es que formó parte del Buena Vista Social Club original, agrupación y disco premiados y aplaudidos por los auditorios más selectos. Sin embargo toda la vida de Eliades Ochoa merecería una producción cinematográfica que ojalá se filme alguna vez. “Natural de Songo la Maya, hijo mayor de una familia campesina de extendida vocación musical, desde niño se hizo de una guitarra y empezó a juntarse con trovadores itinerantes. En esas correrías por guateques, bares y ‘zonas de tolerancia’ empezó a aprender el vasto repertorio tradicional del que hoy es un Maestro.
“Por entonces, entre canción y canción, Eliades tuvo que hacer de limpiabotas, de vendedor de billetes de lotería, de periódicos y de un zump natural que en el oriente cubano llaman prú.
“Pero tras el triunfo revolucionario de 1959 Eliades pudo emprender una carrera en ascenso que no se ha detenido: divulgó sus canciones por la radio, integró el Septeto Típico Oriental y el elenco de la Casa de la Trova de Santiago de Cuba; colaboró con el extraordinario Faustino Oramas, El guayabero; fundó el Quinteto de la Trova y se convirtió en el director del legendario Cuarteto Patria.
“Algo que se ha dicho poco es que gracias al apoyo que le prestó Eliades, Compay Segundo pudo regresar a la música y lanzar su arrasador Chan-chan. Desde entonces Eliades trabajó y departió muchas veces con Pancho Repilado, que había sido ídolo de su infancia junto a otros imprescindibles como Lorenzo Hierrezuelo, Miguel Matamoros y Benny Moré.
“Por su trayectoria artística, a la par de los más grandes de su tiempo; por su extraordinario dominio de lo más característico de la trova y el son; por la cantidad y calidad de escenarios del mundo que han ovacionado su talento, Eliades Ochoa es, hoy por hoy, un auténtico clásico de la música cubana.”
Durante la presentación de su biografía en el Círculo de Bellas Artes en Madrid, España, el 10 de noviembre de 2009, Eliades Ochoa manifestó:
“Yo soy graduado de la universidad de la calle. A la otra escuela fui poco, porque nunca fui niño, sino muchacho. Desde que abrí los ojos al mundo, vi a mi papá y a mi mamá tocando el tres, con un mechón para alumbrarnos, y de fondo los ladridos de los perros jíbaros.”
Y acerca de la fenomenal trascendencia de BVSC, el notable músico de la canción guajira dijo:
“Sucedió en el momento preciso y en el lugar exacto. No creo que se repita.”