En Tamaulipas, los alcaldes viven en EU

lunes, 1 de marzo de 2010 · 01:00

REYNOSA, TAMPS., 1 de marzo (Proceso).- Los enfrentamientos entre Los Zetas y el cártel del Golfo mantienen aterrorizados y en la incertidumbre a los habitantes de esta región, convertida en un infierno al punto de que los alcaldes de municipios fronterizos optaron por vivir en territorio estadunidense.
Cada mañana, esos presidentes municipales cruzan la frontera para despachar en sus oficinas. Es el caso del alcalde de esta ciudad, Óscar Luebbert Gutiérrez, quien tiene casa en McAllen, comenta Amelia Acosta Morales, regidora local perredista.
Y añade: “No nada más aquí en Reynosa. Los alcaldes de otros municipios tienen casa en Estados Unidos. Es una situación muy cómoda para ellos, pues les permite irse al otro lado en cualquier situación que se pueda presentar. No todos tenemos esa oportunidad. Aquí debemos vivir, acostumbrarnos e idear la manera de continuar con nuestras vidas”.
La guerra entre los cárteles de la droga tiene las calles como escenario. En cuanto anochece, la ciudad queda desierta y sólo pueden verse camionetas con vidrios polarizados en las que civiles con armas de alto poder realizan rondines. Y ante la falta de información, los rumores contribuyen a la sicosis ciudadana.
Convoyes integrados por 10 o más vehículos se apoderaron de la Carretera Ribereña, que une a Reynosa con Nuevo Laredo, así como de la vía que va de Reynosa a Matamoros.
Los medios de comunicación están silenciados. Los reporteros que cubren la fuente policiaca ya no salen a las calles o lo hacen esporádicamente. En los diarios locales no hay noticias relacionadas con la guerra de los cárteles, señala un directivo de medios, quien pidió que su nombre permaneciera en el anonimato.
Varias madres de familia dijeron al reportero que debido a la inseguridad decidieron no enviar a sus hijos a la escuela durante una semana.
De acuerdo con el ayuntamiento de Reynosa, 80% de los directivos de maquiladoras vive en McAllen por temor a la violencia. Ello ocasiona que no se inviertan millones de dólares en el sector industrial, pues las empresas extranjeras no están dispuestas a arriesgar su dinero.
El lunes 8 se registró una balacera en la colonia Puerta del Sol, en la zona surponiente de la ciudad, a la altura del libramiento a Monterrey. Fue el mayor enfrentamiento ocurrido en meses recientes. Durante varias horas los vecinos del lugar escucharon el tableteo de metralletas. De acuerdo con una versión extraoficial, el saldo fue de seis muertos: tres sicarios y tres elementos de la Armada. Una fuente cercana a la policía dio a conocer que esta confrontación entre bandas rivales cobró 30 víctimas.
Dos semanas después, el procurador de Nuevo León, Alejandro Garza y Garza, anunció que blindaría la frontera de su estado con Tamaulipas para evitar que integrantes de esas bandas criminales se asienten –como se dice que ha comenzado a ocurrir– en esos lugares o en Monterrey.

Que regrese el Ejército

En un recorrido nocturno se observa que Reynosa, la ciudad más poblada de la región, parece un pueblo fantasma. La gente ya no sale de sus casas. En las calles, hombres jóvenes que portan fusiles de asalto permanecen a un lado de sus camionetas sin ser molestados por la Policía Municipal. En sus vehículos pueden verse varios logotipos: CDG (cártel del Golfo) y ZZZ (Zetas).
En las salidas de la ciudad hay vigías que utilizan equipos de radiocomunicación para reportar incidentes o dar avisos. Muchos ciudadanos que por las noches circulan en sus autos lo hacen con las luces interiores encendidas, para que no los confundan con delincuentes.
Una fuente cercana a la Policía Municipal de Reynosa comenta que los agentes están divididos de acuerdo con los grupos criminales a los que sirven. También dice que el lunes 22 integrantes del cártel del Golfo levantaron a comandantes y mandos medios para advertirles que ya no debían trabajar para Los Zetas. Según otra versión, fueron éstos quienes amenazaron a los elementos policiacos.
El lunes 22 se anunció, por correo electrónico, una purga entre las bandas en la frontera de Tamaulipas. Ese día, el secretario de Educación de Tamaulipas, José Manuel Assad Montelongo, informó que 90% de los niños en edad escolar no acudió a los planteles. Los municipios con mayor ausentismo fueron Reynosa y Río Bravo. En Matamoros y Valle Hermoso los niños se quedaron en casa y los establecimientos comerciales cerraron temprano.
Una mujer residente de Nuevo Laredo comenta que el miércoles 24 salió de esa ciudad con destino a Reynosa en el autobús 4802 de Transportes Noreste. Se quedó varada en Miguel Alemán durante 24 horas, porque al chofer le ordenaron detenerse. Al parecer había una confrontación en Camargo entre grupos armados. Llegó a su destino al día siguiente.
Ese día, el gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández, hizo una visita relámpago a los municipios de Matamoros y Reynosa. En esta última ciudad pidió a la población no dejarse guiar por rumores. También solicitó el regreso a la entidad de las fuerzas federales que en meses pasados fueron reubicadas en otros estados.
El jueves 25, el gobierno de Estados Unidos ordenó la clausura de la oficina consular ubicada en la colonia Rodríguez, de Reynosa, para proteger al personal que ahí labora.
Mala estrategia
Los habitantes de la frontera han cambiado sus hábitos de convivencia, dice una persona que viaja constantemente entre los municipios de la frontera. Las reuniones, que antes se hacían en terrazas y en las partes delanteras de las casas, ahora se realizan en los patios, pues nadie quiere exponerse a una ráfaga.
Sin embargo, el alcalde priista Óscar Luebbert asegura que Reynosa no es tan violenta, y si existe una percepción contraria se debe a que el gobierno federal ha implementado una estrategia deficiente en su combate al crimen organizado.
“Es muy lamentable –apunta– que entre más operativos haga el gobierno federal, dé la percepción nacional e internacional de violencia… Es penoso que esto ocurra cuando son operativos ordenados por la propia autoridad. Hay que revisar si los operativos son eficaces, porque hacen pensar que hay una escalada de violencia.”
Además, considera que los mensajes en internet han provocado un estado de sicosis entre la ciudadanía y pone como ejemplo el anuncio que se difundió a través de redes sociales, como Facebook y Twitter, de que el jueves 18 habría una gran balacera.
Ese día, la Armada realizó un operativo en el sector del Hospital General, de la escuela Técnica 44 y del Cet 71, pero no hubo ningún enfrentamiento.
Fuentes locales refieren que en esa acción fue incautada mariguana cerca de las instalaciones de la refinería de Pemex en la localidad, y que los pistoleros que la transportaban le dispararon a un helicóptero de las fuerzas federales, sin que se reportaran bajas.
A pesar de todo, afirma Luebbert, Reynosa es un buen lugar para vivir. Cuando se le pregunta si él vive en McAllen, responde: “Mi esposa tiene casa ahí desde antes de que yo fuera presidente municipal. Yo tengo casa aquí y mi esposa allá”.
–¿Usted vive aquí?
–Pues aquí estoy, ¿dónde me encontraste? Vivo a dos cuadras de la presidencia, en el mero centro de Reynosa. Usualmente ahí duermo. Algunas veces estoy con mi hija y mi nieto, que viven en McAllen”.

Reportaje publicado originalmente en la edición 1739 de la revista Proceso que se encuentra en circulación.

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