GARCÍA, N.L., 29 de marzo (apro).- El ejemplo del alcalde de San Pedro Garza García, Mauricio Fernández, de crear sus propios órganos de inteligencia, para abatir la inseguridad, empieza a cundir en otros municipios regiomontanos, como en García.

 El presidente municipal de ese ayuntamiento, Jaime Rodríguez Calderón, admitió que existe un grupo de inteligencia que le reporta al jefe policíaco municipal.

Dicho grupo, dijo, está integrado por unos 20 civiles que realizan labores de inteligencia y cuyos salarios paga el municipio. Su función radica en vigilar a policías, agentes de tránsito y a desconocidos sospechosos que, una vez identificados, se le reportan al Ejército Mexicano.

 En días pasados, el alcalde de San Pedro, Mauricio Fernández Garza, desató una polémica por revelar que Alberto Mendoza Contreras, El Chico Malo, detenido por el Ejército el pasado viernes 19, era miembro de su llamado “grupo rudo” que realizaba funciones de inteligencia, es decir, era un agente encubierto a sueldo.

Esta vez, su homólogo de García, un municipio semirrural próximo a la zona metropolitana de Monterrey, confirmó que también cuenta con un grupo semejante que fue entrenado por el Ejército.

Las similitudes entre García y San Pedro Garza García, en cuanto a la política de seguridad son aún más:

Los alcaldes de García y San Pedro Garza García han afirmado que en sus grupos de inteligencia hay asesoría del Ejército; inclusive, en reportes periodísticos se ha asentado que, de acuerdo con versiones militares, Alberto Mendoza Contreras, detenido por la Marina, era un agente encubierto del Ejército.

 En ambos municipios, los titulares de Seguridad Pública son militares en retiro con grado de general: en San Pedro, Gonzalo Adalid Mier, y Manuel Martínez Olivares, en García.

 Martínez Olivares inició en noviembre como titular de Seguridad Pública en García, luego de que un comando acribillara al también general en retiro, Juan Arturo Esparza García, el pasado 3 de noviembre, a 4 días de haber asumido el cargo.

 Según el alcalde Rodríguez Calderón, el grupo de inteligencia inició operaciones como parte de las medidas adoptadas tras la ejecución del general Esparza.

 Entre otras funciones, el “grupo táctico” de agentes encubiertos supervisa el desempeño de policías y agentes de tránsito, para que no extorsionen ciudadanos, no carguen celular o nextel, no salgan de las zonas que les han sido asignadas y, cualquier movimientos sospechoso de civiles que pudieran integrar un grupo delictivo.